Confirmamos el Rudy, Ojitos y yo.
Yo aproveché de llevar de copiloto a la Chika, que está viviendo conmigo, para que se ventilara un poco.
Me levanté temprano, preparé el cocaví, y bajé a echar a andar la moto mientras la Chika estaba lista.
Desde ayer recuperé mi look pre pandemia. La María Paz me regaló un corte y tintura con un peluquero famosillo que va a domicilio, por lo menos mientras no pueda atender en su peluquería.
Partimos sin ningún problema, a Vilola, a juntarnos con el Rudy y Ojitos y decidir dónde iríamos esta vez.
Américo Vespucio es un desastre! por la construcción de la autopista subterránea desde La Pirámide creo, hasta avenida Ossa.
Legué un poco atrasada, ellos ya estaban esperándome.
Eché bencina, y nos dimos cuenta que a la única parte que podíamos ir sin controles era Til Til.
Además Rudy, que está en la categoría de 75 y +, con permiso para salir a caminar dos veces al día por 1 hora, se encontraba en rebeldía y transgresión total de la normativa vigente. Así que mejor no arriesgarse. A til Til no mas sería.
Bueno, "peor es mascar lauchas" decía mi mamá. Yo cuando chica entendía la expresión y no la cuestionaba. Ahora que la analizo críticamente y no con la obediencia acrítica infantil, no sé que significa realmente... alguien habrá mascado lauchas alguna vez???? jajajajaja.
Antes de partir vi que le faltaba aire a los neumaticos. Así que les eché. Tengo que revisar el manual porque no tengo idea de cuántas libras se recomiendan. Mas que las 27 que yo tenía; eso es seguro.
Y partimos de lo más felices. Por la radial, hasta Los Libertadores y de ahí a Quilapilún, vocablo imposible de pronunciar para Rudy. Lo autóctono no es lo de él.
El día estaba fresco pero no helado, con harta bruma y también harto smog en la parte baja de la ciudad.
En Quilapilún ya estaba más despejado y soleado, con el cielo más limpio.
Decidimos parar antes del control militar en el monumento a Manuel Rodríguez, por los motivos antes expuestos de la edad, y los adultos mayores, y los permisos, y toda esa vaina.
Paramos un poco después de la curva debajo del riel del tren. En un ensanche del camino, y en la confluencia con otro camino que llega al camino a Til Til.
Ahí estábamos cuando llegaron unos chiquillos en un camión que nos pidieron muy amablemente que nos estacionáramos más allá porque justo en ese sitio se instalaban con su camioncito a vender sus productos.
Así lo hicimos, y una vez instalados, sacamos el cocaví. La Chika reclamó por el pan con huevo revuelto que yo había llevado. Yo lo encontraba super beno. Y recién hoy me entero que le carga! que nunca en la vida le ha gustado jajajaja
Ojitos se compadeció y le regaló una de sus quesadillas con jamón queso y palta.
Yo disfruté mi pan con huevo.
Rudy, con la ayuda de la Chika pudo hacer funcionar el bluetooth del casco para escuchar spotify.
No es nada de cómodo comer parados y no tener baño. Cosas que se dan por obvias (almorzar sentados a una mesa) y un baño para toda clase de menesteres. Pero por ahora, es como es , y ya saben lo que decía mi mamá.
Volvimos por Quilapilún hasta Los Libertadores, pero nos salimos hacia Chicureo, para venirnos por el camino que llega a La Dehesa.
En el peaje lateral Rudy y Ojitos se quedaron trancados sin que las barreras reaccionaran con los Tag de las motos, y la persona de la caseta manual, volvía "en 1 minuto" de acuerdo con el letrero que había dejado en la ventanilla para justificar su ausencia. Igual penca la pega de peajer@, mas encima en un peaje con una sola caseta.
No sé como finalmente las barreras se levantaron y pudieron pasar.
La pasada por Chicureo, y solo para describirlo, no para quejarme, bien desagradable. Mucho, pero mucho auto, taco, tránsito lento, como si no estuviéramos en pandemia!, una lata.
Por fin llegamos a la subida del camino Juan Pablo II. Ahí ya estaba más despejado, y disfrutamos las vistas desde la altura, aunque lo que más se veía el smog pegado al suelo.
Llegamos a la bajada, Los Trapenses, y rápidamente volvió la congestión, igualito a Tchicureo, y eso que los colegios y las universidades están cerrados!
En fin, ya en la casa, igual se agradece enormemente haber podido salir dos semanas seguidas, aunque sean paseos pichiruches, pírricos. Pero totalmente necesarios y terapéuticos!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario