domingo, 20 de abril de 2025

Semana Santa en Ovalle Paseo 4 en 1 con la ayuda de Chat GPT

 Por primera vez en la historia del blog he usado la Inteligencia Artificial de Chat GPT en la redacción. 
Como muchos ya saben, al final de cada dia en los paseos,  hago notas o punteos de los detalles que me parecen mas interesantes. Después, me apoyo en esas notas y en las fotos para plasmar nuestras aventuras en este blog.
Bueno, esta vez le pasé las notas a Chat GPT para que contara la historia.
Quedó bastante bien, aunque con matices diferentes a  como lo hubiera hecho yo.
No se si lo volveré a usar. El punto es ir con los tiempos y los avances tecnológicos.  
Los lectores juzgarán el resultado.

El Vampi organizó esta arrancada de Semana Santa después de meses sin salir en patota por varios días.
Porqué Ovalle? 
Porque hay un hotel muy agradable que los Vampis ya conocían, y sería el lugar base. 
Viernes, Santiago- Ovalle
Sábado paseo por Samo Alto, Andacollo y almuerzo en Tongoy, vuelta por Quebrada Seca
Domingo vuelta a Santiago por Punitaqui, Illapel, Caimanes, Limáhuida, la ruta de los túneles estrechos y puentes ídem, Cabildo, Putaendo, San Felipe, Los Libertadores.
Todo esto nos aseguraba que no nos meteríamos en los tacos infernales de la 5 Norte, propios de los fines de semana largos. 

Muchísima gente se motivó! 
Como siempre, se cumplió la regla de que cuando el Wiro va a un paseo, termina siendo muy concurrido! Es como una variante de la ley de la atracción... 
Entre los confirmados: Los Vetus, el Wiro, Camaron y la Sonia, los Paparazzi, el Paco Ossa, yo, y Migué, Pancho y Luis Alberto López que nos acompañarían  hasta Los Vilos, y el Pelao que seguiría derecho a La Serena a ver a la Aynara.
 Con Camarón, el Vetu que iba con su hijo Gabriel, y Pancho quedamos de juntarnos en la Radial a las 8:00 para salir en caravana hasta la Petrobrás de Lampa. La idea era salir 8:30 clavado. Puntuales como nunca, nos lanzamos a la 5 Norte con el ánimo arriba y los motores ronroneando. 
Eso sí, la Vety tuvo que bajarse del paseo, ya que por motivos familiares fue a Villa Alemana, pero Gabriel nos acompañó, firme en la moto chica del Vetu
Ya en la Petrobrás, fue bacán ver a tanta gente junta después de tanto tiempo. Abrazos, tallas y puras buenas vibras.
Nos juntamos: 
Los Vampis
Los Paparazzi
Camarón con la Sonia 
Vetu y Gabriel (bautizado el Arcángel por el Wiro)
Paco Ossa
Wiro
Pelao Eder
Yo
Migué
Negrito Lopez
Pancho
Camarón con new look, el pelo largo, como setentero, yo encuentro que le queda muy bien. Pero la embarró cuando dijo que era igualito a Sandro jajajajaja. El siempre encontrando parecidos que nadie comparte jajajajaja. Memorable cuando se lo cortó rapado en los lados y se encontraba igualito a Ragnar Lotbrock de Los Vikingos jajajajajaja










Cuando estábamos listos para partir, varios ya habían arrancado, pero el Vetu... nada que partía su moto. 
Pana en la línea de largada! que parecía ser falla de la batería. 
Como nunca, de milagro, yo andaba con partidor en la maleta así que se lo pasé. Nos quedamos ayudando con el Vampi, el Pelao y los Paparazzi
Conectaron la batería al partidor, y parecía que iba a agarrar, pero no... El partidor tenía menos batería que celular viejo 😅
El Vetu nos dijo que nos fuéramos  nomás, que cargaría el partidor un rato y nos alcanzaría en Ovalle
Así fue como retomamos la ruta. Más adelante, Camarón nos esperaba en la berma, y después pillamos al resto en la clásica formación, todos ordenaditos, bajito de velocidad, esperándonos. Hermoso gesto. 
El día estaba exquisito: cielo despejado, temperatura ideal (20° en la carretera) y 
El tráfico muy fluido. Cero taco en Las Chilcas, Nogales ni Puchuncaví. Inédito!
Los Paparazzi

Wiro


Los Molles
El grupo adelantado se fue por la Cuesta El Melón. Nosotros, más relajados, lo hicimos  por el túnel. 
Chigualoco

La cola en el peaje de Pichidangui era enorme, y no avanzaba por alguien que  tenía algún  problema con el pago que es solo con efectivo... empezaron los bocinazos que duraron un buen rato. 
Estábamos varios, como 7 u 8 en la misma fila y Wiro se las mandó: pagó los peajes de todos. Un grande! Gracias Wirito!

Paramos en la bomba de Palo Colorado,poco antes de Los Vilos,  a echar bencina y ahí sí que había un taco de proporciones. 

Aprovechamos de reorganizarnos:
  • Miguel, Pancho y el Negrito López se quedarían en Los Vilos para juntarse a almorzar con la Rossy y la Olga que venían en auto a encontrarlos.

  • Otro grupo, el Pelao, los Vampis, Vetu, Gabriel y el Wiro se iba directo a La Serena a almorzar con la Aynara y su marido.

  • Y nosotros, los Paparazzi, yo y Camarón con la Sonia,  seguiríamos directo a Ovalle.




Eso sí, el Camaron insistía en pasar por Huentelauquen por sus empanadas favoritas... Los Paparazzi y yo preferíamos llegar luego al hotel, cambiarnos y almorzar algo rico y con la empanadas se nos quitaría el hambre. Al final, fue a las empanadas con Migué el Negrito y Pancho.
Estábamos por partir, cuando nos damos cuenta que la moto de Paparazzi tampoco parte, también pana de batería, inexplicable en una moto nueva y recién salida de mantención ... Ya no teníamos partidor, pero consiguió cables para hacer puente y con mi batería la echaron a andar. 

Listos para partir



Más tarde nos enteramos que el Vetu logró echar a andar la moto, pero se asustó y prefirió no arriesgarse a seguir. 
Se devolvió a Santiago y partieron en auto con Gabriel a Ovalle. Y también pasaron a las empanadas! Bien jugado igual. 

El camino en general estuvo agradable y tranquilo,  salvo por un camión volcado que se atravesó y causó tremendo taco en las 2 pistas de Norte a Sur. 
En Socos los Paparazzi y yo nos salimos al camino hacia Ovalle. Es un camina de una pista por lado, bien mantenido y casi sin tráfico a la hora que pasamos nosotros.
El paisaje es semidesértico, característico de la Cuarta Región. Y también es característica la producción de aceite de oliva, con grandes plantaciones de olivos que germinan en la aridez de ese suelo, y también la industria pisquera, con parronales de la zona.



Pisquera

Fabrica de aceite de oliva
A la entrada nos perdimos un poco, pero llegamos bien al hotel. Ni un alma en la ruta, cero movimiento... obvio, ¿quién se va a Ovalle para Semana Santa? 
Llegamos tipo 1:30 al hotel, cuando nos estábamos registrando llegaron Camarón con la Sonia, sin nada de hambre por las benditas empanadas. Asi que se registraron, se cambiaron ropa y se fueron al Casino.
Nosotros nos cambiamos de ropa y nos fuimos derechito a almorzar a la terraza. Comida rica, el lugar precioso, la conversa amena.






Al poco rato llegaron Vetu y Gabriel  y se nos unieron en la terraza. Gabriel barajó la posibilidad de darse un chapuzón en la piscina, ya que al sol hacía calorcito.
Después supimos que los que fueron a La Serena también comieron de lujo y llegaron a buena hora a Ovalle, tipo 5:30. Y el Pelao tuvo la alegría de estar con su hija que espera su primera guagua.



En la tarde, carrete light en la terraza: Paparazzi pudo subirse a una de las hamacas y echó una siestecita sin que nadie lo notara.
Por lo demás, anécdotas, chistes, y como siempre, harto reírse de uno mismo. Wirito nos explicó porqué es persona non grata en los Casinos. Por su culpa, los números del Enjoy no son lo que podrían haber sido sin el jajajajajaja.





Cuando se escondió el sol, bajó la temperatura así que cada uno a su pieza un rato. A las 8:00 nos juntamos a comer.

La comida bien buena, la conversa entretenida, llegaron Camarón y la Sonia directo del casino, y como a las 10:30 nos fuimos a acostar con el corazón contento y la guatita  llena.
Una jornada redondita. Paseo de esos que quedan para la historia.



Día 2: Aventura por Samo Alto, Andacollo y Tongoy

El segundo día de nuestra ruta comenzó con una jornada bastante fría y nublada. El plan era salir a las 10:00 a.m. Cuando llegué al comedor para el desayuno, ya estaban todos listos y nos sentamos a disfrutar de un buen desayuno, aunque no tenía mucho apetito.

A las 10:00 en punto comenzamos a rodar, con una primera parada para echar bencina en una estación Shell. Creo que en esas dos instancias la moto de Paparazzi partió. En otras varias ocasiones tuvo que usar el partidor para echarla a andar. Por suerte el Vetu atinó a llevarlo a Ovalle para devolvérmelo. Sacó de varios aprietos a Paparazzi quien no se despegó del artilugio en todo el viaje.





Después, continuamos hacia Samo Alto, el mismo camino que recorrimos hace algún tiempo, tras los temporales e inundaciones que afectaron la zona. El día estaba gris, el clima fresco, así que me abrigué bien, pero no tardó en llegar el calor por tanto abrigo.   
El camino estaba seco y desértico, y las curvas eran un desafío constante, pero valía la pena por las vistas tan impresionantes. Las mejores son desde la altura hacia el valle, en un camino más bien estrecho, y sin barrera en el lado del precipicio.








Pasamos por el tranque Recoleta, que estaba bastante lleno de agua, y seguimos hacia Andacollo. Fue una hora y media de caminos sinuosos, subida y bajadas, casi sin tráfico, muy entretenido (aunque me quede atrás jajajaja)



Al llegar al pueblo de las minas de oro y plata y de la virgen del siglo XVI, nos encontramos con una sorpresa: estaba repleto de gente y autos, ya que coincidió con el día de feria. Por lo mismo, la calle de acceso a la plaza estaba cerrada.
Decidimos evitar el tráfico y tomamos una ruta alternativa, un camino de tierra que era calle y estacionamiento a la vez, para todos los que asistían a la feria. Me llamó la atención la gran cantidad de autos relativamente nuevos que se veían estacionados.
En Andacollo, nos desabrigamos, y algunos decidimos ir a la plaza a ver la iglesia, mientras que Camarón, quien no estaba tan entusiasmado con la idea, se quedó "cuidando las motos". A pesar de que no había mucha atmósfera festiva, como lo que se esperaría en Semana Santa, disfrutamos de la tranquilidad del lugar.
La Margarita que es la más pía del lote, entró a los templos y sacó fotos del interior.
Estando en la plaza vimos avanzar un cortejo fúnebr, con todos los asistentes caminando detrás del ataúd. Nos recordó esos típicos funerales de los pueblos del sur de Italia que se ven en las peliculas 










Desde allí, nos dirigimos a Tongoy. Tomamos una autopista hasta desviarnos a un camino secundario que nos llevó hacia Guanaqueros, y luego a la costanera de Tongoy. 


A medida que nos acercábamos a la playa, el clima comenzó a ser mucho más agradable. Tongoy, como Andacollo, también estaba lleno de gente, pero decidimos ir al sector de la caleta y los restaurantes.
Para acceder a la costanera, donde están los restoranes, hay una esquina con mucha pendiente donde confluye el tráfico que va en un sentido de la calle, y los que vienen en contra. Todos tienen obligadamente que doblar y tratar de no chocar en la maniobra. Wirito pasó susto pero lo logró.
 Finalmente, estacionamos en el restaurante Costa Tongoy, donde pudimos conseguir una mesa. Primero pedí una mesa para nueve, luego para diez, y finalmente para doce, ya que el lugar comenzó a llenarse rápidamente. Ocupamos las últimas mesas disponibles. De ahí en adelante la gente tuvo que hacer cola y esperar para entrar. al poco rato llegó el Pelao, desde La Serena ajuntarse con el grupo.


La comida estuvo excelente, y la atención fue buena, no se demoraron mucho en servirnos.
Junto con los mozos, un robot parecido a Arturito de StarWars, circulaba por el restoran llevando los platos dispuestos en sendas bandejas en su interior. Lo encontré muy sorprendente... en la caleta de Tongoy poh!!

Como siempre, la conversación fue variada, pasando de temas más serios a otros más frívolos. El único inconveniente fue que no podíamos pagar la cuenta en partes separadas, por lo que el Paco, siempre generoso, pagó todo y luego le transferiríamos la parte que correspondía a cada uno.




Después de la comida, nos dirigimos a tomar algunas fotos antes de regresar. Sin embargo, al comenzar a ordenar mis cosas, me di cuenta de que había perdido la GoPro. Pensé que podría haberla dejado en la mesa, así que volví al restaurante para preguntar, pero el mozo me dijo que ya habían limpiado la mesa y no había encontrado nada.


Regresé al hotel con la esperanza de encontrarla en mi mochila, pero lamentablemente no fue así. Supongo que se quedó sobre la mesa y alguien la tomó antes de que los mozos la limpiaran. Lo que más lamento son las fotos y, sobre todo, la cinta de Sidney con la que me la cuelgo al cuello para sacar fotos en el camino.
En el regreso, tomamos un camino alternativo, distinto al de la ida, que resultó ser bastante agradable. La temperatura subió un poco y el trayecto fue relativamente corto. Llegamos temprano al hotel, listos para descansar un rato y luego reunirnos más tarde para cerrar el día.



Un día lleno de sorpresas, algunos inconvenientes, pero sobre todo, momentos para recordar. La ruta continúa, y aún nos esperan más aventuras


Día 3 - Domingo: vuelta a Santiago

El plan era salir puntuales a las 9:30 rumbo a Santiago, pero esta vez por caminos interiores, para evitar los tacos eternos de la Ruta 5. Había amanecido nublado y fresco, asi que me abrigué harto.

Yo me levanté temprano, cargué la moto, y mientras estaba en eso, el Wirito andaba afuera fumando un puchito —creo—, aunque no lo tengo tan claro. La cosa es que le quería mostrar una bolsita con herramientas que armé para llevar  en la moto, y al sacar la bolsa... aparece la GoPro! Estaba metida en un rincón de la maleta. Cómo llegó ahí, ni idea. Creo que la dejé encima de las otras cosas como el traje de lluvia, y con el movimiento del viaje se fue corriendo hasta quedar atrapada en el fondo, tapada por la bolsa de herramientas. Por eso no la vi cuando busqué antes. Fue un tremendo momento, porque ya la daba por perdida.

Terminé de cargar la moto, pagué, y me fui a tomar desayuno. Ahí estaban todos. Hicimos como una mesa redonda improvisada, conversamos un rato y comimos algo


Camarón y la Sonia no volvían con nosotros ya  porque se quedaban unos días en La Serena con el Pelado, la Aynara y su marido, y partirían mas tarde. Los Vetus también volvieron separados del grupo, creo que por la 5 Norte.
Por ser Domingo de Resurrección, en el hotel habían organizado busqueda de huevitos de Pascua, de 8:30 a 9:00.

A las 9:30 ya estábamos saliendo, todo bien ordenado. Paramos a echar bencina y seguimos camino hacia Punitaqui.
Estaba bastante nublado, por lo que el abrigo funcionaba perfecto. El camino buenísimo, y solo para nosotros. En esas circunstancias, el protagonista es el paisaje. Punitaqui está en un valle, por lo que al ir aproximandonos, se divisa desde la altura. El pueblo es bien chico pero con personalidad. Tiene 10.000 habitantes aprox. y el gentilicio es punitaquino/a.








A poco andar, antes de una hora quizás, empezó a salir el sol y a subir la temperatura. Tuvimos que parar a desabrigarnos. Además, ya todos con ganas de ir al baño, pero como siempre, los únicos que pudieron aliviarse fueron los hombres, detrás de un matorral. Nosotras teníamos que aguantarnos hasta llegar a Cabildo.

El camino en dirección a Combarbalá estaba bueno, con muy poco tráfico, subidas, bajadas, miles de curvas. Como siempre, yo me quedo atrás, pero siempre hay alguien buena onda que me acompaña un rato o se adapta a mi ritmo. Si me voy sola tampoco me complica, igual nos juntamos más adelante.



Después nos desviamos hacia Caimanes y Limáhuida, y más adelante estaba la famosa ruta de los túneles. Son cuatro, tres de ellos casi seguidos, de una sola pista, sin luz y con piso de tierra. Ya los conocíamos de otros paseos por la cuarta región, pero esta vez lo encontré más difícil. Hacía tanto sol que al entrar, el contraste con la oscuridad total me encandiló heavy. Aunque justo antes de entrar al túnel , subo la visera oscura, igual me costó adaptarme a la oscuridad. Después de un tercio del túnel ya empezaba a ver por dónde iba.



Los primeros tres túneles no tienen semáforo, así que hay que tener suerte de no encontrarse a nadie de frente. El último sí tiene, así que más tranquilo. En esa zona también hay puentes de una sola pista, algunos con ceda el paso. Uno estaba cerrado, así que tuvimos que tomar un desvío de tierra que está ahí desde que tengo memoria.



Puente sin baranda

Seguimos por la zona de Petorca y ahí tomamos el desvío para Cabildo, subiendo por Artificio hasta el túnel La Grupa, que también es angosto, sin luz, pero con semáforo. Nos reagrupamos ahí, porque obviamente con tanta curva yo ya me había quedado atrás. Cruzamos y llegamos por fin a Cabildo. Era hora de ir al baño.



Cabildo

Fuimos directo a la Copec porque ya era medio tarde y el tramo de la mañana había sido lento. Pensamos en comer algo rápido, ir al baño y seguir. Pero no. Justo estaban descargando combustible, así que tuvimos que esperar como 15 minutos para echar bencina y comer algo.

  

Wirito va a negociar si podemos esperar dentro del recinto 

Y lo logró!














Lo peor fue descubrir que esa Copec... ¡no tiene baño! No lo podía creer. Eran las 2:30 de la tarde, llevábamos cinco horas desde que salimos, y aún nos quedaba camino. Asi que comimos unas hamburguesas de esas que vienen empaquetadas en plástico y se calientan en microondas, un helado y Wirito su infaltable puchito, aunque estemos en una bencinera jajajajaja

El nuevo plan fue llegar a la Copec de San Felipe, que sí tiene baño. El tramo entre Cabildo y Putaendo, por la Cuesta Los Patos, estaba súper bueno. Muchos tramos de pavimento recién arreglado, parejito. El Vampi con el Wiro se adelantaron. Yo me quedé atrás, como siempre. El Paparazzi también, pero después nos adelantó. En la salida de Cabildo había harto auto, difícil de adelantar. Más adelante en la cuesta, el camino estaba más despejado, pero igual con curvas, así que me fui quedando atrás.

El Paco me fue acompañando, pero en un momento también se adelantó. Yo no me atreví a pasar a un auto que tenía una copiloto con el teléfono en la mano. Me imaginé que si lo adelantaba en línea continua, me grababan y me funaban en Twitter. Así que me quedé atrás hasta que por fin lo pasé, justo cuando el Paco me estaba esperando. Ahí me escoltó súper amoroso hasta Putaendo. Mi hija me encontró una paranoica perseguida y se mataba de la risa con el cuento.

La pasada por Putaendo fue más o menos, porque la calle que tomamos salía con pendiente al camino principal, y tenía disco pare en subida. Yo doblé a la derecha casi sin detenerme, justo cuando venía un auto que doblaba a la izquierda y me tapaba la vista. Igual el auto que venía me bocineó.

Con harta paciencia y tráfico lento, llegamos por fin a la Copec de San Felipe.


Alivio total. Algunos se tomaron un café y seguimos viaje. Ya no quedaba tanto. Había un lugareño medio deteriorado que insistía en el "chiste" que tenía que dejarle mi moto... cargoso el gil!! , otro, no deteriorado, nos sacó la foto para el recuerdo, que no salio muy buena porque una rama de palmera tapaba al Paco. Por suerte sacó varias. Esta es la mejorcita.

La pasada por San Esteban y Santa Teresa estaba lenta. Con Paparazzi nos quedamos atrás hasta que se despejó un poco, ya llegando a Los Libertadores.


Ahí por fin le pudimos poner un poco más de velocidad. En el camino, el termómetro marcó 27°, y nosotros con ropa de invierno... nos derretíamos.

En el túnel Chacabuco se empezó a armar taco, sin razón aparente. Después entendimos: a la salida iban dos camiones con contenedores a no más de 20 km/h. Por eso el atasco.

En Los Libertadores me vine con el Wirito. Nos vinimos rápido, yo ya solo quería llegar a casa. Él súper amoroso, me avisó de los pacos para que bajara la velocidad y después me acompañó por la radial, aunque nadie más la tomó. Anduvimos súper bien, poco tráfico, buena velocidad. En Vitacura nos despedimos y yo llegué a mi casa a las 5:30. Ocho horas de viaje desde Ovalle a Santiago. Larguísimo, pero muy entretenido. El Vampi había calculado 1230 Km para el fin de semana... en realidad fueron 1230,3 Km  jajajajaja se pasó!!

Un tremendo grupo. Lo pasamos increíble, comimos rico, anduvimos bien. El Vampi ya dijo que va a pensar en otro lugar y otra fecha para armar algo nuevo. Así que atentos. Gracias a la Margarita la Anto y Gabriel, (quizá olvido a alguien) por compartir las fotos que apoyan el relato del blog. 

Gracias infinitas a todos los que participaron. Cuando los grupos funcionan así de bien, son un verdadero regalo para el alma.

Hasta la próxima!!