Vampiro había sido muy enfático en que la hora de salida era las 8:30, con las motos listas para partir, en la calle a las 8:30. El punto era tratar de no llegar a la hora del taco en Santiago, que empieza como a las 18:00.
En función de eso, me levanté a las 6, preparé el equipaje, cargué la moto, hice el check out, y a las 7:30 ya estaba tomando desayuno. Me extrañó que Vampiro no estuviera en lo mismo.
A las 8:20 estábamos listos para partir, pero Vampiro no aparecía. En eso la Anto nos cuenta que estaba medio enfermo, que se sentía mal y por eso se había atrasado. Al final, salimos a las 9, con el Vampi semi recuperado.
Estaba nublado y fresco, pero sin neblina, lo cual era muy bueno.
El camino hasta Vallenar estaba bastante despejado, muy agradable. Los cerros más verdes que a la ida, con más flores, especialmente añañucas. Pero todavía faltaba que brotara más para estar en el peak del Desierto Florido. Ese tramo se hizo super corto.
Seguimos a buen ritmo, los tres juntos. Las cuestas, Pajonales y Buenos Aires con muy poco tráfico. Estaba un poco más despejado, con claros de sol.
Ese camino lo he hecho montones de veces, pero por primera vez me di cuenta que esas cuestas hacia el sur son en bajada (!) Juraba que eran cuestas con subida y bajada. Y no! Hacia el norte solo subida y hacia el sur solo bajada.Camaron antes de La Higuera
Los Vampis
Hasta ahí el viaje se aspectaba muy positivo.
Pero en La Serena vino el baño de realidad, con harto taco a la entrada, donde está la autopista en construcción. En el tramo urbano de la Ruta 5 había mucho tráfico pero avanzaba.
Llegamos a la Copec de Coquimbo que estaba colapsada, pero el Vampi nos tenia el hueco reservado, en la fila de más a la izquierda, al cual solo podía llegar una moto por el espacio que quedaba entre los autos. Bien impresionante el atochamiento considerando que era un día hábil, a media mañana, y no en período de vacaciones.
A la altura de Tongoy el Vampi paró porque algo se le había soltado del parabrisa... y guardó una pieza en la maleta. Normal, si es BMW poh.
En Socos volvimos a ver grandes extensiones donde habían crecido yuyos, pintando de amarillo el paisaje. Hasta el retén de los pacos se veía bonito en ese entorno.
Desde ahi en adelante la travesía se hizo muy pesada. No tanto por el tráfico, sino por el viento que estaba bien fuerte y hacia bajar la sensación térmica muchos grados. Yo iba abrigada como siempre, con todas las capas de rigor, pero el viento de lado era terrible. Pasé mucho frío! El tramo hasta Los Vilos se me hizo eterno, como nunca, iba chata.
Paramos en Palo Colorado a echar bencina y también estaba repleto, por lo que nos fuimos a las bombas de autoservicio, que estaban desocupadas. Pensábamos que ahí estarían los Vampis pero no, no los vimos más. Seguramente el Vampi quería llegar luego a su casa si no se sentía bien.
Llay Llay. Los aerogeneradores en Canela giraban a una velocidad que no recordaba haber visto antes.
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