domingo, 7 de abril de 2019

Ultimo paseo con horario de verano (y primero de Otoño)

Bien veraniego resultó el último paseo con horario de verano.
Hoy se cambia la hora en todo el territorio nacional. No sé si prosperó el deseo de los magallánicos de funcionar con otra hora.
Después de una semana con temperaturas frías en las mañana, y templadas en las tardes, hoy amaneció menos frío y todavía a esta hora, las 6 de la tarde hace calor, con 28º.
El paseo de hoy era de esos paseos "piola", cerca de Santiago, sin mayor asunto salvo la belleza del paisaje de la zona de San Francisco de Los Andes, y la hospitalidad de Francisco, el dueño y parrillero del San Francisco Lodge.
Pocos respondieron al principio, pero al final llegamos 9 motos, un auto y 15 participantes.
En Santiago ya había una capa de smog... que irá empeorando con las temperaturas más frías.

Éramos, Wiro, que fue solo, extrañamos a la Leo, Spoiler con las estrellas alineadas, no tenía ninguna responsabilidad ni familiar ni laboral que lo requiriera,Topo que se matriculó de los primeros, Ojitos, Vigilante, Camarón y la Marcella, los Vetus, que confirmaron a última hora, Vitrola, que también se sumó al final y nos pilló en la CoChi porque nos demoramos en partir, yo, y Migué que fue en auto con la Olga y las niñas.
La junta era a las 11 para salir a las 11:30.
Yo llegué un poco antes, y me encontré echando bencina con Spoiler. Y también con Wirito.

Fueron llegando uno a uno a la mesita de café en el exterior de CoChi.
Estaba tan llena, que uno de los administradores, o guardias, o lo que sea, nos autorizó a estacionar las motos en la parte lateral bloqueada con barreras New Jersey plásticas.

Las chicas
Cuando ya estábamos por irnos, Vetu no pudo hacer partir la moto.
Un equipo de 8 fueron en su auxilio, se dieron cuenta que era problema de batería, y lograron exponer los bornes para hacer contacto con otra fuente de energía.
Wirito, siempre solícito, junto con Migué, empujó la moto, a ver si partía, y no pasó nada.



Spoiler facilitó unos cables que no sirvieron de mucho.
Según me aclaran mis fuentes, un desconocido con buena voluntad andaba con un partidor portátil que solucionó el problema.
Después de esto, Camarón está haciendo una importación de baterías con el set de cables para las emergencias como esta.


En ese rato llegó Vitrola.
Partimos como siempre, en estampida, todos separados.
El peaje CoChi es una lata porque las casetas con TAG no funcionan con los dispositivos de las motos. No tengo idea porqué.

Seguimos por Los Libertadores ni tan juntos ni tan separados.
Vitrola tuvo que parar a arreglar la mica del casco y se separó del grupo.
Al auto no lo vi nunca.

En Chacabuco estaban los pacos controlando la velocidad y sacando partes. Pero pasamos ordenaditos y circunspectos.

En el camino antes del túnel, hay un letrero que indica la zona de la batalla de Chacabuco. No recordaba haberlo visto antes.

En el peaje del túnel el TAG tampoco funciona y al final se hace cola para pasar.
Nada como el free flow de la 68 y la Radial Nororiente.
Después de ese peaje nos reagrupamos, con el infaltable puchito en la espera.


Y hace mucha falta un túnel de dos pistas. Basta con un camión demasiado lento para que la pasada en moto sea muy latera.


Vitrola después de parar se fue corriendo con unos Ferraris que habían salido de paseo. Tan entusiasmado y entretenido iba, que no se fijó por donde había que seguir. Cuando cachó que se había pasado mucho de Los Andes, se devolvió... pero igual no sabía en detalle dónde íbamos ni cómo llegar.
El día estaba a esa altura más que templado, y yo lamentaba haberme abrigado tanto.
Un sol radiante pegaba en el paisaje amarillo y reseco de esta época. Me llamó la atención que no se veía nada, pero nada de nieve en la cordillera. Las montañas, en distintos tonos de gris, más claros y más oscuros, en distintos planos, majestuosa como siempre, pero sin nieve.

Normalmente se ven unos manchones blancos que no desaparecen nunca. 

A mi no me tocó pero Camarón tuvo que parar en plena autopista para dejar pasar una manada de vacas que iban cruzando al campo al otro lao de la calzada.
Un huaso indicaba la detención con un chaleco o un paño rojo, como banderero.


Seguimos por Los Libertadores super rápido. Con el Vetu nos separamos de la fila porque en el puerto terrestre se nos metió un camión adelante y nos quedamos atrás, sin poder ver bien por donde seguían los otros.

En la salida a San Esteban dudé, y seguimos hasta la salida a Los Andes, que no era... nos dejó en la calzada opuesta en la autopista.
El Vetu alcanzó a pasar en un claro que se hizo en el tráfico. Yo tuve que esperar mucho rato hasta tener despejado para hacer una vuelta en U totalmente irregular.
Al frente estaban esperándonos. 




Podrían haber esperado en la salida a San Esteban pensé yo.
Les pedí que se fueran más lento para no perdernos, pero no me pescaron.
Más aún que era la hora del taco, a mediodía.
De hecho, para no perderlos aceleré cuando se podía y me comí dos lomos de toro, que llegué a volar.
En un semáforo nos quedamos atrás con Ojitos. Ya po, na que hacer, seguir no más.
En la Copec de San Esteban Camarón paró a echar bencina. Venía con la luz prendida desde el túnel, porque se olvidó de llenar en CoChi, con todo el jaleo de echar a andar la moto en pana.
Pensé que luego nos alcanzaría, y como se conoce bien el camino, estábamos al otro lado... pero no nos volvimos a ver.

Y seguimos, pero me equivoqué y no tomamos hacia San Francisco de Los Andes.
Este es el letrero que no vi.

Ojitos me preguntó si íbamos bien... yo le dije con tanta seguridad que si que no le quedó otra que seguirme.
Ibamos por un camino en regular estado y tuvimos que parar porque iba un piño de cabras guiadas por un hombre a caballo y un perro.
Apareció otro jinete que las corrió para un lado para dejarnos pasar.
Seguimos por la calle hasta que se acabó el pavimento, un poco más adelante. Ahí me di cuenta que íbamos mal, paré, le toqué la bocina a Ojitos pero no me escuchó.
Yo me di la vuelta, me volví a cruzar con el piño de cabras y por suerte Ojitos cachó y se devolvió.
Bien perdidos estábamos, pero Ojitos había visto el letrero indicando San Francisco para el otro lado.
Nos sacamos una selfie para inmortalizar el momento, que nos refleja tal como somos. 
Más perdidos que el teniente Bello y entre los dos no hacemos uno.

Nos devolvimos hacia la ruta correcta, y en el trayecto, aún en el camino que no era nos encontramos con Vitrola, que venía tan perdido como nosotros jajajajaj
Cómo ir a encontrarnos en un camino que no es!! insólito. Pero así es Cualtaco, como cuántico... no es primera vez que pasa algo como esto. 
Seguimos los tres por el camino correcto.
Lo encontré más difícil que otras veces. Debe haber sido porque el pavimento está re malo y eso afecta la fluidez de la conducción.



El puente de madera Los Manueles, no fue problema.
Pero por fin llegamos.
La entrada al lodge es de tierra, y hay un cable atravesado para controlar el acceso. El problema es que está en una leve pendiente ascendente, pero lo suficiente para que volver a partir, en tierra y en subida, no sea tan fácil.
La última vez que fuimos, Camarón con la mano recién operada me ayudó a sacar la moto porque yo no pude.
Ahora le tocó el turno a Vitrola, yo traté pero me iba para atrás y  denuevo no pude.

Voy a sugerir que pongan el cordel o cable, 10 mt más adelante, que ya es plano o levemente en bajada.
Llegamos al estacionamiento, y nos estaban esperando, Spoiler y Migué, porque le había explicado la dificultad de la entrada en la tierra y le había pedido que me ayudara.
Los demás ya estaban en la mesa, algunos con sus platos listos para degustarlos.
Hubo que agrandar la mesa para quedar más cómodos.
La comida estaba muy buena, el grupo muy animado y entretenido, y el lugar muy agradable.





Por fin pude desabrigarme y refrescarme un poco.
Después de almuerzo fuimos a una especie de quincho al lado del comedor, que estaba muy agradable y más fresco.
Migué, como padre dedicado que es, jugó fútbol co su hija Angelita, joven (o menos) promesa del fútbol femenino. 
La chicoca es muy buena y lleva ya un tiempo dedicada al deporte-pasión de multitudes.


El resto nos reímos mucho con anécdotas, bromas y un poquito de bullyng.
Y también reflotamos el viaje a Alaska para 2020, que está listo pero que duerme desde 2013 como los proyectos que se tramitan en la cámara de diputados.





La Olga con la niñas y la Vety recorrieron los jardines aledaños donde los gansos circulan libremente.

Vigilante tenía que venirse temprano por asuntos familiares y yo también así que cerca de las 4 dijimos que nos íbamos.
Lo malo fue que todos decidieron venirse, y eso que estaba tan rico el lugar y el día.




Solo la delegación hispano-colombiana se quedó a recorrer y disfrutar el enclave de montaña que ha crecido de una manera impresionante.
Partimos todos juntos, pero al muy poco rato me quedé atrás sola (cuéntame una nueva).

No anduve tan perdida, pero nunca segura de ir por el camino correcto.
De repente, de la nada apareció Ojitos que había salido último.
El resto estaba esperándonos cuando ya era camino casi recto.




En Los Libertadores le metimos harta chala.
El peaje de Chacabuco tenía cola en el TAG y la caseta  manual estaba vacía asi que pasé por ahí.
El túnel estaba despejado, y en poco rato ya estaba en CoChi, y de ahí a la casa, es muy rápido también.
Los que venían con menos apuro pararon en la Copec de costanera norte al café y el heladito  del estribo.
Un gran día para despedir el verano! Lo pasamos muy bien!!
Y ahora esperando para el viaje a Salamanca (IV Región, no la ciudad universitaria española) por la ruta de los túneles.

No sacamos la foto grupal pero entre varias salimos todos






Nota de la redactora: como una gran parte del camino anduve sola o poco acompañada, el relato puede haber omitido otras incidencias en el camino.

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