domingo, 8 de septiembre de 2024

Fin de semana largo en la IV Región

 El Jueves 15 de Agosto era feriado asi que tocaba hacer el sandwich y tener 4 dias libres.
El Vampi organizó un viaje a la IV Región, con base en La Serena y paseos por el día a diferentes localidades.
L@s confirmad@s fuimos los Vampis, los Paparazzis, el Pollo con la Lisa, yo, y  Camarón solo (la Sonia andaba en Colombia en reemplazo  de su viaje frustrado a Venezuela gracias al HDP de Maduro)

DIA 1 SANTIAGO - LA SERENA

El pronóstico del tiempo no era muy auspicioso, pero al menos no se veían lluvias en los próximos días.
La junta era a las 9:15 en la Petrobras de la Ruta 5 por ahí por Batuco, para salir a las 9:30.
Yo llegué poco antes de las 9 a echar bencina. Super abrigada. Estaba bien nublado, frío, con 10º  y con neblina. Los Paparazzi ya habían llegado y nos quedamos esperando a los demás participantes.



Estábamos en el estacionamiento y llegó un camioncito con una insólita carga. Un montón de ataúdes envueltos en telas, bien ordenaditos. Seguro era un fabricante que los llevaba a alguna funeraria. Pero iban muy a la vista.

Al rato llegaron los Vampis. Qué bueno volver a verlos!!
Más tarde llegó Camarón, super acelerado. Resulta que iba a muy buena hora cuando se dio cuenta que había dejado la billetera en la casa... con los documentos, tarjetas y plata.
Asi que tuvo que devolverse, ir a buscarla y volver a partir jajajajaja.
Según él hizo todo el trayecto ida y vuelta a 150 Km/hr. Yo le creo. 


Así y todo llegó antes que el Pollo.
Poco después de las 9:30 partimos.
La ruta era Quilimarí-Caimanes-Cavilolen-Mincha-Huentelauquen-La Serena.
Estaba bien helado, menos de 10º y con harta neblina. Por suerte había poco tráfico y avanzamos rápido. Parece que la gente no se levantó temprano para irse a la playa.

Todo el paisaje estaba con mucha vegetación, pastos y arbustos, me recordaba el sur de Chile o documentales de Escocia.
Yo creía que después del túnel El Melón estaría despejado... craso error! Seguía igual o peor, con la neblina más densa, que mojaba el casco y dificultaba la conducción.
Al lado poniente de la autopista vimos 2 lagunas bastante grandes que se formaron con las lluvias del temporal que dejó a medio Chile sin luz hace 3 semanas. Bien impresionante.
Recién a la altura de Los Molles la neblina se disipó un poco. 
En el peaje de Pichidangui inesperadamente había harto taco, porque en la carretera no se veía tanto tráfico.


Como íbamos a salir en Quilimarí, el plan era recargar combustible en la Copec de la carretera en Pichidangui.
Paramos ahí, donde solo se puede echar bencina. No hay tienda ni baños. Y yo necesitaba bencina y baño.






La Anto que siempre encuentra la manera de solucionar cosas, preguntó en un restorancito al lado de la bomba, y se podía usar el baño pagando $500. Bien!!
Al final nos instalamos en el restorán, con música de You Tube en pantalla graaande. 
Tomaron café para el frío, y el Pollo con la Lisa se pidieron un sandwich de pollo que estaba espectacular, sabroso, con el pan perfecto. 
Un muy buen lugar para parar camino al Norte.

Después de eso nos abrigamos, y nos despedimos de los Paparazzi que se irían directo por la 5 Norte a La Serena.
El resto nos desviamos a Quilimarí para adentrarnos en los caminos secundarios de la IV Región.
Quilimarí no hace tanto era menos que un poblado. Ahora está mucho más extendido, con más comercios pequeños y muchas más casas, algunas modestas y otras no tanto.
Desde ese momento hasta que volvimos entrar a la 5 Norte fue una curva tras otra, con subidas y bajadas por lo irregular de la geografía.
A medida que nos internábamos en los caminos secundarios mejoraba la sensación térmica y un poco la temperatura que llegó hasta 15º pero no despejó nunca.




En el trayecto, un camino sinuoso, se veían los cerros verdes y el recuerdo de los temporales, que arrastraron agua piedras y barro en los caminos. 
Como diría Charly Sinewan (aventurero en moto y YouTuber muy famoso) el camino se puso divertido. 
Guardando tooooodas las proporciones por supuesto jajajajaja.( Hay que recordar que el es un seco y yo soy una abuela que anda en moto)
Cruzamos un riachuelo, recién formado, en el terreno inundado a lado y lado del camino, que cruzaba sobre el pavimento y había que pasar no más. Vampi pasó primero y se notaba que no era tan profundo y pasábamos demás.

Seguía muy nublado, con nubes densas y amenazantes, y el día más bien oscuro.
Seguimos camino hacia Guangualí, a baja velocidad por las curvas, y las sorpresas en la ruta.


Un segundo riachuelo, pocos Km. más adelante, que se veía similar al primero... pero no. 
Ya metida en el agua, después de unos 10 o 15 metros, me doy cuenta que el fondo ya no es pavimento sino que bolones de piedra... OMG!! ni siquiera lo pensé, no podía parar en el agua y avancé diciéndome  "sin caerse, sin caerse" 
Y lo cruzamos.



Pasamos por Guangualí y luego bordeamos el tranque Culimo, que ahora ha vuelto a estar a tope después de estar casi seco por largos períodos de ausencia de lluvias.



El camino muy sinuoso, con subidas y bajadas y muy accidentado por los derrumbes en el camino. Con las lluvias intensas se produjeron pequeños aluviones que en varios tramos dejaron la calzada cubierta de tierra y piedras.


El paisaje estaba precioso, lo poco que se podía mirar ya que había que ir atenta a las condiciones de la calzada. Vimos varios socavones, convenientemente señalizados y con reducción de la pista de circulación en el lugar. Se veía el hoyo debajo del pavimento.
Llegamos Tilama, un pueblo enano, muy pintoresco. Siempre que andamos por ahí pienso como será la vida de las personas en lugares como ese.
Pasado el pueblo cruzamos el puente Tilama, típico de la zona, de fierro, de una sola pista, de 124 m. y con ceda el paso. Está en categoría de Monumento Histórico y es un vestigio de la Red Longitudinal Norte del ferrocarril que nunca terminó de concretarse.

No pudimos irnos por la ruta de los túneles que era el plan original porque nos enteramos de que estaban llenos de barro después del temporal, asi que seguimos hacia Caimanes y de ahí hacia Cavilolen y Mincha Norte.
Más adelante había muchos badenes que allá le dicen baches, también de piedras en vez de pavimento, algunos con agua, y todos al final de una bajada y el inicio de una subida y en curva.
Cerca de Illapel volvimos a entrar en un banco de niebla, con poca visibilidad.

La ruta se hacía más difícil por el estado del camino, con derrumbes, barro y piedras. Pero los paisaje valían la dificultad! A pesar de estar bien nublado, las vistas eran impresionantes. 
El último tramo desde Mincha Norte hasta  Huentelauquén fue una cuesta más bien trabada. Desde lo alto parecía una postal de Suiza. Y también se veía una gran nube sobre el valle, allá abajo, como la que se ve algunas veces en la Cuesta Buenos Aires.
Yo estaba muy contenta de por fin llegar a la autopista. Había muy poco tráfico asi que podíamos meterle chala. Yo llegué hasta 160. Creo que Camaron se dio el gusto de pasar los 200. Pero la mayor parte del tiempo fuimos a 130
En esta zona los peajes son manuales. Una lata, pero la Anto se ofreció a pagármelos para no tener que pasar por la incomodidad de parar, sacarse los guantes, sacar la plata, pagar, recibir y guardar el vuelto, volver a ponerse los guantes y por fin salir del peaje.
Teníamos que parar en Socos a echar bencina porque no nos daba para llegar a La Serena.
Cuando llegamos había una tremenda cola, pero menos que otras veces. Nos colamos entremedio de los autos y llegamos más adelante en las bombas donde los autos no pasaban por el taco.


Había una ambulancia del SAMU que nos pidió cargar combustible antes que nosotros. Le pregunté si podíamos echar la moto a la ambulancia e irme con él pero me dijo que no porque llevaban un infartado jajajajajaja!!

Cargamos bencina y comimos algo rápido en la tienda de la Copec. El Pollo con la Lisa habían pasado a almorzar a un restorancito cerca de la bomba. Dios les guarde el apetito! Con el medio sandwich que se habían comido en Pichidangui! Entre una cosa y otra, terminamos mas o menos juntos y seguimos camino, más o menos juntos.
En el tramo entre Socos y Fray Jorge además del verdor inusitado de los campos y cerros, habían crecido los yuyos de un increíble amarillo brillante. Un espectáculo considerando la zona en que esto ocurría.



Teníamos que ir muy atentos porque en ese lugar siempre hay carabineros controlando la velocidad... y ahí estaban.
En el peaje de Tongoy había cola. Una vez que lo pasamos seguimos hacia el norte.
A la altura de La Herradura nos empezaron a pasar autos de la policía. Primero uno, después otro, en total deben haber sido 5. Algunos de los cuales iban muy rápido, con luces de emergencia, y las balizas encendidas y haciendo sonar las sirenas.
La entrada a La Serena después de Coquimbo estaba inesperadamente expedita! Con tráfico, pero sin taco! Maravilloso. Igual que el camino hasta Cuatro Esquinas, por donde entramos hacia Avenida del Mar donde está el hotel en que habíamos reservado.
A las 18 llegamos al hotel, estacionamos las motos, y nos registramos.
Por suerte había una habitación disponible para Camarón que no tenía reserva. Los Paparazzi ya habían llegado y nos encontramos en la recepción.

Fuimos a las habitaciones, nos cambiamos de ropa para salir más tarde a comer algo decente.
El plan era la Mia Pizza, que es más o menos segura. Ahí los Paparazzi nos contaron que el trébol en el acceso hacia Illapel estaba inundado y sólo  se podía pasar por las vías elevadas, tanto en la autopista hacia el norte como hacia el sur.
Ni remotamente se podría haber pensado que algo asi podía ocurrir.
Terminamos de comer y nos fuimos al hotel a descansar después de un día muy entretenido con harta moto!

DIA 2  ANDACOLLO Y OVALLE

Amaneció nublado y frío, asi que había que abrigarse mucho y eso puede ser molesto para manejar.
A las  9 nos juntamos a tomar desayuno. Bien bien bueno, con de todo un poco, aparte del café, instantáneo y de máquina, había jugos, cereales, fruta, yogur, medialunas, masitas dulces, panes, jamón, queso, mermeladas. Las marraquetas fueron muy elogiadas.



Nos juntamos en el estacionamiento, para sacar las motos. Estaba muy frio, brumoso, nublado y oscuro.






A las 10:30 partimos hacia Andacollo.


El Pollo tenía que echar bencina, y para eso nos fuimos por la Francisco de Aguirre, a la Copec que esta en la esquina con la 5 Norte. Mucho tráfico.


La salida de la ciudad fue un poco trabada por el alto flujo vehicular. Llegamos a Balmaceda para acceder al desvío del camino a Andacollo.
Esa avenida estaba con arreglos y desvíos. Finalmente dimos con el inicio de la ruta al pueblo minero de la basílica monumental de madera.





Algunos detalles de la historia de la virgen de Andacollo y de la basílica están en la publicación del 21 de Julio de 2021
Seguía bastante nublado y frío. Nos demoramos bastante en llegar a la variante donde se toma el camino a Andacollo. Cuando por fin salimos del taco la cosa era bastante más agradable y más bonito a pesar de que seguía muy nublado y frío.




Los primeros kilómetros están bastante más poblados de lo que recordaba y por supuesto mucho  más verde que lo normal. Y también más transitado.
Muchas rutas en Chile tienen nombre propio, como la Ruta del Vino, de los Conquistadores, del Desierto, y esta no podía ser menos y ha sido bautizada como la Ruta de las Estrellas, haciendo referencia a la gran actividad astronómica que se desarrolla en la IV y III Regiones.

La cuesta misma está muy buena, pero yo no andaba en mi mejor día y me anduve maneando en la curvas más cerradas con pendiente, pero Camarón con santa paciencia se fue detrás mío todo el camino. Ese es el trazado

El paisaje desde lo alto era precioso.
La Anto sacó un montón de fotos que en el futuro documentarán el extraño e inusual fenómeno de ver esta zona cubierta de vegetación, lomas verdes y flores.






A la salida de una curva estaba el Pollo con la Lisa esperándonos. La Lisa sacó fotos e hizo un video buenísimo de las motos pasando. Lo publicó en TikTok.
En las afueras de Andacollo, se divisan las tortas, que son acumulación de material de desecho de la industria minera.

Llegamos a la plaza del pueblo con las dos iglesias, que estaban abiertas y se podían visitar.
Estacionamos las motos y nos quedamos un rato descansando, conversando, recordando anécdotas. 
Paparazzi hizo gala de sus habilidades de fotógrafo y sacó fotos muy buenas con la iglesia  de fondo. El pueblo estaba bastante tranquilo y con poca gente, comparado con el 2021, que nos tocó la fiesta de la virgen con bailes religiosos y trajes colorinches.






La Margarita con la Anto fueron a la iglesia mas chica. Paparazzi fue a conocer la basílica. La que parece construida con mármol pero es de madera, mayormente pino Oregón traído desde California, pintada imitando mármol. 
Es una pasada! como dicen los españoles.
Interior de la Iglesia más chica




Seguimos camino hacia Ovalle. Muchos perros se tiraban contra las motos a lo largo de 2 o 3 cuadras. Yo no los miro, solo sigo.

 A la salida de Andacollo nos anduvimos perdiendo y tuvimos que dar la vuelta.
Con los caminos tan embarrados cuesta más ver cuales son caminos son de asfalto y cuales de tierra.
Volvimos a recorrer la ruta D457 por la que anduvimos en 2021.
Esta vez estaba en regulares condiciones por los efectos de las lluvias que se registraron recientemente. 
Varios tramos cubiertos por tierra y piedras.
El camino seguía lindísimo. Como un adelanto del desierto florido, que seguro este año será espectacular.




Pasamos por el mirador donde paramos el viaje anterior. Desde ahí se ve todo el Valle de Rio Hurtado.

Bordeamos el embalse Recoleta que curiosamente estaba con  menos agua que lo que tenía el 2021. Seguramente antes de las lluvias estaba aún más bajo.

A esa hora hacía mucho menos frío, el sol algo se asomaba entre las nubes y el termómetro llegó a marcar 18º, un agrado.

Nos desviamos hacia Ovalle y luego llegamos al Casino a almorzar.
Yo no lo conocía. Es un edificio enorme, muy moderno con la estética típica de esta clase de lugares.



Camarón venía con un problema con el parabrisas y aprovechó de arreglarlo. Con implementos que yo andaba trayendo en la maleta-caja de herramientas de la que tanto se ríen, y que ha servido más de una vez a salir del paso.

Tuvimos que esperar un rato hasta que nos hicieron entrar. Camarón que no tenía hambre porque había tomado mucho desayuno, se quedó afuera esperándonos. (!)
Se sentó en una terraza de otro local y se tomó un pisco sour. 
Nosotr@s pensamos que se había ido a La Serena, así que almorzamos con toooda calma.

El almuerzo estuvo razonablemente bien, especialmente el lomo a la parrilla que estaba muy bueno, blandito y sabroso.

Cuando salimos, ahí estaba Camarón esperándonos... y de muy buen humor (sería por el pisco sour?) Se puso a weviar con uno de los conos usándolo como altoparlante porque realmente suena super fuerte jajajajaja

Partimos de vuelta a La Serena alcanzando la Ruta 5 en Quebrada Seca.
El Pollo con la Lisa se fueron directo por la autopista de Ovalle a La Serena.
Teníamos que echar bencina y nos descoordinamos. Camarón se metió a la Copec cerca del Casino, cuando la idea era parar en otra bomba más adelante. Así que tuvimos que esperarlo hasta que apareció.


Paramos en una Petrobras. Camarón que ya había echado bencina, se estacionó a la salida de la bomba, al lado de un puesto de frutas y aprovechó de comprar mandarinas, dos mallas, a Luca cada una, jajajajajaja sólo él.

Dentro de la ciudad hay mucho tráfico y se avanza lento. Además hay que confiar en que la gente deje pasar cuando hay que cambiarse de pista. La Anto hacía  el gesto para que nos dejaran pasar y por suerte lo podíamos hacer.
Salimos de Ovalle por un camino encaramado en un cerro, que me dio la idea que va por sobre el murallón que se ve al entrar a Ovalle desde el Norte.
Ibamos de lo más bien hasta que justo antes de una curva pronunciada, se ven los autos detenidos esperando pasar.
Más encima en subida. Como era una curva como una esquina, no podíamos ver qué pasaba.


Esperamos un buen rato, yo calculo 10 o 15 minutos hasta que se empezó a mover.
Maravilloso el freno de asistencia en subida para partir sin problema.
Pasaba que estaban repavimentando una de las pistas, con los bandereros ad hoc, para organizar el tránsito.
La reparación afectaba a un tramo de un par de kilometros, si no más. Asi que dentro de todo no esperamos tanto, al ver el largo de la cola que se había hecho con los que esperaban en la pista contraria.

Eso si, seguimos un buen rato en el taco, en un camino donde adelantar no era tan fácil.
Después el camino se despejó y se puso muy lindo con grandes extensiones de yuyos y arbustos a lado y lado.
Llegamos a la 5 Norte en Quebrada Seca. 
En paseos anteriores había visto la señalética anunciando la localidad, pero al salir a la 5 Norte, no tenía idea de donde estábamos. Al verlo en el mapa supe que es un pueblo pequeño, pegado a la 5 Norte por el Este, 20 Km al sur del cruce a Tongoy y a 80 Km de La Serena.
Camarón ha descubierto que en su moto puede ir de pasajero... pone el control crucero y se va tan relajado, con las manos en el estanque, y deja que la moto vaya sola.
Claro que íbamos prácticamente sol@s en la carretera.


Nos tocó el típico taco del peaje de Tongoy. Camarón que antes nos había adelantado super rápido estaba sacando plata de la billetera que estaba en el Top Case.
Seguimos por un camino super agradable, con lindos paisajes y buena temperatura, hasta que llegamos a la pesadilla de la entrada a La Serena, después de Coquimbo. El taco y el caos horroroso. Yo se que India y Vietnam son mucho peores, pero en mi mente esa pasada es como eso jajajajaja. Camarón se fue adelante, por la berma y conejeando. Muy distinto al día anterior que estaba con poco tráfico, sin razón aparente.
Con paciencia y algunos gestos amables de otros conductores, llegamos a la salida a Cuatro Esquinas y después Avenida del Mar hasta el hotel.
Llegamos con los últimos rayos de sol.

Descansamos un rato.
Como nunca quise darme un baño de tina, que estuvo maravilloso, super relajante.
Camarón tuvo la misma idea pero no le fue tan bien. No sé si estaba en la tina o ya se había salido cuando le avisaron que el primer piso se estaba inundando, y que venía de su habitación Porca miseria!  
Más tarde nos juntamos para ir a comer a un peruano cerca del hotel, el Cielito.
Me fui caminando y la Anto con la Margarita fueron a encontrarme en el camino.
El restorán estaba bueno, con minúsculas.
La comida estaba buena y la compañía de los amigos son el mejor aliño! 
Lo más malo fue que costó un montón cuadrar la cuenta, ya que como la mayoría de las veces en este viaje, no podían hacer cuentas separadas. El error era de ellos.
A las 22:30 nos fuimos al hotel a dormir para prepararnos para el paseo del día siguiente: la caleta de Chungungo.

DIA 3  CHUNGUNGO

Nos juntamos a las 9:30 en el desayuno. Seguía porfiadamente frío y nublado, por lo que había que abandonar la idea de ir menos empaquetada. Todo con tal de no pasar frío.
El desayuno estaba muy bueno, igual que el día anterior.
El Pollo con la Lisa que ya habían ido a Chungungo prefirieron quedarse en La Serena y hacer un día de ciudad, ir a La Recova, al Mall y descansar.
A las 10:30 partimos.
Muy nublado y frío.


Salir de La Serena hacia el Norte siempre es un cacho porque hay mucho tráfico, taco, camiones, semáforos.
Además, un poco más al norte de Serena Golf la Panamericana se reduce a una pista hacia el norte y una pista hacia el sur, limitada por barreras New Jersey gigantes y la carretera sin terminar, hace años! 
Esto por un conflicto con instancias conservacionistas y del cuidado del patrimonio, porque se encontraron restos arqueológicos de la cultura diaguita y mientras no se resuelva que se hace al respecto, seguiremos con un cuello de botella en la principal carretera de Chile.
Paramos en la Copec a cargar los estanques.

Durante un rato estuvo lloviznando, lo cual era un poco molesto porque se mojaba el casco. Sin embargo no hacía tanto frío. El termómetro marcaba 13º.
Volvimos a la ruta con dos pistas, nuevamente con todo el paisaje lleno de pastos y arbustos y flores, muy distinto a la imagen que uno tiene de esta zona, más bien árida.





Cruzamos la Cuesta Los Porotitos, el puente Juan Soldado, la Caleta Hornos y unos pocos kilometros más adelante nos desviamos devolviéndonos por un retorno, para acceder a la ruta D 190 que llega a Chungungo.

El camino estaba precioso, y super bueno. Con el asfalto impecable lo que facilita mucho la conducción en las curvas más cerradas y en las pendientes, a ratos bastante pronunciadas.
A pesar del dia nublado se veía todo super bonito.


En la mitad del camino, después de una curva, paramos a esperar a los Paparazzi que se habían atrasado, no sé porqué. Cuando llegaron seguimos camino todos juntos.



Llegamos a Chungungo, que es una pequeña caleta de pescadores artesanales. Su población actual son 373 habitantes.

Desde el camino, a la derecha se ve el pueblo y a la izquierda se encuentra lo que fue la dársena del puerto donde recalaban barcos de gran calado que transportaban el hierro extraído de la mina El Tofo, relativamente cercana a la caleta.

Un poco de historia:

Chungungo se recuerda por su pasado memorable cuando aún se encontraba activo el mineral de El Tofo, en donde los trenes venían a descargar el hierro al muelle de la “Dársena”, ubicada al oeste de Cruz Grande. Fue una localidad con un gran auge industrial.

En su apogeo los hogares tenían energía eléctrica gratuita y la movilización se realizaba a través de la micro llamada “Galgo”, la cual realizaba el recorrido desde el pueblo hacia El Tofo, subiendo por el camino estrecho en la quebrada, para luego bajar a la ruta 5 y seguir el recorrido hasta La Serena, en donde hacía el recorrido de vuelta.

El mineral y su operación pasó de manos locales, con dueños oriundos de La Serena, a una empresa francesa, y finalmente a una empresa estadounidense

El desmantelamiento de las instalaciones sucede en 1978, quedando actualmente solo las ruinas. La escuela y la capitanía de puerto aún se conservan.

Se reconoce a la localidad de Chungungo por el mineral de hierro El Tofo. Y por el cercano, pequeño y en desuso campamento de la mina llamado Cruz Grande.

​ En Cruz Grande destaca una dársena mecanizada para el embarque de hierro, obra construida por esta última empresa estadounidense en el año 1915. El puerto consistía en un muelle metálico, y fue allí donde corrió el primer tren eléctrico de Sudamérica, que recorría 24 km.

En 1960 se produce una baja de la demanda internacional de hierro, que provocó la paralización del mineral, pues se convirtió en poco rentable. Para el año 1970 fue nacionalizado, pasando a depender de la Compañía de Acero del Pacífico (CAP), empresa que en aquel entonces pertenecía al estado.

La destrucción y desmantelamiento de muchas de las estructuras portuarias mineras sucedió alrededor de 1978. Algunas instalaciones son actualmente solo ruinas, protegidas por la Gobernación Marítima, autoridad a la que se debe pedir autorización para ingresar.​ Hoy solo quedan en pie, la Escuela y la Capitanía de Puerto. La Dársena solo se utiliza para el resguardo de los botes de los pescadores de la caleta.

Justo ese fin de semana había una actividad del pueblo llamada ExpoChungungo.
Llegamos al final del camino y nos fuimos a estacionar cerca de lo que parecía un punto turístico.



Tal cual. Nos encontramos con una especie de feria artesanal muy muy bien montada. Todo bonito, impecable, bien cuidado. Baños públicos impecables, y gratis! Osea una Expo como la que más. Pero chiquitita.



Esta gente ha entendido super bien como potenciar el turismo local! Realmente muy logrado.
Ojalá se viera ese espíritu en otras partes de Chile para promover el turismo y dar a conocer los lugares.
Nos sacamos una foto en el letrero de la Expo y estábamos en eso cuando llegaron los encargados de contenidos para las redes sociales y nos preguntaron si podían sacar fotos y grabarnos para tales efectos.
Me dio tanto gusto la iniciativa (Chungungo poh!) que me motivé y compré un imán para el refrigerador y un tazón.
Al final del área de los puestos de venta de artesanías había una gran terraza con vista al mar y mesas dispuestas para almorzar.
Todavía era temprano asi que decidimos ir a conocer la dársena y el muelle. 

El trayecto se hace a pie, lo cual no significaría ninguna complicación si no fuera por una parte en que es bien empinada y una gran subida bien larga cuando se emprende el camino de vuelta.
Camarón obviamente se quedó en la Expo. En buena hora, porque había un par de partes con harta pendiente, que para los sedentarios resulta muy cansador.
Los Vampis y los Paparazzis son super buenos para caminar y están totalmente en forma. Yo no, y estoy totalmente fuera de training.
Los Vampis con la Margarita se fueron adelante a un paso imposible de seguir, entre otras cosas porque a mi me gusta ir mirando y sacando fotos, así que me quedo atrás inevitablemente.
Paparazzi, muy caballero él, se quedó conmigo y fue a mi ritmo. 

El lugar es impresionante! El muelle en ruinas, corroído por el mar, con agujeros que permiten ver desde arriba la marea entrando y saliendo en un vaivén eterno.




Me llamó la atención una tubería que parecía de goma o de caucho, negra, de unos 20 o 30 cm de diámetro, que recorría todo el trayecto, desde donde partimos. Después supimos que a través de ella sube el agua desanilizada desde el mar, que provee de agua potable a los habitantes. La planta desaladora está en funciones desde 2012. Capta agua de mar a un kilómetro de la costa, llega a la planta de osmosis inversa donde se obtiene agua potable que llega por la tubería hasta el poblado. 
Antes dependían de la tecnología de atrapaniebla y de camiones aljibe que proveían el vital elemento.



Seguimos caminando hacia la dársena (ya habíamos perdido de vista a los compañeros de paseo). 
Nos íbamos acercando a la bajada hacia el puerto (que a la vuelta es subida) cuando pasa un auto, se detiene, y nos ofrece llevarnos. Muy dignos le agradecimos y le dijimos que no era necesario, que íbamos bien...

Nos dijo que había visto las motos arriba, que él iba a hacer algo corto al muelle y que luego se devolvía. Asi que si queríamos, nos podía llevar de vuelta a la Expo.
Nos estamos (lamentablemente) tan acostumbrados a tanta amabilidad.
Por fin llegamos a la mentada dársena. 
Situándome en la época, (primera mitad del siglo XX) es evidentemente una obra de ingeniería mayor! Es posible imaginarse los buques atracando para cargar el mineral que llegaba desde El Tofo.
Ahora los pescadores de la zona lo usan para guardar sus botes.


El mar y los roqueríos negros son de una belleza indescriptible.


Llegamos donde estaban los demás y la suerte quiso que justo en ese momento estuvieran sacando un bote de dos toneladas del agua con una grúa, para "estacionarlo" afuera y cambiarle el motor.
Llevaron a cabo la maniobra a la perfección, con mucho oficio. El operador de la grúa apoyado por dos pescadores mantenían el bote perfectamente equilibrado, sin que se balanceara, mientras lo sacaban del agua colgando con dos eslingas, y era depositado en el lugar previsto para el mantenimiento.


Entretanto el hombre del auto rojo también había hablado con los Vampis y la Margarita y les había ofrecido llevarlos de vuelta.
Estuvimos mucho rato junto a los pescadores observando las actividades que les son propias, además de sacar el bote del agua; los vimos preparar redes de pesca, esas que parecen un puro enredo, que de enredo no tienen nada, sino que al revés, van ubicadas perfectamente de manera que al tirarlas al mar se despliegan para cumplir su propósito.
Ya era hora de volver y ante la perspectiva del camino en subida, sin ningún pudor nos acercamos al dueño del auto rojo para preguntarle si nos llevaba.
El fue el más entusiasta en decir que cabíamos todos jajajajaja.
En el trayecto hacia el estacionamiento recordó una gran marejada hace algunos años, cuando el mar pasó por encima de todo el puerto y el estacionamiento llegando hasta la dársena y nos mostró por donde pasaban las olas en esa oportunidad.
Llegamos al auto salvador y nos metimos como pudimos, Paparazzi adelante y los Vampis la Margarita y yo, atrás.

En el trayecto nos fue contando como son las reglas de los pescadores en el uso de los puertos de la región de Coquimbo, como ha sido progresivamente más difícil sostener la actividad y que sea rentable, y que el ahora se dedica a pescar jibia, para lo cual salen en la tarde noche y vuelven de madrugada.
También nos contó que trabajaba en uno de los locales de comida que estaba en la terraza y que con todo gusto nos atendería si es que habíamos pensado almorzar ahí.
Llegamos al estacionamiento de la Expo, nos bajamos del auto como en esos concursos de Don Francisco que llenaba un auto con personas, le dimos las gracias y nos fuimos a juntar con Camarón que ya tenía una mesa reservada y había conversado con medio mundo.

Nos sentamos y al poco rato llegó nuestro rescatista con la carta para almorzar.
Había 2 opciones: locos con acompañamientos (ensaladas básicamente) o pescado frito con los mismos acompañamientos. Eran platos bien grandes, 10 lucas los locos y 7 lucas el pescado.

Yo pedí locos; venían 5 de buen tamaño, los más blandos y sabrosos que recuerdo haber comido alguna vez. El pescado frito también sacó nota 7, si no el mejor, de los mejores ninguna duda.

Luego llegó el equipo de redes sociales a fotografiar los platos y después a entrevistar a alguien de la mesa. Vampiro se ofreció para responder las preguntas de la entrevistadora. Lo hizo muy bien!.
Eso si, hasta la publicación de este blog, el único contenido nuestro que subieron a Instagram, fue el video en que saludábamos en el letrero de Expo Chungungo.
Después de almuerzo nos preparamos para volver a La Serena.
Cuando nos íbamos yendo nos regalaron parasoles para los autos, con el logo de Expo Chungungo. Como pudimos los acomodamos en la moto de Camarón. Quedaron de lo más bien y así llegaron a Santiago.

A lo lejos se veía una densa niebla, o directamente nube, en las alturas de los cerros a los cuales teníamos que dirigirnos.
Los Vampis y los Paparazzis se irían por el camino de tierra hacia la mina El Tofo y de ahí a la 5 Norte, a la altura de la cuesta Buenos Aires.
Con Camarón recorrimos el camino de vuelta. Nos cruzamos con más autos que en la mañana. Estaba frío pero no terrible, y no nos tocó neblina.
Llegamos a la Ruta 5 que estaba casi sin tráfico. 
Durante un largo trayecto nos fuimos solos y no nos cruzamos con vehículos hacia el Norte.
Otra historia es la entrada a La Serena, cundo se reducen las pistas y después en la zona urbana, donde siempre hay caos. Miles de autos y camiones. Camarón logró meterse entre los camiones, y gracias a los camioneros buena onda, pudimos cambiarnos desde la tercera pista a la primera para doblar en la Avenida Francisco de Aguirre hacia el icónico faro. 
Llegamos al hotel y estacionamos las motos. Los otros no habían llegado aún.
Más tarde nos contaron que la vuelta había sido terrible porque sí les toco neblina muy densa, que no se ve nada a mas de un par de metros, en camino de tierra desconocido, y también en la Cuesta Buenos Aires.
Terminando el día nos juntamos en el restorán del hotel a comer unas pizzas y tomar una cerveza.

Nos reímos mucho, la revolvimos como siempre. Había un artista que cantaba con bases grabadas, y lo hacía extraordinariamente bien!! Con muy buena voz, se sabía infinidad de temas de todos los estilos, en español y en inglés. Pasó por las mesas preguntando si queríamos pedir algún tema en especial.
Después de comer nos quedamos un rato conversando.
Después, a acostarse y descansar la ultima noche antes de volver a Santiago.

DIA 4 VUELTA A CASA

Amaneció muy nublado, ventoso, con un poco de niebla y muy frío.
El plan era estar partiendo a las 10. El Pollo con la Lisa decidieron quedarse un día más y volver el Lunes con mens tráfico, considerando que el Domingo será la vuelta del fin de semana largo.
Yo me levanté con tiempo como para cargar la moto y tener todo listo antes de bajar a desayunar.
A las 9 estábamos tomando desayuno. El Pollo bajó a despedirse, conversamos con él un rato y nos aprestamos para partir.

Al levantarnos de la mesa nos dimos cuenta que en  la Avenida del Mar se estaba llevando a cabo una corrida o mini maratón. Osea, los planes de salir por ahí ya no corrían y había que buscar una alternativa.




Surgió la controversia acerca de cargar combustible en la Petrobras en Coquimbo, en la autopista o en la Copec a la salida de La Herradura.
Camarón quería pasar a la Copec, porque el usa su app. Muevo de Copec, con la que paga con el teléfono y que le regala hotdogs 😂.
Vampiro había considerado la Petrobras porque siempre esta vacía y la Copec en general  suele estar llena. Yo sigo las instrucciones del boss y no las discuto. Paparazzi también votaba por la Petrobras.
Después de mirar un rato a l@s runners, de todas las edades, contexturas, pesos y tallas, terminamos de prepararnos y partimos. 
La alternativa era la Avenida del Pacífico, paralela a la Avenida del Mar, justo detrás del hotel.
Pero tampoco nos resultó por ahí porque justo se interrumpe a la altura del hotel. Osea alcanzamos a doblar hacia Cuatro Esquinas solo para darnos cuenta que media cuadra mas allá había que devolverse. 
Por suerte, justo cuando estábamos en esa faena, terminó la carrera y la Avenida del Mar estaba abierta. 
Así que pudimos hacer todo el trayecto por el borde costero hasta el final, y salir a las 5 Norte.

Finalmente Camarón se fue a la Copec y salió  a la 5 Norte antes del término de la Costanera, y los demás nos fuimos a la Petrobras.
En la Petrobras no había nadie y el acceso y la salida son expeditos, es como desviarse de la carretera y volver a entrar.


Cuando llegamos a la Copec Camarón nos estaba esperando en la berma.
Estaba super frío, y muy nuboso. A ratos encontrábamos neblina que mojaba la mica del casco y a ratos la bruma hacía borroso el paisaje. O sean día realmente malo desde el punto de vista del clima para un viaje en moto.
Yo iba full abrigada, con el calientapuños en el máximo.
Supe que existen guantes calefactables que funcionan con una batería. Creo que los voy a buscar y si los encuentro, los compro.
Nos fuimos juntos y avanzamos a buen ritmo. Yo pegada al Vampi y más atrás Camarón y Paparazzi.


A riesgo de ser redundante, debo comentar que de lo poco que se veía el verdor del paisaje seguía siendo alucinante.
Como a las 12:30 paramos en Huentelauquén a comer (nuevamente) las míticas empanadas fritas de queso de la zona.
Estaba super lleno, más que las veces anteriores, a pesar del día tan feo y del frío que calaba los huesos.
Estacionamos donde pudimos, entre una cantidad inusitada de autos.
Yo no tenía hambre como para comer empanadas pero sí compré papayas confitadas. Había quedado atravesada de la última vez que paramos, hace como 2 semanas, y no había.


Camarón hizo su buena obra... encontró un llavero botado, con varias llaves y una llave electrónica de auto. Se fue preguntando de quién eran hasta que el dueño las reconoció. No podía estar más agradecido.
Terminaron de comer las empanadas y partimos. No daban ganas de quedarse .


Para mi frustración tuve que pedirle al Vampi que me sacara la moto. La salida normal de tierra, no es problema, pero había autos estacionados en esa parte y había que darse la vuelta más al fondo donde había ripio, y ahí si que no me atrevo.
El Vampi me sacó la moto y pudimos seguir camino a Santiago.
La siguiente parada también fue objeto de controversia. Camarón quería que fuera en Palo Colorado y Vampi proponía la Copec de Los Vilos. 
Al final, Vampiro dijo que haría un sacrificio y que se lo ofrecería a laguna divinidad o a la Pachamama o algo por el estilo, y se decidió parar en Palo Colorado.
Llegamos allá, llenamos los estanques y nos despedimos, ya que no volveríamos a detenernos en el camino a casa.
Pasamos por el enlace con el camino a Illapel. El que los Paparazzi nos habían comentado que estaba con tránsito solo por la vía elevada porque se había inundado. Si no lo hubiera visto no lo creería!! Era mucho peor que lo que nos habían contado!
Yo me imaginaba que era como la típica inundación de un paso bajo nivel. Y no!! había una laguna con olas a lado y lado de la ruta por el camino elevado, además del agua en la autopista misma, que estaban sacando con camiones con motobombas.
Hasta ahí el tráfico estaba bastante decente y no notamos congestión.
La temperatura bajó aun más y llegó a 10º. Yo no lo noté con todo el abrigo que andaba, pero Camarón si lo sufrió porque no llevaba la ropa adecuada.
Muy de vez en cuando parecía que iba a despejarse y aparecía un poquitito de cielo azul, pero no, volvía a cerrarse y se mantuvo helado y oscuro todo el camino hasta la llegada a Santiago.
Con Camarón nos vinimos juntos y nos escapamos del Vampi y Paparazzi porque queríamos llegar luego. Camarón quería acompañarme a la casa para entregarme los regalos de Chungungo.
Anduvimos super bien hasta el túnel El Melón, donde nos encontramos con un mega taco.
Había que ir en primera, a 5 por hora, bien . Además íbamos por la fila que se terminaba más adelante y había que confiar en que nos dejaran meternos en la cola.
Cuando nos tocó, el bus que tenía que habernos dado el paso, al revés, nos apretó, pero el conductor de una camioneta cachó la movida y nos dejó pasar a los dos.
El cruce del túnel fue lento pero sin detenernos.
A la salida ya se normalizó.
Desde Nogales al sur el tráfico se puso mucho más pesado, asi que optamos por salir en Quilapilún y entrar por Los Libertadores.
Y le achuntamos, por ahí no andaba casi nadie llegamos sin problemas a la Radial, un agrado.
Una vez en mi casa me pasó los parasoles do Chungungo, nos despedimos y el siguió camino a su casa.
RESUMEN DEL DIA

Qué buen paseo!! 
Gracias al Vampi por la organización de los paseos, las rutas, los lugares, siempre espectaculares, y a Camarón por ir siempre detrás mío, lo cual es muy tranquilizador.
Gracias a la Anto y la Margarita que me comparten las fotos para estas publicaciones, y al grupo en general,  son los que realmente le dan vida y le ponen el encanto a estos viajes inolvidables. 
Hasta la próxima!!














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