sábado, 30 de septiembre de 2017

Fiestas Patrias en el Noroeste argentino, día 6 de Salta a Catamarca

El desayuno fue temprano, aunque yo llegué al final.
El trayecto para este día era de Salta a Catmarca, que en rigor se llama San Fernando del Valle de Catamarca, y consideraba 570 Km más o menos.
Pensábamos que no llegaríamos tarde, porque Ojitos había dicho que era un camino dereeeeeecho y listo.
Y haríamos una parada en Cafayate a comer algo.
Nada más lejos de la realidad!!
Partimos echando bencina a la salida.




La YPF, monopolio petrolero argentino, cambió su imagen corporativa. Algunas bombas siguen con las típicas letras azules, sobre el diseño de líneas celestes y blancas. Pero otras, que se llaman YPF full, ahora se parecen a la Shell, con tonos amarillos y naranja.
En muchas partes hay badenes cada cierta distancia. Los otros pasaban sin inmutarse. Yo frenaba para pasarlos, hasta que dije, si los otros pasan, yo también! 
En el siguiente no bajé la velocidad y al salir del baden sentí que volaba por el aire, así que mejor seguí frenando en los de más adelante.
Después me acordé que Elmer que se vino por este camino desde Bolivia, había advertido de la existencia de los badenes, que había que tener cuidado porque podían tener agua o arena. Y que el se había comido uno con 50 cm de agua.
Toda la primera parte, es ir un poco de pueblo en pueblo y cambiando de paisaje desde uno desértico, pasando por los viñedos, hasta algunos verdes y frondosos.


En Argentina es común ver nidos de cigüeñas en los postes de cables eléctricos. Pero nunca había visto una especie de bolas como de algodón, oscuras pegadas en los cables mismos. No supe lo que serían. 
Esta zona se la conoce como la ruta del vino. Y en concordancia con eso se ven varias viñas , algunas bien elegantes y otras más modestas.
Avanzamos a lo largo de una sucesión de pueblos  donde no faltan las carcachas, autos del año de la goma, que se niegan a desaparecer (como algunas divas argentinas) sin luces, tirando humo negro etc etc.
Y lo otro son la motitos que todos usan como medio de transporte. Se ven los motoristas y pasajeros mas insólitos arriba de sus máquinas.
La velocidad promedio es baja porque en cada pueblo hay un semáforo o al menos varios cruces de calles con el camino.
Entre dos pueblos, nos topamos con un grupo de lo que supongo serían gauchos, pero con trajes típicos, en una procesión religiosa a caballo. El que la lideraba llevaba una imagen, como una especie de cruz.
Esta foto esta muy buena!
Pero bueno, después de la sucesión de poblados, venía un camino extraordinario. Como una cuesta no muy pronunciada, encajonada entre dos cerros enormes, y con formaciones rocosas increíbles, que le dan el nombre a la localidad donde se encuentran, por ejemplo, El Obelisco, Los Castillos, y la más graciosa, El Sapo
El Sapo


Los Castillos
El Obelisco











Mirando las fotos creo que se llama Reserva Natural Provincial Valle de las conchas. Los colores de los cerros son increíbles!
En una curva con ensanche como para estacionar, paramos a sacar fotos y admirar la belleza del entorno.


Camarón no quiso meterse a la tierra porque le dolía una pierna (como ciática) y pensaba que no podía sujetar la moto si se resbalaba. Así que esperó un rato pero después siguió solo. Por eso no sale en la foto.
Pero si paró más adelante, en una explanada, que el resto se saltó, primero, porque ya habíamos parado, y segundo porque había dos buses con turistas.
La flecha indica la explanada con los buses
Más allá había un "Cementerio Histórico" donde estaban los "restos de los familiares" de algunos héroes locales! jajajajajaja
Eso es amor y respeto por la historia de la patria!
Muchas viñas iban apareciendo a lado y lado. Al final del camino, poco antes de llegar a Cafayate, Camarón, que no había parado con nosotros, nos estaba esperando





Llegamos a Cafayate, echamos bencina.



Seguimos  hasta donde Ojitos recomendaba almorzar, al frente de la plaza, y tuvimos que esperar un poco a que terminara una manifestación en protesta por alguna cosa, justo en ese lugar. ( En todas partes se cuecen habas) 







Nos sentamos en una terraza a almorzar. El restorán además era una cervecería artesanal, con todo el proceso a la vista.
La mayoría optó por unas empanaditas y una ensalada que uno elegía los ingredientes. El más curioso era el hego. Cuando preguntamos lo que era, el mozo nos dice que es huevo pero que está mal escrito! jajajajaja
Vampiro se fue por una pizza.
Y unas cervezas.
El mozo al final trajo lo que quiso, pero daba lo mismo. 
En la tienda artesanal compré un imán para el refrigerador




La buena comida y la buena cerveza. Y el mozo a la derecha
Vampiro andaba con dos celulares... el personal y el del trabajo. Usando los dos, pero no para trabajar jajajajaja
Nadie puede...

Aquí fue que Ojitos dijo que ahora si que era derechiiiiiito.
Seguimos camino de acuerdo con la ruta de Maps.me que Vampiro y Vetu llevaban a la vista.
Y además Vampiro se había aprendido los nombres de las carreteras.
Camarón primero y después Cristián, sin saber el camino se adelantaron.
Craso error.
Era una ruta secundaria, con buen pavimento y bonitos paisajes, viñas incluídas, obvio.










Nada permitía anticipar que el camino por el que íbamos terminaba en un camino de tierra, que duraba 21 Km. El calor ya era heavy, cerca de 30°
No podía ser.
Ni Camarón ni Cristián estaban. Vetu vio a Cristián irse por la tierra.
Con el calor que hacía (36,5°) los celulares se apagaron, y solo contábamos con la memoria del Vampiro.
Y claro, había que hacer una especie de S, primero una vuelta casi en U y despues seguir por un camino a la derecha.
Ese era el "cruce" con la segunda carretera que teníamos que tomar, pero en realidad no era ni un cruce ni un empalme, y no había ninguna señal que lo indicara.
By the way, la señalética en Argentina es pésima! Casi no hay, y la que hay está vieja y/o rota.
Seguimos por ese camino, que estaba más o menos no más, hasta enfrentar un camino de montaña en pésimo estado.
La calzada estrecha con el pavimento entero roto y sin barreras de contención en las curvas con el precipicio al lado. Por lo menos el aire frío de montaña nos refrescó un poco.
A esa altura ya se estaba cumpliendo el asunto de los 50 Km/hora promedio.
Había algunos parches nuevos, yo me ilusionaba pensando que ahora sí venía el camino bueno, pero no.
Vampiro al revés pensaba que ese camino en cualquier momento se convertía en tierra.
En la cima Ojitos se acordó que ese camino lo había hecho antes. Hasta ese momento no lo recordaba.
Eso si, las vistas increíbles.
Camino como el hoyo, literalmente



Al final cruzamos la cuesta sin contratiempos, pensando que ahora si que venía plano y derecho... pero no fue así.
A la bajada está Tafí del Valle, localidad a orillas de un lago de tamaño medio, muy azul, que alegra el paisaje. Más de alguna actividad náutica se desarrolla en sus aguas, seguro.



En el plano, paramos a echar bencina y repasar el camino, y refrescarnos un poco. El calor era mucho, los marcadores de temperatura mostraban los 36° o más que había
Volvimos a sentir mucho calor que fue aumentando en el camino.
Lo siguiente era otra cuesta, casi selvática, con muritos de contención, que la hacía parecer un parque. A mí me gustó mucho, las curvas me parecieron bien.




En la mitad del cerro, a pito de nada, en una curva más encima,  había una escultura descomunal de un indígena. Y gente paraba a sacar fotos.

Lo otro complicado era que por ahi transitan buses de turismo, grandes, que apenas caben en la curva, entonces toparse con un de frente, en moto, en bajada, es un lío. A Camarón le pasó y el bus siguió su camino, y él tuvo que hacerse a un lado. HDP!!
La ruta seguía con un tramo largo, entre pueblos en que volvía a haber semáforos y camiones... obligados a adelantar por la berma en las rojas.


El calor eso si era agobiante. Cerca de 39° creo que había. Así que apenas vimos una bomba paramos a hidratarnos. La localidad se llamaba Concepción.
Con mucha agua ya nos repusimos para seguir viaje. A hí aproveché de llamar por teléfono a Camarón y Cristián que nos tenían preocupados. Obviamente aparecían apagados.
Así que les mandé un mensaje de texto.

















Igual pensaba en la eventualidad de una caída, tener que gestionar el rescate de la moto, y/o de los motoristas involucrados.
Y partimos. El último tramo para llegar al hotel, aparecieron grandes campos de soja, que han venido a abultar los grandes cultivos de otras zonas más meridionales de Argentina



Y ahí vino lo bueno... La última cuesta con un viento cruzado, que nunca sabíamos si sería más fuerte o no. Requería no desconcentrarse para que las ráfagas no nos tiraran para un lado. De hecho, no hay fotos de esa parte.
La llegada a Catamarca, no fue como la canción. Estaba nublado, brumoso, no se apreciaban los mil  distintos tonos de verde y eso del camino largo que baja y se pierde no es verdad.


En las afueras de la ciudad vimos un motorista (de moto chica) sin casco, arreando sus caballos.
Llegamos al hotel con los últimos rayos del sol. Camarón ya había llegado! Se había venido por el mismo camino que nosotros.
Solo faltaba Cristián. Al llegar vi que había respondido el mensaje, que estaba bien, que se había perdido y que venía en camino. 
Yo estaba bien preocupada sin saber si le había pasado algo, como caerse en el camino de tierra, pero confiando en que maneja muy bien, y que de alguna forma se las arreglaría. Y con el mensaje, quedamos más tranquilos.
Nos duchamos y fuimos a tomarnos el trago de bienvenida. Que era una estafa, porque era una miserable cerveza pero en el bar del casino, en un edificio separado del hotel. 
En el fondo te obligan a entrar al casino para tomarte la cerveza o el fernet con Coca Cola.
Y varios deben quedarse pegados en las maquinitas.
Volvimos al hotel y fuimos a comer algo. 
La Veti y Gasparín, que habían dicho que no comerían, se tentaron y pidieron igual.
Y en eso llegó Cristián con más de 150 Km y 2 horas extra , con el viento y el camino oscuro en el cuerpo, bien agarrotado y muy cansado
Dijo que si se perdía denuevo sería por irse atrás, y no adelante sin saber el camino jajajajaja
Lost & found


Comimos todos juntos, con el estrés del día ya metabolizado, porque no había pasado nada grave.



Después de comer nos fuimos al tuto. 
Había que  reponerse  de un día casi extenuante, para la siguiente jornada.