Al rescate de la moto de Ojitos!!

Y llegó el día de organizarnos para ir a buscar la moto de nuestro averiado Ojitos, que hace poco más de un mes se accidentó en Tupungato, cerca de Mendoza, en Argentina. 
El llegó con el fémur quebrado el mismo día a Santiago, pero la traidora que lo botó quedó guardada en algún lugar de Tupungato y había que ir a buscarla!
Así que Wirito, (el Wiro, siempre el Wiro) se ofreció para liderar la operación.
Brutus hizo todo el papeleo legal, (que no es poco) para traerse la moto de Argentina, incluído un poder para que Wiro pudiera entrarla.
Entre una cosa y otra éste resultó ser un fin de semana apropiado para hacerlo.

Nota aparte, este sábado también era la fiesta de Chimbarongo donde fuimos 5 años consecutivos, dejando las motos en la plaza, junto con los Canquetos, toda una tradición. Pero la tradición hasta aquí no más llegó, porque este año nadie la pescó, a pesar de la comunicación de Camarón para organizar la ida. Y Cualtaco no fue a Chimbarongo este año... es que así somos! desordenados, tincados y volubles... y eso... me encanta!! 

Bueno, nos levantamos casi todos los que íbamos a las 5:30 para juntarnos en Cochi a las 7. El Perro, que, por si alguno no lo sabe, vive en el mismo edificio que Camarón y yo, despertó a las 6:20 con el ruido de mi moto cuando yo iba partiendo  a Cochi. Y llegó allá como a las 7:10. Yo creo que no pasó por la ducha, el jura que sí, jajajaja!

La Leo, con su sociabilidad a toda prueba, conversó con una parejita joven que andaban en una Triumph racer ( a las 7 AM), con poco, por no decir nada de equipo. Les metió conversa y resultó que iban a Mendoza a comprar ropa de moto. Y obvio, se fueron con nosotros. Me acordé de Colado Nestlé que se fue con nosotros de Arica a Tocopilla si mal no recuerdo, y que también lo encontramos en el camino. Qué será de Colado?
Eramos: Perro en su moto, yo en mi moto, Pelao en la moto del Wiro, Leo y Wiro (que era el piloto que se vendría con la moto de Ojitos) en la moto de la Leo.
Finalmente la Leo se fue con el Perro, porque esa moto es más cómoda para el pasajero (por no decir que la de la Leo es atroz) y podría sacar fotos del trayecto (y no solo de bencineras, restoranes, platos y perritos)
De Cochi salimos como a las 7:20

Todavía era de noche, y el amanecer nos pilló como en Chacabuco. Qué lindo es el amanecer yendo en moto!!

Los acompañantes

Claro que el Pelao pasó  harto frío porque no se acordó que partiríamos oscuro y que en la cordillera siempre es helado aunque sea verano.

Accidente camino a Saladillo

Los primeros rayos de sol

El río escuálido al fondo

A las 8:45  llegamos a Saladillo, echamos bencina y seguimos.

NO FUMAR...jajajajaja

Al rescate 

El peaje nuevo, al menos para mí

  Avanzamos muy rápido, el camino a esa hora despejado, y la subida a la aduana, salvo un tramo con banderero por reparaciones, muy bueno, rápido y expedito.
En el banderero pasamos la fila de camiones y quedamos primeros.

La subida a Portillo

El banderero

La fotógrafa

Paramos a comprar los seguros y a tomar un café que terminó siendo un tremendo desayuno, con sandwiches (muy buenos, como para volver!), pailas de huevo, café. 
Un detalle, el chico que atiende está solo. El se encarga de llenar los seguros, preparar los desayunos, servir, atender la tienda de souvenirs, y cobrar. Y eso ayudó que el cafecito a la pasada fuera un laaaargo y conversado desayuno.

Pedir el control de barrera fue todo un atado porque  no sabíamos como hacerlo diciendo quien entra en que moto a Argentina, pensando que a la vuelta sería todo distinto! 
Seguimos camino, nos cruzamos con un grupo de Gold Wing, uno de muchos que vimos. De distintas nacionalidades, de varios países, Harley, BMW, grupos grandes y grupos chicos, osea, de todo.
Llegamos a la Aduana como a las 11 y por suerte estaba desocupada porque explicar que las personas que iban en cada moto no eran las que volvían en cada moto y que además traeríamos, el mismo día en la tarde, una moto de Tupungato, excedía la comprensión de los funcionarios que preferían desentenderse de las explicaciones y centrase en los papeles que había que mostrar.

El Perro saludando

Igual hubo un momento de tensión con una vieja pesá detrás de la última ventanilla, que además de hueviarnos por como habíamos llenado los formularios,  le dijo a Wiro que su moto no podía salir de Chile porque tenía orden de embargo... plop!! Estará ligado al caso Penta? 
(El episodio quedó denominado como Wiro Gate jajajaja)
La sorpresa fue mayor!! Así que cambio de planes. 

Un retoque poco

Esperando al Wiro

Sacar todas las cosas de las maletas de la Kawa (regalos que había mandado Ojitos a sus rescatistas de Tupungato y otras yerbas) y redistribuirnos en las motos. 
El Pelao, que en rigor había quedado sin moto, se iría conmigo en mi moto. Tuve que ir de nuevo a la aduana a explicar la situación y que modificaran mi control de barrera que decía que iba sola. Me lo arreglaron rayando un 2 encima del 1!
 Yo preferí que manejara él. Y yo sacaría las fotos del camino esta vez.
Y ahí veríamos como explicábamos todo este movimiento a la entrada, de vuelta a Chile en la tarde. 

El camino estaba precioso! esos cerros increíbles, multicolores, la mancha amarilla de la que  Camarón se apropió hace muuuuuchos años, un paisaje impactante como del principio de los tiempos. 
Los murallones, y los peñones enormes brillantes, que parece que estuvieran húmedos.
El río Mendoza un hilo de agua.Y las montañas sin gota de nieve. Tampoco unas mini lagunas al lado del camino que solían verse no hace tanto.  Una sequía que yo creo que está en un punto de no retorno, el paisaje cambió.
El viento en este tramo fue tema, lo que dificultaba un poco sacar fotos!

En el camino aparecieron nubes no sé de donde. Nubes "de evolución" o "borrasca" les dicen en España a esas nubes que se arman en las alturas cordilleranas. Y estuvo super bueno, no nos dio tanto calor como si hubiéramos viajado con todo el sol a las 12 del dia... uuff

Wiro chopero, listo pa la Harley jajajaja

Uspallata!!!!

A esa altura ya estábamos barajando la posibilidad de quedarnos y volver el domingo, ya que era la 1:30 y recién estábamos en Uspallata. Obviamente nos saltamos el almuerzo.
 La parejita (que siguieron cuando empezamos a demorarnos, rajaron a Mendoza para llegar antes que les cerraran las tiendas.
Echamos bencina y seguimos. 
Yo iba de copiloto, igual que la Leo así que fuimos más que rápido. 
Le pusimos cacao como dice el Wiro. Por un lado me dio lata perderme de manejar ese tramo del camino, pero por otro disfruté del paisaje.
Un camión volcado tenía el tránsito un poco parado pero casi nada. Ni a la ida ni a la vuelta, tuvimos que detenernos.

A pesar del menor caudal del río, el rafting (rasking como le digo yo... ) sigue siendo una actividad de la zona. Dos sendas balsas llenas de valientes estaban a punto de partir cuando pasamos por ahí.

En el cruce a Mendoza enfilamos al sur rumbo a Tupungato y en el camino un letrero anunciaba Tupungato a 67 Km. De esa parte es esta sugestiva foto de la Leo, con la pierna al aire.

 Con el Pelao nunca supimos cuando nos perdimos del resto. Al ver que no venían, paramos a esperar y nada. Los teléfonos apagados o sin red. 
Llamé a Ojitos ( a luca el minuto)que me dijo que había dos caminos para llegar. Difícil decidir devolverse cuando los retornos están alejados. 
Después de media hora, seguimos camino  confiando que en Tupungato nos encontraríamos.

Qué les habrá pasado?

 Yo había escuchado a la Leo que la moto estaba en una casa cerca del hospital.
Osea había que ir al hospital y ahí ver.
En el camino una familia con sillas, cooler,  mesas, parrilla y toldo haciendo un asado viste? en el poco pasto que crecía en medio de las carreteras. Jajajaja estos argentinos son únicos!
Llegamos por un camino muy bonito, que cruza varios viñedos haciendo honor a la fama vitivinícola de la zona.

A 25 Km de la autopista ya en Tupungato, preguntamos por el hospital y cuando llegamos ahí llamé de nuevo a Ojitos para que me diera la dirección exacta.
 En eso estábamos, cuando una mujer en un auto que iba pasando nos pregunta si andamos con otros chilenos que vienen a buscar una moto... que estaban 1 cuadra más allá. 
Bieeeen! el caos que se organiza solo pensé, dimos vuelta a la esquina y ahí venía el Wiro en la moto de Ojitos. 
Nos reunimos, nos reprochamos recíprocamente quién se había equivocado y quién era más pelotudo, y después de un empate técnico, le entregamos los regalos que había mandado Ojitos a Mauro, un caballero él, le agradecimos todo, nos despedimos y partimos a Chile devuelta, sabiendo que todavía quedaba el capítulo de la Aduana en la entrada a Chile.

Por fin! la moto!

Lo que si está claro es que a partir de ahora para Cualtaco,  Tupungato no es el mismo. Toda la historia de Ojitos y el rescate de la moto estarán asociadas para siempre a este pueblo.
Nos volvimos por el camino por donde habían llegado el Perro el Wiro y la Leo, muy bonito también, con mas subidas y bajadas y curvas. Wirito se vino en la moto de Ojitos, y el Pelao en la de la Leo.

Wirito al rescate!!

Pelao chopero

Pobre Pelao! como iba de "volante", cuando ya se había acostumbrado a manejar una moto, tuvo que cambiar. Primero la del Wiro, después la mía y ahora la de la Leo!! jajajaja

Yo agradecí volver a manejar y no ir de copiloto, no porque el Pelao maneje mal, todo lo contrario! porque ya perdí la práctica de ir atrás y mas encima sin top case.
La vuelta a Uspallata una delicia, me encanta ese camino! En el lago se veían montones de windsurfistas aprovechando el viento de la tarde con sus velas multicolores.
El camión volcado seguía donde mismo pero ya había llegado una grúa de las grandes para sacarlo.

Llegamos a Uspallata y paramos en Los Patos, a tomar una bebida y seguir pensé yo, que con el sanguchote de la mañana tenía para todo el día. Pero no, habíamos parado a almorzar, a las 5 de la tarde, y después seguir a Chile... bueno, será.
Ibamos entrando junto con otro grupo de motoristas, 4 creo que eran, que habíamos visto en el camino. Nada jóvenes, poquito más viejos que nosotros.
No podían creer que habíamos ido a Tupungato y que después de almuerzo seguíamos a Santiago... menos con los platotes que nos comimos! Ustedes si que son aventureros! nos decían.
Comimos, nos repusimos, hicimos shopping, echamos bencina y partimos.

Misión casi cumplida!!!!!

El sol y la sombra

A esa hora, con el sol de frente era fácil encandilarse. Pero con estos cascos que traen la visera retráctil oscura se soluciona en gran parte un problema no menor.
Con el Perro hicimos ese tramo muy rápido, ya no había tanto viento como en la mañana, y el camino casi era sólo para nosotros. Además ir detrás de él es como ir en clase de manejo.
Llegamos a la aduana chilena, y al poco rato llegaron Wiro y el Pelao.

El Wiro fue a recuperar su moto del Wirogate y el resto nos quedamos rezando para que no hubiera problema!

Y apareció Wirito triunfante con su Kawa, rescatada de la aduana argentina.
Se restablecía el orden natural de las cosas, cada uno en su moto, el Wirito llevando la accidentada y el Pelao con la Kawa
Ahora sólo quedaba entrar la moto de Ojitos a Chile. 

Llegamos a la Aduana, estacionamos, empezamos a hacer el papeleo, y Wirito tenía que ir como el comprahuevos, de ventanilla en ventanilla, explicando toda la historia.
 "Mira, te explico" decía con cara de inocente, mientras desplegaba un alto de papeles y documentos que sólo Brutus comprende, cada vez que se acercaba a una ventanilla, y se agachaba para que lo escucharan mejor.
Lo dejaron pasar a pesar de que según ese funcionario faltaba haber legalizado todo el alto de papeles en el consulado chileno de Mendoza. Que él lo dejaba pasar pero que no se responsabilizaba de nada, y que dejaría una fotocopia de todo como resguardo. 

Todo listo!!

Y además dijo que la vieja pesada de la mañana le había retenido la moto de puro mala onda porque la info que él veía era que tenía precautoria de enajenación, que no era lo mismo y que no impedía sacarla de Chile.
Ahí si celebramos!! y de ahí partimos a Santiago a hacer entrega de las llaves a Ojitos.

Ultima parada en Saladillo

Después de Saladillo nos pilló la noche y se hacía más difícil adelantar. Había harto camión en filas y yo me quedé atrás. Pelao y Perro me esperaron en la entrada a la autopista Los Libertadores. 
Al pasar yo seguimos, o eso creía hasta que con la Leo nos dimos cuenta que el Perro no venía. Bajamos la velocidad y mucho rato después apareció. 
Había tenido un problema electrónica que le impide arrancar el motor. 

Pasadas las 10 llegamos donde Ojitos. Ni tan cansados a pesar de que el día había partido a las 5:30 AM y con 900 km en el cuerpo.

La Stella nos había peparado un vituperio, riiiico, con cervecita. Lo mejor fue ver lo bien que está Ojitos a pesar que la recuperación no ha estado exenta de toda clase de tropiezos. 
Como corresponde a un doctor no más, que cuando les pasa algo, siempre es con atado y un cacho para los colegas tratantes jajajaja!

Un gran día sin duda, para recordar y para reafirmar que los lazos de amistad mueven montañas y que cuando se quiere, se puede!!
Un largo blog que refleja en forma apretada y resumida lo que fue el día!

Hasta la próxima!!
PP y Leo