domingo, 15 de enero de 2017

Al Caballo de Palo para escapar del calor

Creo que es primera vez que el Rudy propone un paseo.
El jueves apareció un whatsapp proponiendo ir al Caballo de Palo (que muchos sitúan en Maitencillo, pero que, en estricto rigor, queda en Rungue)
Yo, Camarón y Elmer, en ese orden, confirmamos nuestra participación. 
Y yo creo que le achuntamos, porque el calor en Santiago estos días es agobiante.
La cita era en Co Chi a las 11. Ahí llegamos, y ya se dejaba sentir el ambiente más que cálido.



Ni siquiera ir con el viento de la moto refrescaba.
Avanzamos por Los Libertadores hasta Quilapilún, que ya está reparada, sin bandereros.
Lamentablemente me equivoqué con la Go Pro, porque la llevaba en modo video creyendo que  sacaba fotos de los participantes, asi que el resultado no fue ni foto para el blog, ni video porque son muy cortos de dos o tres segundos.
El camino Quilapilún estaba muy poco transitado, un agrado y a ratos un poco menos caluroso por la sombra de los árboles.


 
En un tramo había un intenso aroma a orégano, muy rico, que provenía del un potrero sembrado con la hierba aromática.
Y una novedad en ese camino... lomos de toro!! para reducir la velocidad cerca del único cruce de importancia en todo el trazado.


Luego llegamos a la 5 norte para enfilar hasta el desvío a la cuesta Nogales. 
Yo esperaba alto tráfico, por ser fin de semana en período de las vacaciones más importantes del año, y más encima, cambio de quincena.
Y así fue. Mucho auto, con todo tipo de conductores: algunos buenos, unos cuantos regulares y muchos malos, que frenan donde no se justifica, que se van lento por la izquierda, y los peores, cuando se juntan dos, uno por la derecha y otro por la izquierda sin dejar pasar a nadie, y armando el taco para atrás. 
Camarón y Elmer recurrieron a la estrategia de adelantarse por el medio, y frenar al que va por la izquierda, para que pasemos los demás.
Yo tengo la teoría que mucha gente nunca sale de Santiago, a manejar en autopista, excepto para las vacaciones estivales. Osea, dos viajes al año, uno de ida y otro de vuelta y sería. 
Entonces, cada vez que salen a la carretera, más encima llena, salen básicamente a practicar.
Hasta ahí, latero, pero bien.
El problema fue que de la nada, nos encontramos con un taco gigante, entre 5 y 10 km, estimaba el Rudy. Y, por supuesto, había que irse por la berma. Porca miseria!! Me carga eso!! 
Pero había que aperrar no más, y nos fuimos por la berma hasta el inicio del taco, que se debía a un accidente y a un bus totalmente quemado, que ya habían trasladado a un lado del camino.
Por todas estas razones, en que hay que ir maniobrando, pasando cambios, a veces a baja velocidad es que no pude sacar muchas fotos.
Camarón, inexplicablemete tuvo que parar a echar bencina. Y digo inexplicablemente porque en CoChi estuvimos mucho rato y podía haberlo hecho ahí. Para ello se adelantó y se fue solo a buscar una bomba.
A mi me contó que en el taco se le había encendido la luz de la reserva.
Asi que pasamos por dos bombas a ver si estaba. En la segunda lo encontramos y seguimos juntos.



Ya en el camino hacia Nogales la cosa se ponía un poco más fluída. Y, a mitad de la cuesta, la temperatura cambió abruptamente, como cuando uno entra al Jumbo o un cine, y se siente el aire acondicionado. Ricoooo!! Terminó el calor, y disfrutamos de agradables 23 grados calculo yo.



Llegamos al Caballo de Palo, a buena hora, a pesar del taco.
Para arreglar el estacionamiento tiraron una capa de arena, que en algunas zonas está muy honda, y en una de esas Elmer se fue al suelo. Entre varios levantaron la moto, no le pasó nada, y Elmer estacionó en un sitio más seguro. A mi,  me la estacionó Camarón gentilmente.
La arena suelta


Se suponía que Popeye reservaría mesa y nos estaría esperando.
Pero no, no estaba. Igual conseguimos mesa en la terraza, y al rato, llegó Popeye. También le costó estacionar, se anduvo enterrando un poco, pero nadie quiso ir a ayudarlo. Que malos!! jajajajaja.
La comida, aceptable pero no maravillosa. El restorán está muy grande y con mucho movimiento.



Como no hacía calor, era un lugar muy agradable para estar y nos quedamos hasta pasadas las 4 en la sobremesa.
Popeye nos invitó al café a su depto en Costa Quilén.




Llegamos hasta allá, y pasamos un rato muy agradable, con buena conversa y unos pasteles muy ricos, que yo no fui capaz de degustar, ya que después del almuerzo no me cabía nada.
Popeye nos instruyó acerca de donde está la famosa playa La Luna. Camarón usó binoculares para sapear pero no sé si vio algo. 
El color del mar en esa zona es alucinante! No parece Chile, es calipso y transparente. Y la playa sin gente. Hay que ir a hacer una tarde de playa por allá!!
Muchas gracias a los anfitriones por la hospitalidad



Cerca de la 18 partimos de regreso, con el camino bien despejado.
Y también, en la mitad de la cuesta volvió a cambiar la temperatura y nos reencontramos con el calor del interior.
Esta vez fue como entrar a un lugar con calefacción a tope. La parte de las Termas Internacional era un horno.
Comentario aparte merece la cuesta Nogales, que es muy muy rica para hacerla.
Acordamos irnos por Quilapilún y seguir hasta la Copec de Costanera Norte, un poco más arriba de Vespucio, al café del estribo
No sé porque, pero Camarón con Rudy se vinieron super rápido. Con Elmer, nos vinimos a la velocidad reglamentaria (es que yo venía con poca bencina jejejeje)
Un muy agradable día! 
Es una muy buena idea irse más cerca de la costa a pasar el calor, mientras nos preparamos para el viaje a Bariloche que ya está listo.

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