sábado, 3 de noviembre de 2018

Micropaseo a Papudo

El fin de semana del 1º de Noviembre este año fue super largo, de jueves a domingo. Antes, esto hubiera significado un paseo de 4 días, pero ahora hay que pensarlo mucho porque el taco a la salida y a la vuelta es tema, y donde sea que uno vaya está todo lleno, no se puede llegar sin reservas y suele haber más congestión que lo normal en los pueblos.
Igual yo quería salir a dar una vuelta, así que cuando el jueves 1º Mamón preguntó en el chat por algún paseo yo propuse ir a Pichidangui, a La Roca (porque no hay que entrar a ningún pueblo, y el estacionamiento es gigante), por la cuesta Los Patos que es tan buena!
Los Vetus se anotaron pero para el sábado, porque tenían entradas para ver Rapsodia Bohemia, la película recién estrenada acerca de la vida de Freddy Mercury, el líder de la banda icónica de los 80, Queen.
Mamón también se apuntó y eventualmente iría un primo en común.
Finalmente quedó fijado para el sábado, aunque yo tenía que estar de vuelta en Santiago a más tardar a las 18.
Nos enteramos que el Vampiro con la Antonieta y Paparazzi se encontraron en la aduana camino a Mendoza. Vampiro después mandó fotos del Don Mario.
Y que Spoiler anda en China. Ojitos por su parte, en Chiloé con los nietos.


Al final Mamón guatió, y solo quedamos los Vetus y yo.
Nos juntamos a las 10:15 en CoChi, y salimos poco después de las 10:30. Teníamos tiempo para llegar a almorzar a buena hora y volver temprano.

El primer retraso lo tuve en el peaje de CoChi porque mi flamante TAG nuevo, no funcionó y quedé atrapada porque me metí en un carril sin cajera. Esos carriles, exclusivos para Tag, los dos de la derecha, los atiende el jefe de la plaza de peaje, que está en una oficina, más lejos. Hablé con la cajera que me explicó que no podía hacer mucho, por esto de que es el jefe el que resuelve en esas pistas. 
Finalmente el hombre salió, super amable, y me dijo dos cosas relevantes, primero que los TAG entregados por Costanera Norte fallan más que los otros, y que los lectores están orientados para la posición que tienen en los autos, y que a veces en las motos van muy abajo y no entran en el rango del lector.
Seguimos camino, el día estaba muy rico, soleado, y con agradable temperatura.
Loa campos aún verdes, y la cordillera casi sin nieve.
Habíamos acordado ir por la 57, saltándonos la pasada por el santuario de la santa de Los Andes, lo cual ayudaba a ir más rápido, y porque está tan buena!
En el peaje Chacabuco el TAG volvió a fallar, pero esta vez había cajera asi que no hubo problema.
Bien poco tráfico (cómo se agradece!!) y muy pocos camiones en el puerto terrestre.
Seguimos por la 57 hacia San Felipe. Ninguno sabía muy bien por donde seguir.
Nunca pensé que me sentiría (guardando todas las proporciones), como cuando llegamos a grandes ciudades, con muchas variantes y accesos, donde equivocarse se paga caro en tiempo y distancias.
Enfrentamos 3 rotondas donde había que decidir como seguir, ya que los lugares indicados eran tan desconocidos como el camino mismo.
Pero le achuntamos y llegamos al taco de San Felipe, camino a Putaendo.
El viraje hacia Putaendo si estaba bien señalizado.
Vetu iba adelante con waze, y decidió innovar.
Tomamos el camino de los camiones hacia Putaendo y fue un acierto porque nos saltamos la pasada por el pueblo.
Luego ya estábamos cruzando el puente hacia el camino que lleva a la cuesta Los Patos. Adelantamos dos BMW 1200GS que parecían andar paseando sin apuro. 


Empezamos el ascenso, suave, casi imperceptible. Los cerros más bien secos, excepto por las algunos parronales. Me gustó una que parecía ser una viña que se llama In Situ, y tenía su nombre en grandes letras en la ladera del cerro. Ibamos en las curvas cuando las dos BMW que habíamos adelantado, pasaron raudas y las perdimos de vista. Una de ellas casi rozaba el pavimento con la maleta en las curvas más cerradas, y eso que iba con pasajera. Quedó más que claro que lo de ellos eran las curvas.
El pavimento estaba inesperadamente deteriorado. En realidad no está malo, pero es que en Chile estoy acostumbrada a caminos demsiado buenos. Había tramos en que está muy disparejo, especialmente antes de las curvas, lo cual afecta la manera de enfrentarlas.
En el camino vimos perros cabras y caballos, incluído un potrillito precioso de muy poca edad.
Cerca de Cabildo el verde de las plantaciones de paltos contrasta con el ocre de los cerros. 

Llama la atención una gran infraestructura de paneles fotovoltaicos que seguramente está resolviendo el tema de la energía eléctrica en alguna industria local.
Llegamos a La Ligua como a las 13:30. Decidimos que por la hora trataríamos de hacer reserva en La Roca, y si no resultaba iríamos a Papudo.
El taco en La Ligua era bien pesado pero es cosa de acordarse de Bogotá y no importa nada! jajajajaja. 
Paramos a llamar por teléfono. 
No logramos comunicarnos con La Roca asi que intentamos con Donde Pablo en Papudo.
Tampoco se podía hacer reservas, pero igual partimos para allá, ya que tampoco teníamos muchas alternativas.

Llegamos a Papudo cerca de las 2, nos pasamos de la entrada pero nos dimos la vuelta en la Copec.
Entramos, no había mesa y no había lista de espera. Nos quedamos al aguaite y conseguimos una mesa.
Los Vetus, super amorosos ellos, me invitaron el almuerzo! Muchas gracias!
Lo pasamos demasiado bien! Siempre la conversación con ellos es muy variada y entretenida.

La comida simple pero muy bien preparada. Todo rico.
No nos dimos ni cuenta como pasó la hora. Cuando la miré eran las 15:50 y yo tenía que estar a las 6 en Santiago.
Así que nos despedimos y me vine sola. Fui a echar bencina y partí a Santiago, menos abrigada porque hacía más calor.
Harto control en el camino, pero por suerte todos los amigos en el camino estaba ocupados parteando a otros cuando yo pasaba por ahí.
La entrada a Vespucio por la 5 norte estaba literalmente detenida asi que seguí hasta la entrada a la Costanera Norte.
Llegué 10 para las 6, justo a tiempo para lo que tenía que hacer.
Un micropaseo pero con harta moto y excelente compañía.
Cada tanto recibíamos noticias de Camarón y la Marcella que están en Madrid y de viaje por el viejo mundo hasta fin de mes.


LA FOTO GRUPAL