Cualtaco News: Santa Cruz

No estaba segura de poder ir hoy al paseo porque anoche fui a un asado que duró hasta las 3AM, entonces la levantada fue dura... casi sigo de largo.
Pero bien apurada llegué al sitio de reunión.
La idea era ir a Santa Cruz y juntarse a las 10 en Vilola o a las 11 en la Copec de San Francisco de Mostazal.
Me fui por el acceso sur, que es más expedito que la 5 sur en ese horario.
Mientras iba para allá, me acordaba como antes, muchos años atrás, salíamos en moto y había poco tráfico un sábado a las 10. Y ya saliendo a los caminos secundarios, era normal tener el camino sólo para uno.
Ahora uno espera que no haya camiones y que los conductores no sean muy estúpidos.
A esa hora hay muy pocos autos en el acceso sur, me queda claro que los casineros no se levantan tan temprano para ir al ritual de adicción al juego, celebrado en el templo Monticello.
Llegué pasadas las 11 a San Francisco de Mostazal. Todos los demás ya estaban pero no esperándome para partir, más bien disfrutando del café y del relajo al solcito.

Estaban Alfonso, (que no pudo ir con la Flo por un accidente deportivo menor), Vampiro (milagro que apareció, aunque no sé si lo de milagro aplica a un vampiro), el Vetu esta vez solo porque la Veti es muy estudiosa, Camarón con la Rossana y Ojitos, que esté empeñado en convencer a su pierna modelo robocop que se porte bien para andar en moto.
Partimos como a las 11:30 rumbo al sur. No abundaré en los incidentes de la carretera en cuanto a pelotudos al volante, con cero conciencia de ser parte de una masa vehicular en desplazamiento.
Baste comentar que Camarón, hizo la movida que siempre celebro, que es adelantar por la derecha al subnormal que ocupa la pista izquierda trancando todo el flujo, luego se pode delante, baja la velocidad y lo para, entonces todos tenemos espacio para pasar por la derecha y dejarlo atrás. Claro que después pensé que ahora es más peligroso porque los exaltados andan con pistolas... o deciden pasar por encima de la moto no más, no sé...
En la salida a Santa Cruz esperamos un rato al Vetu y seguimos. El día estaba exquisito, fresco pero no frío, los cerros verdes aún, los espinos floridos. Aunque había algunas nubes negras y amenazantes, era una mañana luminosa, entonces el contraste con el verde era muy lindo.

En esta época ese camino más parece un parque, con el color de las flores que crecen al lado del pavimento, y más atrás los árboles floridos y los cerros totalmente cubiertos de vegetación estacional.
En la entrada a San Fernando nos encontramos con un tierral heavy producido por una gran planta de áridos ahí, al lado del camino y del río Tinguiririca. Los camiones cargan y descargan el material, y los caminos por donde circulan en la faena son de tierra. El costo del progreso?
Seguimos por el camino hacia Santa Cruz. Me dio gusto constatar que toda la destrucción que vimos poco después del 27F quedó solo como un mal recuerdo. Está todo reconstruído, y toda la zona ha tomado un nuevo auge. Por supuesto que alrededor del turismo y de las viñas, y los vinos que se producen, algunos de clase mundial.

Muchos hoteles boutique, y Tiendas de vinos (antes se llamaban botillerías a secas jajajaja).
Nos recibió la clásica cruz hecha de barriles de madera, monumento ubicado a la entrada/salida del pueblo, en una placita y con la leyenda "La Santa Cruz" en el muro al fondo de la plaza.
Llegamos al ya requeteconocido hotel de Cardoen, que es lo más parecido a Pablo Escobar en versión criolla.
Y estaba lleno!! pero lleno, la entrada al estacionamiento cerrada. Y tampoco se podía seguir al otro restorán, el de la viña con los museos antropológicos en la cima de un monte ad hoc, con teleférico para acceder, al lado de bodegas donde se procesan los mostos en cubas de roble.
Ahora sólo se hacen eventos en el lugar, y el hotel de la plaza también se ha abierto a grupos de empresas que tratan de convencer a sus empleados que son un best place to work, llevándolos para allá.
Y además los turistas extranjeros más pro, (no amateur, como los que van a las Torres del Paine o San Pedro de Atacama), que ya tienen el valle de Colchagua como un destino posible. Aunque sea sin el tren del vino que quedó sin ferrovías en el ya mencionado y devastador 27F
Camarón y Ojitos lograron persuadir al portero para que nos dejara entrar, quien nos indicó donde dejar las motos bien apiñadas en un rincón, al lado del bicicletero.
Ahí las dejamos, encerrando a una Transalp que había llegado antes.

Las motos apiñadas, la Transalp al foooondo

Muuuuucha gente

Teníamos un rato antes del almuerzo y nos echamos en las reposeras remozadas, bien bonitas, con más diseño, incluyendo esas redondas de dos plazas.
Mientras, la multitud empezaba a retirarse, el paseo de la empresa no incluía el almuerzo.

En el comedor con techo curvo de vitreaux, nos atendió Alberto, muy amable y simpático, que nos informó que el menú ya no incluye la bebida o la copa de vino. Típica movida de ingeniero comercial que tiene que justificar su pega.
Le dimos rienda suelta a los apetitos desbocados (sólo los gastronómicos, no los otros) Qué manera de comer!! Es que estaba todo rico. Un punto alto fue la entraña de la parrilla... extraordinaria!! La mejor que he probado en mi vida!!
Blandita, jugosa, sabrosa. Felicitaciones al parrillero!

Vetu estudiando la parrilla

La entraña de concurso!!

Más entraña

Todavía más!

Y la leche nevada, arrasamos con este tradicional postre que ya nadie hace porque es lento de preparar, y en estos tiempos nadie pude gastar tanto tiempo para preparar algo tan poco y que dura ídem.
Nos fuimos a echar, literalmente, a las reposeras al lado de la piscina, el sol había salido y hacía calor. También nos desbrigamos para disfrutar de la cuasi siesta.

No sé cómo, pero Camarón se enteró de que el dueño de la Transalp llevaba como 45 minutos esperando para poder sacar su moto y partir.
Fuimos todos para la maniobra, además que era buena hora para volver.
Tratamos de echar la talla, la copiloto como que se reía pero él estaba muy mosqueado.
Bien tonto, porque no era tan difícil localizarnos y pedir que sacáramos las motos. Me pareció del tipo que se amurra, en vez de buscar una solución.
Antes de irnos hicimos la foto grupal, con su qué para que saliera el amurrado en ella.

Sacando las motos para liberar a la Transalp

El amurrado, atrás

Ojitos haciendo rehabilitación

Foto grupal con ya saben quien

Salir del hotel fue otra historia. Había una de esas camionetas que ODIO gigantes, prepotentes, "estacionada" a más de un metro de la muralla en la salida, dejando un espacio mínimo para que pasaran las motos.
Alfonso, que ya había sacado mi moto del estacionamiento, me la sacó a la calle.
Pasamos a echar bencina a la salida del pueblo y seguimos. Volví a fijarme en las casas arregladas, la arquitectura innovadora de algunas viñas y los cerros verdes, no con esa capa verde de pastos y maleza, sino con arbustos frondosos. Me recordaron el Pirineo español.

Seguimos a buen ritmo hasta la Copec de San Francisco de Mostazal para despedirnos.
Irrepetible, inenarrable son las reflexiones de Camarón acerca del Viagra femenino,recientemente presentado en sociedad. Y su acción "neurológica" o cerebral. Tan hilarante fue que después sólo atinaba a decir " no quise decir eso" "ustedes me entienden" Me acuerdo y me vuelvo a reír sola.

Selfie de Camarón

En total sintonía con esta primavera cambiente y caprichosa, empezó a hacer más frío y hubo que volver a abrigarse. Además se veían nubarrones en dirección a Santiago. Nos volvimos bien dispersos, pero Alfonso me acompañó hasta la entrada a la Costanera Norte y siguió a su casa.
De hecho, a llegar a mi casa, en los faldeos de Los Andes, las nubes que parecían de lluvia tenían el protagonismo