miércoles, 4 de octubre de 2017

Fiestas Patrias en el Noroeste argentino, día 8, De San Juan a Uspallata


De acuerdo con los cálculos, nos separaban 250 km del destino del día
La nada misma
Por lo mismo fue que tomamos desayuno no tan temprano en el hotel, y después hubo que sacar las motos del estacionamiento maldito.
Yo no, obvio, esta vez Vampiro me auxilió, cual Batman vino a mi rescate.




Haríamos una parada a almorzar un buen bife chorizo en Mendoza, en el Don Mario al lado de la salida a la ruta 7
Cargamos las motos, y se suponía que llegábamos con la bencina a Mendoza, pero como yo patalié un poco porque me carga andar al justo, quedamos en parar en la primera bencinera del camino.
Partimos con el maps.me para salir de la ciudad, pero había arreglos y desvíos hacia Mendoza. Vampiro no les hizo caso y tuvimos que devolvernos en algún punto y seguir de acuerdo a las indicaciones de los letreros naranjos señalando la ruta a seguir.
Camarón y Gasparin se adelantaron y nos sacaron harta ventaja.








Mejor seguir los letreros naranja



Seguimos más o menos juntos, por un camino que a ratos permitía correr un poco.
Pero ni tanto por controles en ruta en qué hay que parar solo para pasar.




Lo más freak fue un control sanitario supongo que equivalente al SAG.
De partida había que pagar para que te revisaran, y después pasar por una zona de desinfección, con restos del líquido desinfectante en el suelo, y unas cañerías pelientas por donde salían chorritos que mojaban las carrocerías.
Las motos estaban exentas de todo el trámite, pero igual se demoraban la pasada




Ahí me di cuenta que todavía andaba con mis 5 litros de bencina, y que debería haberla echado en San Juan antes de partir y no patalear tanto.
En vista de eso, ya no era imperativo parar en la primera bomba del camino
Seguimos por un camino con el pavimento bastante malo.
Vampiro incluso paró a ver si tenía algún problema con el manubrio que vibraba mucho
Camarón también comentó lo mismo
Ojitos y yo con neumáticos de calle no lo notamos
Íbamos de lo mejor cuando por ahí en Lavalle (donde se desarrollan los legendarios piques de Lavalle), una bencinera a la izquierda. Ya habíamos decidido que no era necesario parar y seguimos

Pero estaban Camaron y Gasparin esperándonos.
 
Después nos enteramos que era un muy buen lugar, con buenos baños y rico café



Ideal para hacer un alto
Pero bueno, seguimos no más y paramos más adelante a echar bencina
Ahí nos reagrupamos









Ya estábamos a tiro de cañón del restoran Don Mario y de los bifes y mollejas que justificaban el arito en este lugar emblemático de Mendoza
Camaron era el que más claro tenía como llegar, así que quedó encargado de guiarnos.

Harto taco a la llegada. Me gustó mucho los graffittis pintados en las bases de un puente parece que era.

Pero no resultó porque el tránsito está cambiado y ya no se puede doblar donde él pensaba. Pero lo vimos, ahí al otro lado de la calle sin poder llegar y entrando nuevamente a la autopista


Más orientado estaba el Maps.me de Vampiro, que si consideraba los arreglos y desvíos.
Nos dimos la media vuelta, nos separamos, y al final llegamos después de devolvernos 2 veces, gracias a las indicaciones de 2 automovilistas.
Logramos dar con el lugar, estacionamos las motos y conseguimos  mesa para 9





Almorzamos con toda calma, no había apuro por llegar a Uspallata
De postre pedí queso y dulce




Increíblemente Gasparin no sabia que existia el dulce de camote, no lo había probado nunca y tampoco sabía se la existencia de los camotillos
Vetu nunca lo había probado porque es entre tincado y mañoso
Le convidé para que lo probara y le gustó!!
Sin apuro pagamos, y nos preparamos para seguir a Uspallata.

Camarón me bajó la moto a la calle, porque encontré la cuneta muy alta

Camarón al rescate




Por supuesto que nos separamos en el tráfico de la salida de Mendoza
Hicimos todo el trayecto con el sol en contra, lo cual le restó encantó a ese camino que yo encuentro precioso y que se ve mucho mejor de mañana.
Muuuuucho tráfico de ida y de vuelta!







Y los desvíos por arreglos tampoco ayudaron mucho al desplazamiento




Llegamos a las cabañas que estaban reservadas, en las afueras de Uspallata, pasado el Gran Hotel Uspallata








Nos recibió un lugareño poco enterado de la situación que nos derivó con la persona que manejaba la información
Me dio la impresión de que solo éramos nosotros alojándonos ahí
No eran gran cosa, más bien precarias, pero con salamandra (que no cumple con norma ambiental, obvio) y estufas a gas que mantenían una temperatura más que agradable





Después de cambiarnos ropa fuimos a dar una vuelta al pueblo caminando
Deben haber sido unos 3 km
Los más aperados llevaron linternas led para la vuelta que estaría oscuro
Camarón se restó porque no quería caminar, no así la Marcella

Pasamos a una tienda de souvernirs, yo compré un iman para el refrigerador de la ruta 7 y Cristian algún engañito para sus hijos
Nos quedamos en un boliche típico argentino, al frente de la bomba, y pedimos unas cervezas y una pizza para compartir
Estuvo muy agradable




Los Vetus se devolvieron antes
El resto lo hicimos en la oscuridad más absoluta pero ayudados por las linternas
Los auto paraban cuando ponían la luz intermitente
Además el Vampiro andaba con el brazalete luminoso de los pacos de San Pedro
Llegamos a las cabañas y nos acostamos
Durante nuestra salida la encargada nos había llevado las cosas para preparar desayuno al otro día
Ultra flaite, una bolsa con masitas rellenas con dulce de membrillo, de esas duras que parecen galletas, unas bolsas de té , otras de café La Virginia, azúcar y leche
Quedamos en juntarnos en la cabaña que compartí con los Vetus para tomar desayuno juntos, osea que cada uno llevara su picnic a nuestra cabaña
Al otro día era el fin de viaje y vuelta a Santiago, menos de 200 Km pero con la incógnita de la aduana.

2 comentarios:

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  2. Y la aventura estaba pronta a finalizar! lo recuerdo como un dia muy grato, si bien hubo que darse unas vueltas antes de llegar a Don Mario, valia la pena : mi carne con su costrita salada, excelente. Los postres con su generoso dulce de leche, excelente. Saliendo , entre que nosotros esperamos a Cristián,él que esperaba al grupo, y el grupo que ya había partido... fué el motivo que nos dispersáramos, pero eso ya no extraña a nadie. La ruta grata, Uspallata tranquilo, esa cerveza estuvo muuy rica . El regreso en taxi, 3 minutos a lo sumo

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