lunes, 22 de abril de 2019

Semana Santa en Salamanca

En el verano Vampiro anduvo recorriendo el interior de la IV región de Coquimbo, y hace un par de semanas se le ocurrió que podíamos hacer un viaje a Salamanca, que pertenece a la provincia de Choapa, junto con Los Vilos, Illapel y Canela.
La gracia era hacerlo por Caimanes y Limáhuida por la ruta de  los túneles.
Se venían tres días feriados, cosa no tan relevante porque cada vez más los cualtaqueros o no trabajan o trabajan menos que las 44 horas semanales jajajaja.
Así que hicimos las reservas en el hotel en Salamanca, y el respectivo grupo de whatsapp para afinar los detalles.
La junta era en la Copec de Lampa a las 8:30 para partir a las 9. De acuerdo con la muy oportuna información acerca de las carreteras que nos aporta Spoiler, a esa hora la 5 Norte no debería estar colapsada.

VIERNES SANTO
Me levanté muy temprano, aún de noche, con una luna llena impresionante.

Con el Camarón y la Marcella nos fuimos al despuntar el día. En los espejos veía el sol saliendo en la cordillera.
La Costanera Norte estaba cortada a la altura de Lo Curro y tuvimos que seguir por la caletera que por suerte estaba bastante despejada.
Elegimos la radial N-O, donde ya no hay que parar a pagar los peajes y es muy expedita.
Hacia el poniente se veían muchas nubes.
En la bomba estaban los que íbamos, los Vetus, los Vampis, Paparazzi (o Polaroid?), y Wiro y Migué, que iban por el día y se volvían después de almuerzo.
Rana llegó temprano y se puso en el extremo sur del estacionamiento. No cachó que todos los demás estaban en el extremo norte, y empezó a preocuparse porque no llegaba nadie.
Tanto que en su ansiedad de encontrase con alguien, agarró a un motorista solitario por el brazo, exclamándole: no ha llegado nadie!, a lo que el motorista medio perplejo le responde: no sé, yo ando solo,  paré a sacar plata del cajero no más... jajajajajaja 
En favor del Rana hay que decir que el motorista iba con el casco puesto.
Yo eché bencina y revisé el aire. Varios tomaron café con medias lunas.

Partimos a las 9:15 con el camino bastante despejado, lo cual permitía mantener un muy buen ritmo. A esa hora había una neblina más o menos densa, que si bien no enlentecía la marcha, sí hizo pasar frío a varios. A mi no porque iba  abrigada para temperaturas polares.
Pasada la neblina, un poco más allá en la cuesta El Manzano, taco... hasta ahí no más llegó la felicidad y la expectativa de camino despejado.
Seguimos avanzando por la berma, que por suerte es ancha y parejita, y superamos el atasco generado por un auto en pana y la camioneta de rescate de la autopIsta haciendo su trabajo. Por suerte... no era taco estructural hasta Los Vilos.
Seguimos camino, todos más o menos juntos, y antes de Las Chilcas otro mega taco, un par de kilómetros si no más, de autos detenidos por un accidente que recién había ocurrido. Una camioneta había chocado contra la barrera de contención derecha y se había volcado quedando tirada a la izquierda pero bloqueando las dos pistas, más la gente que estaba ayudando. Nuevamente nos salvó la berma y dejamos atrás el incidente sin mayor problema.
Vimos bomberos y carabineros dirigiéndose al lugar del accidente por la pista en dirección a Santiago.
Ahí si que estuvo rico, porque había poco tráfico, y la temperatura algo había subido.
En las cercanías de los pueblos, Polpaico, La Calera, siempre hay más congestión por el tráfico local, pero luego se despeja.
No había mucho paco en el camino, al menos a esa hora.
En 2 horas ya habíamos llegado a Los Vilos, donde paramos a echar bencina.




Retomamos el camino por el acceso hacia el interior, hacia Illapel, que está como en remodelación. Hace mucha falta un trébol en ese cruce.
En la bomba Migué cambió moto con el Vampiro. Migué siguió en la Supertanker con la Antonieta de copiloto. Y Vampiro en la de Migué.

Avanzamos hasta el desvío a Caimanes, donde empezaba este camino secundario, con cuestas suaves . 


Ahí Migué recuperó su moto y Vampiro volvió a la suya con la Anto.
La señalización de las curvas está muy buena, pero un poquito exagerada. En varias partes indicaba curva en U, que en realidad más parecía una rotonda. No como las curvas de Portillo o Farellones.
Llegamos a otro camino, un poco más chico, que decía camino con restricciones... no sabía qué era eso. 

Se refería a que tiene puentes estrechos, de una sola pista, uno de madera, y a los túneles que íbamos a cruzar, que también tiene una pista, como los de Artificio, pero sin semáforo para organizar la pasada. La ley del más fuerte no más. 
Los túneles son bacanes! Con suelo de tierra pero parejitos, muy altos como góticos, y de piedra a la vista, sin iluminación, por lo que la luz de los focos de las motos se proyecta en los muros, produciendo una experiencia bien psicodélica.
Fueron tres, uno recto y corto, uno curvo y otro recto mucho más largo.


Después de los túneles seguimos por este camino chico. Ahí nos adelantaron otro grupo de motoristas, con el que nos íbamos cruzando y mezclando cada tanto.
Antes de llegar al camino hacia Illapel hay una cuesta, Los Cristales, que es muy muy buena! Está hecha como para que un principiante vaya a practicar. Las pendientes y las curvas precisas, con peraltes perfectos y un pavimento muy bueno.
Es increíble que en los lugares más apartados haya caminos tan buenos. 
I💗Chile.
Llegamos a Illapel. Primero estaba el otro grupo estacionado y más adelante Cualtaco. Igual que el Rana en la mañana me fui derechito al primer grupo jajajajaja, pero caché que no eran mis compañeritos que estaban más adelante.


Preguntamos para dar con el restorán en segundo piso que habíamos ido antes.
Camarón tomó el liderazgo porque se suponía que era el más ubicado en el lugar.
Lo encontramos pero estaba cerrado. Así que seguimos a otro dato que nos dieron ahí mismo.



Llegamos a un lugar que más parecía garage rasca o vulcanización, una entrada como estacionamiento con piso de tierra, con la entrada al restorán al fondo.

El lugar es bien humilde, una estructura metálica con planchas de latón como paredes, y techo de planchas de zinc, con una que otra separación en las junturas. Osea, de aislamiento, cero.
Pero la comida... digna de un restorán pituco de Santiago!! Buenísima, elegante, sofisticada y de presentación impecable.
Un hallazgo!! Como para volver.
Nos estábamos acomodando cuando llegaron los del otro grupo de motoristas. Con ellos venía Snoopy!! años que no lo veíamos después de su corto y frustrado paso por Cualtaco. Un encanto él.
Cominos muy muy bien, y nadie consideró las restricciones culinarias del viernes santo.

El Rana contó que tenía un cargador para el celular, con forma de plátano. Cuando lo mostró tuvimos que explicarle la diferencia entre su cargador que más parece un minitorpedo y un plátano.


Después de almuerzo Migué y el Wiro volvieron a Santiago y nosotros seguimos hasta nuestro destino, Salamanca, el pueblo de los brujos y leyendas ancestrales.
Volvimos por la Cuesta Los Cristales, esta vez de bajada. 
Pasamos por Chuchiñi, una localidad en la que en algún viaje anterior sacamos fotos en la señalética jajajajaja, cómo le ponen ese nombre a un asentamiento humano!!
Ya en el camino hacia el pueblo mismo, desvío por reparaciones y construcción de parte de la calzada, con un banderero con espera más bien larga, porque llegamos a una cola ídem.
La pasada bien mala, un desagrado. Pero bueno, parte de los imprevistos de un viaje, y no para morirse.
Si no fuera porque unos Km. más adelante, otro desvío, más malo y más largo y con mucho tráfico, buses incluidos.


Finalmente llegamos a Salamanca, después de cruzar el puente sobre el río Choapa, que en algo recuerda la entrada a Vallenar.
Salamanca es un oasis inesperado, muy verde en medio de la sequedad del entorno y de los cerros. Mucho más grande y más efervescente de lo que me imaginaba.
Yo pensaba que era un pueblo minúsculo, con una plaza, cuatro calles, uno o dos hoteles piñuflas y una fuente de soda.
Y nada más lejos de la realidad. Es un pueblo 25.000 habitantes, con vibra de ciudad, con muchos hostales, varios hoteles, mucho comercio y movimiento alrededor de la plaza donde funciona la típica feria de pueblo de fin de semana.
Y además estaba una feria itinerante, que va por allá una vez al año, que se instala a lo largo de varias cuadras ofreciendo lo que se les ocurra! Ropa, zapatos, zapatillas, cantidad de marcas top, Nike, Columbia, North Face, por mencionar algunas, ollas, relojes, cosméticos, vajilla, ropa de cama, juguetes, herramientas, plantas, maceteros, imposible no tentarse con algo. Camarón se entusiasmó con una escalera de tijera de aluminio. Si hubiera ido en auto la habría comprado. Algunos sugirieron que la llevara la Marcella colgada al hombro. El problema era cómo se giraba para sacar fotos.
Esta feria quedaba a menos de dos cuadras de nuestro hotel, así que la pasada por ahí era obligada. Ahí estaban las carpas de los feriantes donde alojan durante su permanencia. En la esquina les instalan baños químicos.
Llegamos al hotel por una cuadra de tierra, con un perro grandote persiguiéndome. 
La entrada era muy empinada y terminaba en ripio. Tan asustada iba con el perro que no lo pensé dos veces y me tiré para arriba detrás del Camarón. El problema fue que el chantó al llegar al ripio, porque además era con una pequeña curva. Y ahí quedé, en la subida, parada sin ninguna posibilidad de sacar la moto de ahí. Asi que el Vampiro, que me apaña en todas las dificultades y mis deficiencias en los caminos difíciles, me rescató y estacionó mi moto.
Todos comentaron que igual no era fácil la entrada.

El hotel resultó ser inesperadamente bueno! Todo bien moderno, nuevo, cuidado y con buen gusto.
Y la administradora muy hospitalaria y cercana! La Lorena.
Nos acomodamos, nos cambiamos ropa y nos juntamos en un living exterior, muy agradable, para salir a comer algo.
Al Rana le dio con que iba a hacer un babyshower al otro día y que estábamos todos invitados, aunque nunca supimos bien a qué se refería, porque, embarazada a punto de parir, no había ninguna ni de cerca jajajaja!
Nos encaminamos hacia la plaza, pasando por la feria.
Nos fuimos vitrineando, si cabe el término. A paso menos que lento, parando cada vez que alguien se tentaba con algo.
Hasta donde sé compraron cuellos muy buenos a dos lucas, la Marcella una parka delgadita North Face para usar debajo de la chaqueta de moto, yo unos calcetines gorditos y abrigados 3 por luca y así...
En una esquina había un dúo andino electrónico. Bien buenos, con bases grabadas muy pop, tocaban zampoñas quenas y flautas, más alguna percusión y palos de agua. El resultado era muy logrado.

Llegamos a la plaza, recorrimos un poco los locales de la feria.
En una de las esquinas hay una estatua que algún alcalde viñamarino del siglo pasado mandó a hacer para la ciudad jardín. El problema es que para los cánones de la época resultó muy escandalosa para la sociedad viñamarina y tuvieron que deshacerse de la obra.
Y fue a parar a Salamanca, asumo que en calidad de donación, donde se exhibe sin ningún tapujo. Muy bien por Salamanca!

Hay que recordar que este pueblo fue el primero en Chile en implementar wifi gratis para todos. Y es verdad. Hay conexión casi en toda la ciudad; se cae en los lugares más alejados, pero funciona muy bien.



Yo me compré una tarta de nuez y otra de arándanos para llevar, conversamos un rato con un guía turístico que nos explicó como ir al Embalse Corrales, nos contó la leyenda de la Raja de Manquehua, donde se reúnen los brujos en sus aquelarres, y se ven los destellos de sus antorchas en la noche.
La raja de Maquehua

Elegimos un local para comer, que resultó excelente!
Nos atendió una cabra tan simpática, inteligente y amable. Con una actitud envidiable. La Madelaine.


La comida estuvo muy buena. Partimos con un pisco sour que estaba excepcionalmente bueno, preparado por la Madelaine. 
El Rana pidió otro pero en otra copa, que parecía más grande, que se la señaló a la Madelaine.
Le trajeron su pedido y le dio con que había pedido en otra copa que era más grande.
Todos le decíamos que esa era la que había pedido, pero el porfiaba que no. Le trajeron la copa que indicaba y era la misma jajajajajaja qué manera de weviarlo!!

Me pedí un ceviche, de los mejores que he comido en la vida y definitivamente el más grande.


Los demás pidieron hamburguesas caseras con pan hecho ahí mismo. Comentaron que estaban muy buenas.
Estábamos hablando de alguna  cosa que llevó a Vampiro a contar que el Rafa Nadal tiene TOC. Y explicó como en todos los partidos, al sentarse en el descanso, tiene dos botellas de agua que coloca en el suelo en una posición específica e invariable. Y para explicar esto agarró la botella de cerveza y un vaso y los puso en el suelo, reproduciendo la escena del tenista. El problema fue que detrás de él estaba la Madelaine que no entendía nada y miraba estupefacta jajajajaja 
Después le explicamos, con lo que no se quedó con una impresión errada del grupito.
Volvimos tarde al hotel. Algunos quedamos atrapados por el consumismo leninismo en la feria.
Camarón nos regaló a la Marcella y a mí un reloj a cada una, que estaban  2 por 5 lucas.
Sin duda un gran día lleno de anécdotas y entretención. 

SABADO SANTO
El plan para este día era ir al embalse Corrales, en el valle de Chamisas, que derivó en Camisas, tal como el río Chuapa derivó a Choapa.
Este embalse se terminó de construir en 2004, alimentado por el estero Camisas y el estero Durazno, más las lluvias invernales. 
Está destinado a apoyar a los agricultores locales, aumentando en un 85% la disponibilidad de agua para los cultivos, especialmente viñas, cuya producción  va a la industria pisquera, nueces y quínoa.
En los 90, con la instalación de la minera Los Pelambres, la ciudad tuvo un gran crecimiento y auge derivado de los empleos directos y de las actividades asociadas, especialmente de servicios.
Bueno, nos juntamos a las 9:30 a tomar desayuno, que estaba muy bueno, muy casero, con queque, mermeladas, galletas, quesillo, queso, jamón, y jugo.
Paparazzi y el Rana, que compartieron habitación, llegaron más tarde. La hipótesis es que se quedaron regaloneando jajajajajaja.

El Rana y Camarón son sordos de un lado, pero del lado opuesto, asi que si se sientan al lado equivocado tienen que darse vuelta para escucharse. En eso estaban, se veían tan graciosos y en algo recordaban a Melón y Melame.

Primero fuimos a echar bencina, con mala suerte porque en la Copec estaban descargando combustible.
Nos dimos unas vueltas, encontramos una bomba y partimos a las 12 hacia el interior.


Estaba bien nublado pero no frío.
El camino totalmente rural, bastante bueno, el paisaje de árida belleza, es surcado por el camino sinuoso por el que se pasa por Colliguay, El Arrayán, El Palquial, y termina en Los Peladeros.




El valle de Camisas alberga a  1000 personas que viven de la cría de cabras, la apicultura y el queso de cabra, conservando las costumbres y el modo de vida tranquilo de sus antepasados.
En el camino se ven los petroglifos, diseminados en toda la zona.
A medida que subíamos se fueron disipando las nubes hasta dejar el cielo completamente despejado.






También una isla donde están 4 eucaliptus enormes, que fueron respetados en la construcción del camino.


Como a cuarenta minutos de camino, llegamos al embalse, cuyo murallón se aprecia desde lejos.

Hay una escultura alegórica a la entrada, pero no tiene mirador.

Por este motivo no paramos ahí y si lo hicimos en el otro extremo, donde había una explanada de tierra, donde se emplaza un altar donde se recuerda a una niñita fallecida muy chica. 

Nos quedamos ahí un buen rato, nos relajamos, entramos en la vibra de Camisas, muy tranquilos, sin apuros.




En el camino había un conejito atropellado. Yo no lo vi. El Vetu se compadeció y lo sacó del camino para que no lo siguieran aplastando. Hubo más que una talla de humor negro al respecto.
Los más tuercas aprovecharon de ver algo de un fusible en la moto del Rana. Esas cosas que haces cuando te sobra el tiempo.

Camarón, y luego los otros, entraron al recinto de la animita de la niña, que está enrejada, y tiene puerta para entrar.



Nos sacamos muchas fotos. Justo llegó una familia a mirar el embalse, y le pedimos a la mamá que nos sacara una foto grupal.

No sabíamos hasta donde llegaba el camino, y elucubramos que a lo mejor por ahí llegábamos a Salamanca por el otro lado.
Vampiro hizo parar a una de las muchas camionetas que circulaban por el camino para preguntarles, y no. El camino terminaba en el poblado Los Peladeros.


Seguimos hasta donde llegara el camino, sin ninguna expectativa.
Paramos en Los Peladeros, en un Kiosko, Las Pircas, donde podíamos tomar una bebida. No cerveza porque no tienen patente de alcoholes.


La Marcella, sin duda una mujer con iniciativa cruzó a otro kiosko y consiguió que la dueña le vendiera un six pack de su consumo personal y pidió permiso para tomarlas en el kiosco donde compramos la bebida. Y donde además, la dueña nos acomodó una mesa con mantel, y nos trajo bancas y sillas.
Nos sentamos, abrimos las cervezas con un destapador que Camarón anda trayendo colgado en la chaqueta, y nos quedamos mucho rato conversando y disfrutando de la tranquilidad del entorno.



Se nos acercó un gato negro de ojos muy verdes. Verde esmeralda sería apropiado decir. Y yo que soy gatera, lo tomé para regalonearlo. Se dejó hacer cariño feliz, pero nunca ronrroneó. Eso lo encontré raro.

Preguntamos hasta donde llegaba el camino. La respuesta fue "hasta el final" la carcajada fue instantánea y unánime. Al final estaba el colegio y algo más que no recuerdo.
En el rato que estuvimos pasaron dos camiones y un bus por un espacio minúsculo que dejaban las motos a un lado y una camioneta al otro lado.
En el paradero de buses, distante unos 50 metros del kiosco, había a unos 4 huasos curaos con sendas javas de cerveza, dándoles el bajo.
Acordamos para en la estatua del embalse para la foto.
Partimos de vuelta, disfrutando del paisaje.


El Vetu y el Rana se fueron adelante y no pararon.
Los demás nos sacamos la foto en la escultura.

Llegamos de vuelta después de las 3, nos fuimos al restorán de la Madelaine, y estaba ella, pero la cocina ya había cerrado. 
Así que nos fuimos al de la esquina que tenia una parrilla en la vereda.



Abajo estaba lleno, así que nos ofrecieron una mesa en el segundo piso, donde funciona un bar con karaoke y baile en las noches.
Subimos, nos acomodaron una mesa y nos sentamos. El Vetu había ido al baño en el primer piso. 



Nos estaban explicando el menú que tenían, el Vetu todavía no subía, ya nos estábamos preguntando porqué se demoraba tanto, cuando le suena el celular a la Veti. Era él, diciéndole que estaba encerrado en el baño, que la puerta no abría y que pidiera que lo fueran a sacar.
También le preguntaba si ya estábamos pidiendo la comida. Y la Veti le explicaba lo que había de menú. Fue muy muy freak!!


Se demoraron un buen rato en sacarlo, tuvieron que echar la puerta abajo. De arriba se escuchaban los golpes, pero nadie encontró necesario bajara a participar del rescate. Solo esperamos hasta que apareció en la mesa y nos contó los detalles de la emergencia.
Nos reímos  mucho.😂


Después de almorzar nos fuimos al hotel a echarnos.
El Rana con su partner fueron al supermercado.
Esta vez ni siquiera hice el intento de subir al estacionamiento, y el Vampi me estacionó la moto.



Yo fui a la piscina a ver el atardecer.

El día antes la Marcella había sacado una foto preciosa.
Como a las 8 el Rana invitó al quincho a tomar un pisco sour preparado por él.
Estaba super bueno!
Los Vetus se quedaron dormidos y no cacharon el convite. Casi se quedan sin aperitivo. Los llamé por teléfono, se despertaron, y bajaron rápido para no quedarse sin copete.
La luna seguía casi llena, y con el aire tan limpio, la foto salió muy buena.
Después nos fuimos a comer, todos menos uno.
No quisimos irnos por la feria para no pegarnos y quedarnos sin comida.
El restorán de la Madelaine estaba con la cocina cerrada y con mucha espera para comer y no había ceviche. Solo sandwiches y tablas.
Así que nos fuimos a otro que los Vampis habían visto cuando llegamos.
Otra grata sorpresa!! Muy lindo, de diseño, bonito, y la comida muy buena y bien preparada. La chica que nos atendía era venezolana o colombiana. (cómo es que llegan a Salamanca?)


Fue una comida muy agradable.
Volvimos al hotel re tarde, directo al tuto.

DOMINGO DE RESURRECCION
Tomamos desayuno a las 9:30. La idea era salir no más allá de las 11.
La chica que nos atendió era haitiana (!)
Después del desayuno nos preparamos para partir de vuelta a Santiago.
Teníamos dudas acerca de por dónde irnos a la 5 Norte para saltarnos los bandereros, pero la alternativa era de tierra.
A las 11 partimos hacia Los Vilos por Limáhuida.
El camino estuvo bastante expedito, excepto el último  tramo a la bajada de una cuesta que había un bus y muchos autos.


El acceso a la 5 Norte es muy malo. Hay que cruzar la carretera cuando no venga nadie.
Entramos Los Vilos a echar bencina. Camarón no cachó y se pasó. Nos esperaba más adelante. 
En la mañana habíamos deliberado acerca de donde salirnos de la ruta 5.
Camarón propuso Longotoma hacia Putaendo.
Pensamos que era muy al norte, que no era necesario, y que se alargaba mucho.
Acordamos salirnos en la ruta hacia Los Andes, a la altura de Llay Llay y pasar a comer empanadas a Chacabuco.
Íbamos llegando al túnel El Melón, cuando con Camarón vimos el medio taco hacia el túnel y mucho menos hacia la cuesta. Decidimos seguir por la cuesta y estuvo bueno, porque había hartos autos pero avanzaba.

Los otros se habían ido por el túnel.
Lo peor vino un poco más  allá en Puchuncaví, donde empezaba el taco del terror.


Camarón luego se fue por la berma, a mi me da cosa hacerlo cuando los autos no están detenidos.
Pero al final me chatié y me fui por la berma también.
Antes del túnel La Calavera vi pasar al Rana y después al Paparazzi, por la berma y más atrás el Vampi.


Paramos en la Copec de Llay Llay, (la del Wiro y donde conocimos a Paparazzi) y los planes cambiaron. Los Vampis se irían directo a Santiago por Quilapilún porque parecía  que el taco no estaba tan brígido, los Vetus ya se habían ido, el Rana también seguiría a Santiago y Paparazzi no supe.
Con Camarón nos salimos a la autopista hacia Los Andes, la R60 creo que es.
Qué agrado!! toda la autopista solo para nosotros. 140-160 todo el rato.
Seguimos por Los Libertadores y paramos en un restorán que había recomendado Elmer, Estero Verde creo que se llama, antes del casino de Chacabuco. 
Almorzamos y seguimos a Santiago sin nada de taco. 


Moraleja: en fines de semana críticos, volverse el lunes o venirse por Putaendo.
Como siempre, un gran paseo, muy entretenido en excelente compañía y lleno de sorpresas en un lugar tan desconocido como Salamanca.











2 comentarios:

  1. Notable relato. Muchas gracias Pin Pon por tu tiempo y dedicación en dejar testimonio de nuestros viajes, aventuras y anécdotas.

    ResponderEliminar
  2. Que entretenido relato. Muy ameno.Felicitaciones



    ResponderEliminar