Día 2
Viernes, Camarón
despierto desde muy tempano, se levantó primero, después yo, que me demoro más,
tengo que pintarme, y después Popeye y Ojitos, a quienes Camarón fotografiaba
dentro de la ducha, por la ventana que daba al patio. Creo que mandó alguna por
mail…
As 9:30 en punto nos encontramos en el camino con Luiggi y
nos fuimos a tomar desayuno a un negocio que funcionaba como minisupermercado y
mini restorán, con dos mujeres muy simpáticas que mientras uslereaban la masa para preparar empanadas sin carne (de
marisco) por ser viernes santo, nos servían sendos cafés instantáneos, pailas
de huevo, marraquetas y mantequilla.
No se dejaron columpiar, y se sumaron a la chacota, “estos
son los huevos del caballero” jajaja!! “Ya po pelao, agarra tus huevos”, y
variantes como esa.
Pasamos por Colbún, da pena, está muy bajo lo que nos
recuerda que la crisis energética ya está y que no falta nada para el
racionamiento de la energía eléctrica, y para volver sobre el tema de las
centrales hidroeléctricas, (el mal menor) la termoeléctricas de altos
estándares que no contaminen, y las centrales nucleares, limpias, no
contaminantes, pero peligrosas si hay un terremoto grande… difícil la decisión.
Seguimos camino con la incertidumbre de la aduana chilena del paso Pehuenches y
del camino de tierra en el tramo Argentino
La cola en la aduana chilena
de más de 1 hora, en una oficina muy precaria que claramente no
está preparada para ese flujo de viajeros, quienes esperábamos nuestro turno a
todo sol.
Terminado el trámite, seguimos rumbo a la cordillera
con unos paisajes hermosísimos, que en
algunas partes nos recuerdan el camino a Mendoza, es nuevo pero familiar, el
tipo de rocas y el tipo de curvas y de pendiente, como que uno ya sabe como
tomar las curvas aunque nunca hayamos andado por ahí antes…
También algunos tramos se parecen al camino al valle del
Elqui, a Potrerillos y El Salvador, a
Portillo, al final, es la misma cordillera de Los Andes. La laguna del Maule, insólita en las alturas, también con la cota de agua baja, pero igual muy linda, con los cerros a fondo
Laguna del Maule |
El camino hasta el límite fronterizo es espectacular, bien
construido, el asfalto parejito, una delicia.
En el límite mismo, donde hay un letrero que lo anuncia, se
termina el asfalto y empieza la tierra, así, de claro se sabe donde termina Chile
y empieza Argentina.( Se ve bien en la foto)
Camarón pegó logos de Cualtaco en el letrero
El camino de tierra está muy bueno, parejo, suave, ancho, no
es terrible.
Solo un poco de tierra cuando se cruza un auto en sentido
contrario cuando te adelantan pero nada más.
Para las motos, cero problema, hasta se disfruta el paisaje.
Siempre he tenido la idea de hacer esos caminos de montaña con un geólogo que
me vaya explicando las características del terreno. El suelo cambia de color, a
ratos es gris, después rojizo, café, y casi blanco por tramos, conforme al
color de los cerros circundantes. Esto a mí me gusta mucho.
En el camino, el computador de la moto de Popeye le avisó
presión baja en el neumático trasero… 28 libras en vez de las 32 que se suponía que
tenía. Prefirió pensar que la tierra afectaba los sensores, pero no, después
26… y llegamos a la aduana argentina, aún peor que la chilena, la cola que no
avanzaba, y un funcionario, ingresando los datos de migración ¡a mano! en un
libro.
Ni en Disney me tocó hacer tanta cola en un mismo día!!
La espera dio para todo, para reírse, para conformarse, para
decir “esto es un viaje, y los viajes son así” ( frase de mi partner Ojitos, cuyo espíritu es a toda prueba), para
volver a revisar e neumático y constatar que seguía perdiendo aire, para calcular
que estaríamos ahí de 3 a 4 horas, para leer un libro que tengo en el IPhone, para imaginar la ducha en el mejor hotel de
Malargüe antes de ir a comer un bife, Camarón para matar hormigas en su juego
del teléfono… Nos turnábamos para estar en la cola que casi no avanzaba y los otros podían esperar sentados a la sombra
Recien llegado a la cola |
3 horas después |
Las hormiguitas |
Nos empezó a dar hambre y Camarón partió a ver que
encontraba de comer, y milagro... una señora vendía empanadas y bebidas. Camarón
pregunta “¿de qué son?” le responden: “de vigilia” mientras probaba el primer bocado y le comentaba a la vendedora que
“se parece mucho a la acelga” el convencido que la vigilia era una verdura,
jajajaja!!
Los católicos observantes y los no observantes pero con buena
memoria sabrán que en viernes santo se hace vigilia parece y además no se come
carne, de ahí las benditas “empanadas de vigilia” nos apretábamos la guata de
la risa mientras las comíamos!!
Al fin terminamos el trámite, y recién ahí atinamos a
reparar el neumático, habiendo tenido toda la tarde para hacerlo… Y yo, la menos probable, andaba con todo lo
que hacía falta para la reparación, la herramienta para el tarugo, el tarugo, las botellitas de aire comprimido, espuma
sellante…
Quedó más o menos bien y al menos con 26 libras, no era
malo, hasta que llegáramos a Malargüe y pusiera aire en una bomba.
El camino un poco peor que el tramo anterior pero bueno, yo
al menos nunca pasé susto ni me sentí exigida, además no había para qué correr.
Camarón pasó un susto pero porque se salió de la huella y se
subió al montículo de piedras al borde del camino por mirar el espejo retrovisor.
Debo decir que no es para sentirse “tierrera”
Como a las 8 llegamos a Malargüe, en total fueron como 90 km
de tierra, echamos bencina, preguntamos por un hotel y partimos a buscar
habitaciones.
Una hora después habíamos preguntado en cuanto hotel, bueno
regular y malo y cuanta cabaña había en el pueblo y estaba todo lleno!!
Entre medio Popeye buscaba por su cuenta una bomba donde
echar aire ya que no en todas tenían la válvula que servía…
A esa altura la idea de ir al mejor hotel de la ciudad y
pedir 5 habitaciones se había desvanecido y nos conformábamos con lo que fuera
con tal de no dormir en la calle…
Seguir al pueblo mas cercano, Los Molles, no era opción,
porque no había ninguna seguridad de que encontráramos algo, ya eran como las
10 y el camino para llegar era de montaña y malo.
En la oficina de turismo había cola de gente igual que
nosotros, tratando de conseguir donde pasar la noche.
Esperando sentados en la vereda, rogando que pudiéramos dar con algún lugar donde quedarnos, finalmente pudimos celebrar que teníamos 5 camas en una habitación con tres camarotes en un hostel (ex albergue) para compartir con un australiano que ya estaba instalado... al mas puro estilo de 18 años. Yo nunca estuve en un albergue en esos viajes mochileando, a mi nunca me dejaron.
La primera vez fue en Cabo Norte el año pasado, que reservamos dos habitaciones individuales, pero co baño compartido, en el pasillo, 2 baños para todo el piso. Para mi era lo más extremo... jajajaja!!!
Esperando sentados en la vereda, rogando que pudiéramos dar con algún lugar donde quedarnos, finalmente pudimos celebrar que teníamos 5 camas en una habitación con tres camarotes en un hostel (ex albergue) para compartir con un australiano que ya estaba instalado... al mas puro estilo de 18 años. Yo nunca estuve en un albergue en esos viajes mochileando, a mi nunca me dejaron.
La primera vez fue en Cabo Norte el año pasado, que reservamos dos habitaciones individuales, pero co baño compartido, en el pasillo, 2 baños para todo el piso. Para mi era lo más extremo... jajajaja!!!
La oficina de turismo |
AL FIN TENEMOS DONDE DORMIR!!!! |
VAMOS A COMER!!!!! |
Esto si que fue extremo!! Los 5 y el australiano en una pieza
con tres camarotes y un baño para todos…
dejamos las cosas, ni siquiera nos cambiamos ropa, y partimos con
todo el día y la tierra encima buscar algo que comer
Adivinarán que nuestra exigencia ya estaba a la altura del
suelo y cualquier cosa servida en plato era mejor que la paila de huevos de la
mañana y las empanadas de vigilia de la tarde.
Encontramos una parrilla, nos tomamos 7 botellas de litro de
cerveza Andes entre todos y comimos unas rabas y lengua a la vinagreta para
picar, bifes de chorizo y asados de
tira, no me acuerdo bien como estaban…
De vuelta en el hostel, con el hambre extinguido, igual que el pudor, nos pusimos
pijama por turno en el baño y nos acostamos a descansar en los camarotes. Este
día fue más largo y más duro que cualquiera en el viaje a Cabo Norte
A hacer las camas cabritos!! |
La noche fue interrumpida por un zancudo que sobrevolaba
amenazante, Popeye que ronca, y Camarón,
que se levanta en la noche, lo cual no hubiera tenido nada de malo si no
hubiera sido porque durmió en la cama de
arriba en el camarote con el australiano, y que no es el más ágil bajando por
la escalerita de madera.
CONTINUARA...
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