FIN DE SEMANA EN MAITENCILLO
Cualtaco… impredecible en su esencia…
Al paseo propuesto por Spoiler llegaron 14!! motos, a saber:
Desde Chicureo, Spoiler, Topo, Pato, Wiro, Popeye,
Vigilante, Brutus y Geisha, Freddy postulante, Ojitos, Rondamón , Jordi y yo.
En la parada de Entrecerros, nos esperaban Felipe y Roxana.
Y Camarón con Rossana se nos unieron en Rungue, en el Caballito de palo.
La Leo y la Javiera se fueron antes en auto.
Pero vamos por partes, la columna de 13 motos anduvo más o menos ordenada, siempre Wiro esperó en los desvíos, que no era pocos, en el trayecto que pasaría por Olmué, Limache, Tabolango, Valle Alegre, Puchuncaví, hasta Rungue donde almorzaríamos.
Que gusto ver a los Alemparte!!, aunque lamentablemente sólo Felipe pudo acompañarnos a almorzar.
A las empanaditas de Entrecerros, llegamos mas o menos juntos , hasta ahí nadie había quedado en el camino.
Freddy Cruger, el postulante |
Seguimos a Olmué a la casa de Felipe para ver si podían
arrancarse a almorzar con nosotros, sólo Felipe pudo hacerlo. Roxana apechugó
con las obligaciones…
Esto es linea continua... y doble! |
En el último tramo antes de Puchuncaví, la columna de 14
motos dejó de ser columna y se convirtió en lo que es cualtaco la manada de
gatos desperdigada, llegando por instnto a destino.
A la cola quedamos yo, Freddy el postulante, Popeye y el
Topo, en ese orden.
Yo no me acordaba del nombre del restorán, sólo que era en
Rungue, y al pasar por ahí me fui fijando para ver las motos y parar. De hecho
pasamos por el lado del restorán donde íbamos, pero no había motos, ni nadie
avisando que paráramos.
Alcancé a pensar que habían cambiado el destino en el camino
y que en alguna parte habría alguien indicando donde desviarse… error.
Cuando ya habíamos pasado la entrada a Marbella paramos, nos
miramos con cara de gatos perdidos, y Popeye dijo que sabía donde era el famoso
Caballito de palo y desanduvimos los kilómetros recorridos para por fin dar con
el lugar.
Esta vez si estaban Spoiler y Ojitos en el camino para indicarnos
por donde era.
Teníamos una mesa laaarga tipo té Club, que la Javiera se había
encargado de reservar, por suerte. En general, no es buena idea que 19 personas lleguen a almorzar a un restorán sin avisar.
Comimos riiiicooo!!!! Todo estuvo muy bueno, y nos reímos mucho, sin molestar a nadie, porque el local es realmente grande y espacioso.Después de almuerzo nos fuimos a la casa de Spoiler a tomar
el café.
El día que había partido en Santiago, con un poco de frío y nubes en la
mañana, se transformó en un dia soleado, caluroso, como de fin del verano. En
las reposeras y mecedoras,nos desparramamos, yo creo que más de alguno
durmió.
Tallas van, tallas vienen, se nos pasó la tarde realmente
agradable, a pesar de que no tuvimos el rifle a postones de Spoiler para jugar
un rato.
Los que tenían que volver a Santiago por distintos motivos se vinieron, y los privilegiados (los dueños de casa, Wiro con la Leo, el Topo y yo) nos quedamos en el resort Vera hasta el domingo.
Evidentemente que aprovechamos de pelar a los que no estaban,
también conversamos cosas “serias” estuvo muy muy agradable, hasta que era hora
de ir a comer “alguna cosita” algo “livianito”
Y así lo hicimos, al Puntamai a deleitarnos con las cosas
ricas que ahí preparan. La noche invitaba al relajo, aprovechamos de caminar
al lado del mar.
Volvimos a la casa después de haber disfrutado de cosas
ricas y rica conversa.
Otro cafecito, el del estribo, y buenas noches los pastores.
El domingo amaneció tan lindo como el día anterior. Muy
soleado y tibio. Después del desayuno fuimos a la playa a caminar, recoger
piedras con fines decorativos, y mirar a los surfistas desplegando sus
habilidades, en las olas ad hoc.
Además esperábamos a unos amigos del Wiro y la Leo, Hugo y
Cecilia, con lo cual se juntaron 3 Hugos
y dos Veras, eso en poker sería un full
¿no?
Almorzamos nuevas
exquisiteces, esta vez en la terraza del Puntamai mirando el mar, y después de nutrirnos, nos fuimos a la casa a
tumbarnos nuevamente al solcito en la terraza del resort.
Foto de Spoiler, un acierto! |
Pero como no todo es para siempre, como a las 5 emprendimos el
regreso a Santiago, las 4 motos y los 2 autos.
Sin novedad llegamos a Coqueto, al ultimo café del día.
Sorpresivamente llegó Camarón que venía solo del Casino (cuéntame una nueva), nos vio en la bomba y nos acompañó un rato.
Un fin de semana fantástico, todos los agradecimientos a los
anfitriones y su hospitalidad que nos
regalaron momentos inolvidables.
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