miércoles, 14 de marzo de 2012

Travel & Living by Pinponcita - Parte 1

CualtacoNews presenta las aventuras de nuestra enviada especial a la XII Región
Puerto Natales

Ya de vuelta en Santiago, y FELIZ como una lombriz tengo eo tiempo e
internet para compartir con todos ustedes este viaje único e inolvidable.
Sigo con la estupenda descripción que hizo Charly de este hotel 5 estrellas casi en el fin del mundo. Ya con las fotos uno se hará una mejor idea, aparte del link que mandó GP si mal no recuerdo... super
bueno.
El texto lo fui escribiendo día a día, para poder tener u cierto
Viejo edificio de inspiración victoriana
orden, y eso es lo que les enviaré en correos sucesivos. 25 de
febrero.

Amanecimos en Natales, con un día precioso, con unas pocas nubes que
con el sol saliendo se veían rosadas, como arreboles… El mar
increíblemente calmo, nada de viento, un día raro de ver en esta zona
Tomamos desayuno temprano, para juntarnos con Mario, que nos llevaría
a conocer un lugar insólito, imposible de adivinar aunque a uno le den
pistas. Es un hotel nuevo, construído en las dependencias de un
antiguo frigorífico,  otrora, el más grande de la zona, que
centralizaba todo el comercio de carne de cordero  y lana. De hecho,
era la razón de ser de Puerto Natales, desde donde se embarcaban
dichos productos.

Aparentemente abandonado, a alguien se le ocurrió rescatarlo, así como
hicieron con Puerto Madero en Buenos Aires, y manteniendo la
estructura de ladrillos y grandes (gigantes) vigas que soportan el
techo, lo transformaron en un hotel de grandes espacios, moderno,
sofisticado, con una ambientación, un trabajo de interiorismo, diría
Federico Sánchez, notable. El resultado no pudo ser mejor. Se llama
The Singular
Además conservaron las máquinas que se exponen en salas por las cuales
uno pasa para acceder a la recepción y los salones, dispuestos en dos
pisos, con el segundo como marquesina, desde el cual se pude ver el
primero y viceversa.

Las máquinas, todas inglesas deben haber llegado por barco después de
recorrer medio mundo, con  armadores y operadores también ingleses,
para echar a andar el negocio, que dicen fue muy bueno durante mucho
tiempo.

Lo recorrimos embelesados, daban ganas de alojarse ahí, si  a uno le
sobrara un ojo y  la mitad del otro que debe costar.
Después nos enteramos que ni tan caro,  300 lucas la noche, mas o
menos… considerando que el hotel de Santa Cruz cuesta 150…
Nos conformamos con tomarnos un café con algo dulce.
Luego nos despedimos de Mario, gran personaje, livianísismo, excelente
conversador, simpático por sobre todo, agradeciéndole que nos hubiera
revelado ese pedacito de Chile que casi nadie conoce y que está
reservado más para los extranjeros que llegan a la aventura en los
confines de la tierra.

Emprendimos el viaje de vuelta, por el mismo camino que nos fuimos, y
visto por segunda vez, asi como cuando uno ve una buena película por
segunda vez, se puede apreciar mejor los detalles. Yo le decía a Jorge
que era un camino que en apariencia era monótono, pero sólo en
apariencia, porque cuando uno se fija, está cambiando constantemente,
dependiendo además de la hora del día y de si está nublado o no. De
todas maneras, la inmensidad de la pampa es impactante, que sin ser
árida, es inhóspita pero bella…y sólo se interrumpe por las llamas,
guanacos, ovejas, ñandúes y hoy flamencos rosados, que aparecen en el
camino de tanto en tanto.

Llegamos A Punta Arenas a almorzar, y después de tanta soledad en el
camino, se alcanzó a sentir el bullicio y  el estrés de la ciudad… no
me quiero ni imaginar cómo será volver a Santiago!! Después de andar
perdida en los mares australes..

Almorzamos en un restorán de cocina de autor, muy bueno, donde yo
seguí con mi tarea de comer toda la centolla que un humano pueda
comer, estaba deliciosa.
Mas tarde nos fuimos a la plaza, luego nos tomamos un café en un sitio
en que éramos los únicos chilenos e hispanoparlantes…
Y de ahí, al puerto, a embarcarme y a despedirnos, yo tan agradecida
de estos amigos extraordinarios, gracias a los cuales la estadía en la
XII región de Magallanes será inolvidable, y de mi amigo motorista y
colega, Ojitos, que gracias a sus contactos es que yo puedo estar aquí
ahora.
Los primeros momentos de navegación, ir dejando atrás Punta Arenas, me
hacen darme cuenta de verdad dónde es que estoy...que no tengo
comunicación con nadie conocido por varios días,   me inquieta un
poquito, pero después confio en que todo saldrá bien, y empiezo a
disfrutarlo.Ya me presentaron al primer oficial, a cargo de la
enfermería, al capitán y al jefe de expedición, Mauricio.
 Luego es el aperitivo de bienvenida, y después la comida.

Esto lo escribo en Word, en mi habitación del crucero, porque ya no
tengo Internet, pero  quiero hacer el reporte igual, para no olvidar
detalle.



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