viernes, 6 de octubre de 2017

Fiestas Patrias en el noroeste argentino, día 9 , vuelta a Chile

Último día vuelta a Chile y fin de viaje
Y como toda aventura, tiene un final. 
Por mi hubiera seguido patiperreando otra semanita por argentina, con todo el lote.
A lo mejor no a ritmo de 600 km diarios, pero si de 300
Haber seguido al sur, a lo mejor hasta San Martín de Los Andes, pero ni modo, como dicen los mexicanos, había que volver y esa noche ya no había reservas en un hotel, y cada uno partiría a su casa.
El día para volver (sábado) lo elegimos concienzudamente pensando que como fin de semana después de una semana que par muchos había sido de vacaciones, nadie volvería a Chile un sábado, menos en la mañana y que por lo tanto, la aduana estaría más vacía.
De acuerdo con el plan, quedamos de juntarnos en nuestra cabaña a compartir los modestos desayunos que nos habían dejado.
Pero amanecimos mucho más temprano!
De hecho, yo ya tenía mi equipaje casi listo a las 8:30.
Los Vetus también ya estaban levantados a esa hora.
Salí a echar la bencina del bidón al estanque, (que, de hecho, quedó lleno), porque ahí era más cómodo y podía lavarme las manos después de la operación.
El Vetu a su vez, limpiaba su moto en polera! Como con 3º
Mientras la Veti calentaba agua y cuando terminamos nos hicimos unos cafés acompañados de las galletas rellenas. 
Nos imaginamos que algunos podían estar haciendo hora, pero, sin wifi, ese pensamiento no pasó de ser eso, porque si no, teníamos que haber ido cabaña por cabaña avisando que ya estábamos tomando desayuno.
Al rato, y sin estar enterados del plan, llegaron Camarón y la Marcella, con muy buena intuición, y después Cristián y Gasparín que fueron roommates en varios alojamientos.
Ojitos y Vampiro efectivamente estaban haciendo hora!
Al final tomamos desayuno por turnos pero todos juntos.
La flecha indica las galletas


Gasparín había decidido seguir hasta Concepción!  que aguante !
Ese era el último momento que con certeza estábamos todos juntos como para la foto. 
Preparé la escena, Gasparín trajo su trípode y sacamos las fotos de fin de viaje, con el amanecer en Uspallata.


Y partimos de vuelta a Chile.
Nada de viento, el camino despejado, ni un chileno a la vista.
El cielo completamente despejado.
Las curvas buenas, algunas en peor estado pero no mortales, como han estado en alguna época por la deformación del pavimento. 




Un par de controles en el camino, en que hay que disminuir la velocidad y nos hacen reagruparnos.
Años que no recorría ese camino. Puede ser desde que fuimos a buscar la moto accidentada de Ojitos a San Rafael.
Pero ese camino es como andar en bici. Al poco rato ya me acordaba perfecto del trazado, de las curvas, de la majestuosidad de los paisajes, donde acelerar y donde venía la doble pista. Así que fue puro disfrute.













Las Cuevas
Hasta que pasados los túneles y cobertizos llegamos a lo que era la cola para la aduana... Cuek!!!! Varios Km de cola y muchas horas de espera.
El acceso al Cristo Redentor me trajo emociones encontradas, recordando las dos veces que lo subí, una con éxito y haciendo cumbre, la otra no, un desastre y tres caídas.


El Cristo Redentor


Lo que pasa, según me dijo el paco encargado más abajo, es que esa era la peor hora para cruzar por los argentinos que se van el sábado temprano a comprar a Chile y vuelven el domingo en la tarde. Que el mejor horario es pasar de vuelta el domingo en la tarde, que el trámite no demora más de 5 minutos
Como era antes
Nos quedamos en la cola un poco paralizados sin saber qué hacer. Eran 4 o 5 horas de espera.
Incluso pensamos devolvernos y seguir al sur para cruzar por Malargüe. 
En la espera, coincidimos con una pareja de argentinos que viajaban con una megamochila, sin ropa de moto  en una moto enana... los encontré casi heroicos. 
Cristián conversó más con ellos y se intercambiaron teléfonos para hacer un negocio con una chaqueta que quería vender. 
Camaron se salió de la fila y se fue a preguntar si por andar en moto nos dejaban pasar antes... y le dijeron que bueno!!
Avanzamos bien lento (el argentino se nos unió)por el lado de los autos y estacionamos donde nos indicó el encargado.


 Vampiro hizo la maniobra con mi moto por mi, porque había que meterse entre los autos a la tierra y hacer una vuelta en O (no en U), para dejarla mirando hacia la calzada.
Paramos todas las ventanillas y los papeleos sin mayor problema. 
En la cola Cristian contó que en alguna época pretérita había sido martillero público, y nos entretuvo con historias de los remates y las mafias que funcionan en el sistema.
A el ha sido súper difícil ponerle sobrenombre cualtaquero, y ahí “cayó solo” lo bautizaron Martillo reducible a Marty jajajaja No sé si se mantendrá.
En la aduana venden imanes para el refrigerador Yo pensé que Camarón me estaba molestando por mi afición de comprar imanes en todas partes, pero no! Era verdad y para probarlo me compró uno de cada modelo jajajajaja Eso si no son de la PDI ni del SAG
Terminamos la aduana, la revisión del SAG,  salimos del recinto y estacionamos las motos para desabrigarnos de la ropa para 4º con que habíamos salido de Uspallata.




 También había que  decidir cómo seguíamos, donde almorzábamos , Camaron quería parar en El Sauce, los Vetus querían ir al Manquehue, yo quería llegar luego para empezar a trabajar en el blog


Deliberando




No me pregunten de dónde Camarón sacó una Quilmes de 500cc helada!
Gasparin quería seguir a Concepción, el recién bautizado Marty seguía a Calera de Tango, osea una estampida en buenas cuentas.
La Veti me devolvió la cámara de fotos, gesto simbólico que marca el fin del viaje.
Volvimos cada uno a su ritmo, pero no tan alejados unos de otros.
La bajada de Portillo, con nieve al principio, después calorcito.
Y eventualmente cada uno llegó a su casa sin contratiempos, con el corazón lleno de felicidad







Ahora cacho porqué el restorán se llama El Sauce!

Qué pasarlo más bien! Qué manera de reírnos y de solucionar en buena onda los imprevistos. Un grupo que se afiató rápido, el primer día diría yo.
Gasparín, súper integrado a pesar de no conocernos de antes.
Un especial reconocimiento a las fotógrafas, que con sus registros son fundamentales en que después yo logre  reconstruir las historias en el blog.
La Veti se daba el tiempo de sacar fotos para su familia en su celular y después sacar las fotos para mi con la cámara 
Y la Marcella con sus súper videos impresionantes, se compró guantes sin dedos en San Pedro de Atacama para sacar mejores fotos. Eso es compromiso!
Y ni hablar de todas las piruetas que hacía arriba de la moto para obtener la mejor toma y el mejor ángulo. A pesar de todo lo que alegaba Camarón jajajaja.
Y todo lo que los compañeros de ruta me ayudan cuando las condiciones del terreno  me superan y no me permiten maniobrar la moto! Nunca haciéndome sentir mal al revés, pura buena onda.
Gasparín llegó sano y salvo a su casa en Concepción, como a las 9 de la noche, y mandó esta foto.

A lo cual Cristián le respondió: y ahora, a roncar... porqué habrá dicho eso?
 Fueron 4056 Km recorridos, (para Gasparin más de 5000) y puedo decir que estoy  más que agradecida de l@s compañer@s de viaje y de la vida por  estas aventuras que unos poco privilegiados podemos disfrutar
Cada línea escrita en este blog es un poco revivir los momentos que quedan para siempre en el corazón


Hasta la próxima!!

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