domingo, 10 de diciembre de 2023

Paseo corto a Puro Caballo

 Este era un fin de semana largo, ya que el Viernes 8 de Diciembre, dia en que se celebra la Inmaculada Concepción de la Virgen María es feriado en Chile. 
Entre otras cosas, en esta fecha se lleva a cabo la muy folclórica peregrinación a la Virgen de Lo Vasquez, situada en el templo homónimo y acreedora de miles de mandas de la más  variopinta naturaleza, y que los fieles endeudados  concurren a saldar ese dia.
Pagar las mandas no es cualquier cosa, ya que muchas consisten en caminatas larguísimas soportando el sol y el calor propios de Diciembre, con el remate de llegar al altar de rodillas, muchas veces al borde del colapso.

Y todo cubierto convenientemente por los canales de televisión abierta, con las más insólitas  entrevistas a l@s esforzad@s pagador@s de mandas.
Junto con esto, las inmediaciones de la iglesia se transforman en una gran feria libre donde se vende comida (empanadas, sandwiches, sopaipillas, y seguramente las interculturales arepas), bebidas, juguetes chinos, bloqueadores solares, sombreros, paraguas y todo el merchandising alusivo a la virgen y sus cualidades milagrosas.

Como  la Iglesia de Lo Vasquez queda en plena ruta 68, una de las autopistas con mayor flujo vehicular que conecta la V Región con la capital, se toman medidas para facilitar la perenigración, se cierran pistas dando preferencia al evento religioso.
Osea, es toda una movida como dicen en España. 
Bueno, volviendo al paseo, el mejor día para salir era el sábado, sin el tráfico de ida del Viernes, ni el de vuelta del Domingo.
Se propuso un destino muy cerca de Santiago, poco mas de 100 Km. en la zona de Lagunillas, el Puro Caballo.
Hemos ido en múltiples ocasiones, con variadas experiencias. Desde una tarde de doma, adiestramiento y rodeo en la medialuna adyacente al restoran, días con muy poco movimiento, hasta días con mucha concurrencia y dificultades con el servicio. 
El Puro Caballo tiene una historia pero no es el caso contarla ahora jajajajaja. 
Baste hacer mención a una tarjeta de crédito.


Confirmaron Camarón con la Sonia, Pancho, Los Vetus, y yo.
La junta era en Copec Veneno a las 11:30.
Allá nos juntamos y la sorpresa fue que Gabriel, uno de los hijos de los Vetus nos acompañaría en la moto de diario de su papá.




Camarón aprovechó de arreglar su espejo izquierdo que iba suelto, y yo justo tenía la llave que necesitaba.

La ruta estaba notoriamente menos concurrida que un Sábado normal, muy agradable en verdad. Avanzamos juntos hasta la salida a Algarrobo.



En el camino, desde lo alto todavía se veía el humo de dos incendios forestales en Villa Alemana y María Pinto. El dia previo el humo había llegado a Santiago.

Yo tenía que estar de vuelta a más tardar a las 17:00 ya que me había comprometido a hacer babysitting con la nieta más chica de 5 meses, así que me había puesto en el escenario de volver sola. 
Miré el mapa, el camino para llegar es todo menos directo. Con varios desvíos muy fácil perderse para alguien como yo, que soy super desorientada. Por suerte Gabriel y los Vetus también tenían que estar temprano de vuelta. Problema solucionado.
El primer desvío es en el camino a Algarrobo, en Lagunillas. De ahi para adelante, ni idea, yo sigo al que va adelante jajajajaja.



Del verdor primaveral producto de las lluvias del invierno queda poco o nada. Los cerros están  cubiertos de maleza amarilla, potencial combustible para más  incendios. 
Los caminos secundarios se van poniendo más bonitos a medida que nos adentramos en los campos. El día estaba despejado y templado.




Llegamos al destino como a las 13:00, penaban las ánimas. 
Salió  la dueña o administradora  a recibirnos, y nos recomendó que estacionáramos  las motos a la salida del restoran, en un sitio no habilitado para autos, que era más seguro. Sacó la cuerda que impedía el paso y entramos con las motos. 


Entramos es mucho decir. Camarón estacionó la mía ya que el terreno, de tierra es muy irregular.

Estacionaron las motos al lado de la entrada, a la sombra de los arboles y de una palmera gigantesca, preciosa. Esperamos un rato antes de entrar al restoran, ya que era muy temprano.



Éramos  los únicos asi que elegimos mesa. Una redonda, al lado del ventanal.
Nos atendió un mozo muy atento y con buena disposición para entender lo de las cuentas separadas. 
Eran 4 cuentas, los Vetus, Camaron, Pancho y yo. Todo clarito.


Nos trajeron los pancitos, la mantequilla y el pebre. Y después la comida. Todo rico, sencillo pero bien preparado.

Camarón estuvo a cargo del entretenimiento jajajaja Se puso romántico con el Vetu haciéndole toda clase de insinuaciones sin importarle la presencia de la Sonia, ni de la Vety y menos de Gabriel. Y como es el Vetu, quitado de bulla, que no pica casi con nada, lo miraba con santa paciencia y se reía de buena gana  con  las leseras de su compañerito.



Pedimos la cuenta y oh sorpresa, a pesar de que el mozo era joven y bien dispuesto con el asunto de las cuentas separadas, la cultura machista, patriarcal heteronormativa lo traicionó jajajajajaja.
Resulta que trajo 3 cuentas, 1 para los Vetus, 1 para Camarón y 1 para Pancho, asumiendo que éramos pareja, obvio. No logró procesar que yo andaba sola y pagaba mi cuenta. 
Queda tanto por hacer!!!
Nos sacamos la foto grupal y partimos. Nos abrieron el porton que da a la calle, para no tener que ir a dar la vuelta por la tierra. Camaron y Pancho ya se habían ido por ahí. 
Ahora que me fijé, caché que no se vuelve por el mismo camino que la ida. Solo se dobla a la izquierda y el camino llega solo a la Ruta 68.

De vuelta la autopista estaba con muy poco tráfico, como era de esperarse.



Cuando entramos a la Costanera Norte me di cuenta que Gabriel había entrado a la Copec. Supuse que a comprar algo, y como los Vetus no pararon, yo seguí con ellos.
Cuando llegué a la casa me enteré de que había tenido un pinchazo y era imposible seguir andando. Por eso había entrado a la bomba. Y por suerte Camarón y Pancho lo acompañaron en todo el proceso de evaluar, decidir, y que llegara la grúa al rescate.




Al final, todo bien.
Como siempre, por repetido que sea el destino, el paseo lo hace la compañía y todos los imprevistos de que está tejida la vida.
Grande Cualtaco!!