miércoles, 9 de junio de 2021

Fin de semana en un destino improbable: Combarbalá

Contradiciendo cualquier vaticinio según el cual, a esta altura ya estaríamos de salida de la pandemia, y que el SARSCOV 2 estaría extinguido, resulta que seguimos en cuarentena los fines de semana, con restricciones al desplazamiento, la mayoría de la gente con tele trabajo (tele esclavitud para mi gusto) con todo tipo de permisos que se obtienen en comisariavirtual.cl, y con el recién estrenado certificado de vacunación, que permite libre desplazamiento a los que ya lo tienen.

Tan grave está la cosa, que las últimas semanas hemos estado con cifras record de contagios, positividad de los testeos que no baja de 10%, y tres cualtaquer@s que enfermaron gravemente, a pesar de las vacunas. Henry, y luego la Paty terminaron hospitalizad@s en la Alemana, y Camarón, que estuvo pésimo, pero no quiso consultar, y que terminó con un operativo gestionado por la Leo, con Carabineros, Seguridad Ciudadana, la Loreto y el Wiro y un vecino, abriendo el departamento a la mala, ya que no respondía mensajes, ni llamadas ni el timbre. Alcanzamos a alarmarnos mucho, imaginándolo ahogado, sin poder pedir auxilio!

Así las cosas, el Paparazzi organizó un paseo de fin de semana, de sábado para domingo a algún destino, que, al igual que muchas comunas de la región metropolitana se encuentran en Fase 2, (del plan de desconfinamiento que se llama) y que consiste en mayor libertad de desplazamiento de lunes a viernes, y cuarentena el fin de semana. Pero los que tenemos el certificado de vacunas, podemos desplazarnos libremente en la cuarentena. 

El destino elegido fue Combarbalá, alojando en el Hostal Apuwara. Yo hice mi reserva, pero no dije que iba porque estaba muy dudosa de si era prudente ir o no.

Por los contagios, y porque no puedes tener ningún accidente, ya que los hospitales y clínicas están a tope, al borde del colapso.

Pero al final me decidí y me uní al grupo que terminó siendo bien multitudinario.

9 motos y 13 participantes.

La junta era en la Petrobras de Lampa, en la 5 Norte, a las 9:30. Yo ya no vivo en el mismo edificio del Camarón, y por lo mismo, siempre partíamos juntos a los paseos. Esta vez nos organizamos con Ojitos para encontrarnos en Vilola a las 9 e  irnos juntos a la Petrobras. Por suerte la batería de la moto parada tanto tiempo no me traicionó, y, si bien, no partió al toque, alcanzó para hacer arrancar el motor. En la bomba echamos bencina y yo revisé la presión de los neumáticos, que por supuesto estaba baja.

Me costó acostumbrarme a la moto, desde Enero que no manejaba, por lo que me demoré unos buenos kilómetros en sentirme cómoda.

Como estábamos en cuarentena, casi no había tráfico y recorrimos la Radial nororiente sin contratiempos. Llegamos muy puntuales, dos minutos antes de las 9:30. Ya estaban tod@s reunid@s y muy entusiasmado@ con la perspectiva del fin de semana que quebraba por fin la rutina de meses.

El reencuentro con l@s amig@s era algo tan simple y tan natural, y sin embargo tan esperado y necesario. El Pelao Eder, Pelaíto, como le gusta que le digan, retomaba las pistas después de unos cuantos años! Con la moto de Rondamón, una descomunal nave, la BMW K 1600. Como chancho en el barro estaba el Pelao.







El plan era parar en Los Vilos a llenar los estanques y probablemente tomar un café, y de ahí a Illapel, para comer el picnic que llevábamos, considerando que en cuarentena los restoranes cierran.

Había un control sanitario en la autopista, por lo que tenían a varios autos en fila a un lado del camino, esperando la fiscalización. Por suerte para nosotros, como la fila ya estaba muy larga, pudimos pasar sin detenernos.





En el peaje de Llay Llay nos reagrupamos.



Hicimos la cuesta El Melón, en vez del túnel,para darle emoción al asunto supongo, jajajajaja. Encontré que había harto movimiento. 






A la altura de Longotoma había una neblina muy densa. De hecho, no se alcanzaban a ver los letreros del camino ni los cerros. Por lo mismo, ese tramo, hasta Palo Colorado lo hicimos a baja velocidad. Llegamos a la Copec poco antes de las 12. Cargamos bencina, algunos tomaron café y comieron algo dulce.






El trébol con el nuevo acceso a Illapel por la ruta 47quedó estupendo, no podía ser de otra manera, a la altura de la gran categoría de los caminos en Chile. Al poco rato de camino hacia la precordillera las nubes se habían disipado, y el sol casi invernal iluminaba el paisaje.

El camino está muy muy bueno, con lindas vistas desde la altura, un placer recorrerlo nuevamente.







Llegamos a Illapel, a la Copec a la entrada, con la intención de estacionar, ir al baño y almorzar el picnic.



Estacionamos, preguntamos por el baño, pero no estaban habilitados. Nos dijeron que a una cuadra si había. Partimos con la Vety y la Anto a buscar los baños,  y nos encontramos con un espacio de esparcimiento, bastante grande con muchos locales tipo feria artesanal, y un patio de comidas en que estaba funcionando un local, con mesas al aire libre y baños públicos estupendos, inesperadamente buenos, modernos y limpios.

La Vety estaba antojada de una ensalada, o algo fresco que no fuera pan, y preguntando por algún local donde conseguir una ensalada,  llegamos al así llamado patio de comidas.

Me devolví donde estaban los demás, que alertados del descubrimiento, se estaban preparando para llevar las motos al lugar.

Para allá partimos, estacionamos las motos en la vereda, le daban gran realce a la entrada del recinto.




Caminamos hasta el patio de comidas nos sentamos en bancos a comernos el cocaví. Ojitos y Vampi prefirieron el pollo con arroz que ofrecía el local.














Había sol y estaba muy agradable. Yo me quedé con el Pelao, poniéndonos al tanto de las respectivas vidas, los dos con muchas novedades buenas y malas. En esa conversa me enteré de que la había comprado la moto a Rondamon. Osea la regalona quedaba como en la familia.


Estuvimos como dos horas disfrutando del lugar y del encuentro con l@s amig@s! Mucha talla, risotadas, intercambio de opiniones, hasta que ya fue hora de seguir a Combarbalá.

Será redundante, pero el camino estaba espectacular, las cuestas con vistas preciosas y muy poco tráfico! Un agrado.

Llegamos al destino como a las 16:30 pero se sentían como las 19. Nos recibió el encargado, Gabriel, un cabro super atento y amable. Teníamos el hostal solo para nosotr@s! Un lugar bastante agradable, con buen estacionamiento, las motos cerca de las habitaciones, con un pasillo exterior muy bonito, con bastantes plantas que le ponían el toque campestre. Al fondo una gran jaula con pajaritos en su interior, tapada con una lona. Los pajaritos eran bastante bulliciosos y no paraban de cantar.











Nos instalamos y nos juntamos en la terraza, dispuesta como living. Los Vetus, con el Rana y la Sonia (bautizada Arepa) salieron de shopping jajajajaja, en Combarbalá... y en cuarentena! El Rana y el Vetu se volvieron antes, ellas consiguieron que les abrieran en una casa que vendían artesanía en combarbalita, la piedra característica de la zona. 

Cuando volvieron nos mostraron las compras y estaban realmente muy bonitas. Luego de un rato los Vetus salieron de compras al supermercado creo y volvieron con cervezas, vino y picoteos para todos. El Rana había llevado un vino, precavido el hombre!

Nos quedamos un rato más conversando y salimos a recorrer el pueblo, en cuarentena. Con los certificados  de vacunas nos sentíamos libres de hacer lo que quisiéramos!





La buena piscola!!




Buen grupo!!


Era la hora de la puesta de sol, y los últimos rayos iluminaban los cerros, con esa luz increíble del atardecer. Bellísimo! Fuimos a la plaza, sacamos fotos en el pueblo vacío, y volvimos al hostal.










Eran como las 19:30 pero parecían las 9 de la noche, y tocaba ver que podíamos comer.

Varios locales tenían delivery y después de varios intentos fallidos, Paparazzi se contactó con un local que tenía variedad de pizzas, sandwiches y hot dogs.

Cada uno hizo su pedido, con cuentas separadas y con la explicación correspondiente de los nombres tan extraños jajajajaja.

Llegó el delivery, correcto, tal como lo habíamos encargado. Y con dispositivo de transbank para pagar con tarjetas, que tal? Combarbalá poh! en pandemia! en cuarentena. Admirable como las pymes no se rinden!

El buen picoteo!




Medio sandwich!!






 




A las 10 PM, que parecían la 1 de la mañana nos retiramos a nuestros aposentos, excepto Ojitos, Pelao y Rana que se quedaron trasnochando hasta las 11 jajajaja. Acordamos que el desayuno sería a las 9:30

A la mañana siguiente, amanecimos con el canto de los pajaritos como telón de fondo, (lo cual enfureció a la Margarita, que la despertaron a las 4 de la mañana y no logró volver a dormir "pájaros de #&%$?@ y la recon@·$%&#)

Nos levantamos sin apuro, mucho antes del desayuno.

A las 9:30 nos instalamos en las mesas de a 4 y nos trajeron un desayuno inesperadamente bueno! Con marraquetas fresquitas, mantequilla, huevos revueltos, jamón, queso y mermelada. Todo individual, de acuerdo con el protocolo COVID.


Güeno güeno!!




Después del desayuno, cargamos las motos y nos preparamos para partir de vuelta a Santiago. El regreso sería por Canela Baja y con parada técnica en Huentelauquén. Había que sacar un nuevo pase sanitario para volver.

Ya estábamos casi listos  para sacar la foto grupal y partir cuando el Rana pide que lo esperen porque tenía que cambiarse ropa jajajaja. El es de la antigua usanza, cuando la gente se ponía distintas tenidas dependiendo de la hora y la actividad del día. El desayunó con polera, jeans y mocasines... todo el resto con traje de moto jajajajaja nos reímos mucho!




Bueno, sacamos la foto, y cuando el Rana estuvo cambiado de tenida, partimos de vuelta a Santiago.

Y como no podía ser de otra manera, a la salida de Combarbalá Camarón partió para Ovalle, en lugar de irse por el camino de venida, hacia Illapel. En su defensa, el resposabiliza a Ojitos, que le habría dicho que saliendo había que seguir derechito derechito, como cuando nos dijo que el camino a Catamarca era derechiiiito... salvo por dos cuestas y cientos de curvas jajajajaja.

Todos los demás volvimos por donde habíamos ido el día anterior, hasta llegar al desvío a Canela Baja.

El trayecto buenísimo, muy muy agradable y con buen clima. Al llegar a Canela Alta había control sanitario. Vampiro iba primero, le explicó la situación a los carabineros, y nos hicieron pasar sin fiscalizarnos.



Ahí nos pilló Camarón. Por suerte se dio cuenta a tiempo que iba mal y se devolvió.

Seguimos hacia la 5 norte, al trébol con el acceso al camino hacia Illapel. Ya no hay que esperar mirando la carretera que no venga nadie para doblar a la izquierda en dirección al sur. Seguimos más o menos juntos hasta Huentelauquén, que está funcionando a media máquina, sin baños y sin mesas, Solo para llevar, por orden de llegada y con número.

Estacionamos por atrás, casi no había gente. Pero no paramos tod@s. Solo los Vetus, Pancho, el Pelao, Ojitos, el Rana y yo. Los demás siguieron a la Copec de Palo Colorado. Hicimos la cola para comprar empanadas, otra para la entrega de las empanadas y nos fuimos al estacionamiento a saborear las delicias de Huentelauquén, una de las debilidades del Vetu.




Sacando el permiso


Ahí nos enteramos que sería bueno tener el permiso de Regreso a la residencia habitual y estuvimos un montón de tiempo sacándolo en los teléfonos, lo cual en general es más dificil que en un computador.

Con el Pelao nos atrasamos un poco en partir, separados del grupo. Nos estaban esperando más adelante en la berma. Yo no me di cuenta que Ojitos había partido en cuanto nos divisó en el camino, y me quedé con la idea que los habíamos adelantado a todos. En el camino varios pasaron más adelante y yo no veía a Ojitos. Me hice la idea de que como tenía el neumático malo, venía más lento y bajé la velocidad para esperarlo.Atrás, el Pelao y Pancho, también bajaron la velocidad lo cual confirmaba mi teoría del atraso de Ojitos. Y nada que ver!! Venían lento porque pensaban que a mi me pasaba algo!! Osea, l@s 3 pelotud@s a la vuelta de la rueda por nada!!



Llegamos a la bomba y se descifró el enigma. Ahí acordamos seguir juntos hasta Santiago. Pero a mi partner no sé qué bicho le picaría que eligió irse por la cuesta... y obligada a seguirlo para que no se fuera solo, ya que era un hecho que los demás seguirían por el túnel.

La cuesta estuvo buenísima!! Solo para nosotros sin ningún otro vehículo. Solo dos cabros en moto, que nos adelantaron raudamente.

Nos separamos para siempre del grupo, no los volvimos a ver. 

En el peaje de Llay Llay nos metimos a casetas distintas y yo me entretuve porque justo atrás mío estaban los cabros de la cuesta El Melón. La cajera me preguntó si pagaba las 3 motos, ellos agarraron papa y gritaban "si!! que pague todas!!" jajajajaja asi que cuando pagué (solo la mía) nos despedimos y yo pensé que Ojitos iba adelante. Aceleré, no lo pillé, me entró la duda y me resigné a volver sola a Santiago. Después de Las Chilcas apareció mi partner y casi entrando a Santiago me pareció ver al Pelao detrás de Ojitos. 

Pero así es Cualtaco!  Salimos en la Radial, que estaba bien desocupada, era que no, con Colina en Fase 1, y en la salida a la Costanera Norte nos despedimos.

Que buen paseo!! Qué necesario!!

Agradecida de la vida y de la manada de gatos!!

Parece que el 25 de  Junio habrá fin de semana largo. Vampiro iba a estudiar alguna posibilidad de arrancarnos a alguna parte si las condiciones sanitarias lo permiten. Ojalá se pueda!