viernes, 16 de septiembre de 2022

Fiestas Patrias en Copiapó y alrededores Viernes 16

El viernes 16 de Septiembre fue el día que se aprobó en el Cogreso como feriado para alargar las Fiestas Patrias que este año venían bien escuálidas, con el Domingo 18 y Lunes 19. Además después de dos años en pandemia que prácticamente no hubo mucha fiesta, con los aforos restringidos y algunas comunas en cuarentena total o parcial. Y como decían l@s entrevistad@s en las "notas" de los periodistas en la tele, "la gente tiene derecho a celebrar como corresponde", lo que sea que eso signifique (la mayor parte de las veces hacerse pedazos comiendo cuanta cochinada haya en una parrilla y tomando como cosacos hasta caer desplomad@s).

Para no volver con el gentío dieciochero, la vuelta se programó para el 20 de Septiembre, día hábil, y por lo tanto, en teoría, con menos tráfico.

Éramos solamente 3 motos lo cual mejora bastante el promedio. Menos tiempo en las recargas de combustible, de comidas, peajes, etc.

El plan era juntarme con los Vampis en la Petrobras de Vitacura y Vespucio a las 8. Llegué con suficiente tiempo para echar bencina y estar lista para partir cuando llegaron los viajeros. Partimos hacia la Radial Nor Oriente para encontrarnos con Camarón en el primer teléfono de emergencia. En el punto acordado nos reunimos tod@s y seguimos hacia la 5 Norte. Eran como las 8:30 y ya había harto auto circulando. Vari@s como nosotr@s habían decidido madrugar para aprovechar  a concho el fin de semana.

Llegamos a la Panamericana que tenía bastante tráfico pero más o menos fluído. Nos fuimos junt@s sin perdernos de vista a pesar de que había que conejear bastante. A las 9 llegamos al Peaje Las Vegas que estaba estrenando el sistema stop & go para TAG. Osea, llegas, paras y se levanta la barrera. El detalle es que con frecuencia el sistema no lee el TAG de las motos. Ese fue el caso con mi moto. Estábamos con Camarón en la barrera que no funcionó. El chico que estaba en la caseta no sabía poner la patente para cobrar con TAG. Se demoró un montón y se juntaron los autos atrás. Al final Camarón pagó con plata.

Estaba nublado y fresco. Pocos Km. más al Norte nos encontramos con neblina, a ratos bastante densa (pero nunca como la que tuvimos saliendo de Copiapó cuando fuimos a Maricunga, que no se veía nada a más de 3 ó 4 metros). Osea para nosotr@s no era terrible, pero a ratos l@s conductor@s menos avezados,  disminuían la velocidad y paraban toda la fila. Lo más molesto era limpiar la mica del casco que se mojaba bastante y como íbamos más bien lento, no se limpiaba con el viento al ir mas rápido.

Llegamos al Túnel El Melón con el sistema free flow ya operativo en el peaje. Iban muchos autos pero pasamos sin detenernos. Eso estuvo bueno. Pero la neblina nos acompañó hasta Pichicuy más o menos.

El día seguía nublado, y más bien frío. Llegamos al peaje de Pichidangui, donde tuvimos que esperar en la fila antes de seguir. Lo más impactante era ver los cerros aún más verdes que cuando fuimos a Illapel. Mucho pasto y arbustos frondosos en los cerros.




Seguimos por el camino costero bajo el cielo nublado y llovizna hacia la Copec de Palo Colorado, antes de Los Vilos. Llegamos como a las 10:30, echamos bencina en medio del gentío que colapsaba las dependencias de la bencinera, y para ir al baño había que hacer una nada despreciable cola.






Después de un rato seguimos camino hasta la Copec en la parte norte de La Serena, la siguiente parada en el plan de viaje. Había un poco menos de tráfico así que podíamos ir un poco más rápido. 

Todos los cerros y las planicies verdes, insólito.
Era muy sorprendente ver los cactus en medio del paisaje con tanta vegetación inesperada. El clima seguía frio, entre 9º y 13º y el cielo nublado. Seguimos avanzando hacia el norte, con la carretera más despejada. Los aerogeneradores en la zona de Talinay estaban haciendo lo que tienen que hacer... girar, dándole al paisaje, hasta cierto punto, ese toque de modernidad y progresismo tecnológico, en relación con las fuentes de energías renovables y el cambio climático.



En Socos la Copec estaba super mega colapsada, con fila de autos hasta la carretera. 

Gradualmente empezaron a aparecer yuyos en los campos aledaños. Impresionante!! entre Fray Jorge y las cercanías de Tongoy todo amarillo, como nunca lo había visto! Me recordaron los campos de raps en el sur.

El peaje de Tongoy también con cola, pfff.

La pasada por Coquimbo estuvo mucho menos terrible que otras veces. Ahí se me prendió la reserva de la bencina. Ya lo había calculado en el viaje anterior, y se suponía que llegaba a la Copec de la salida de La Serena. De todas maneras me fui entre 80 y 100 Km/hr para no quedarme botada. En La Serena me encontré con Camarón que se fue adelante. Llegué a la bomba con bencina restante como para 20 Km. Osea, alcanza! de Palo Colorado a La Serena. 


Llegamos a la bencinera de La Serena, al final, pasado El Golf de La Serena, que también estaba llena.
Vampi y Camarón que viajan con copilota, ya habían comprado pizzas y bebidas. Yo estaba en la cola para comprar un hotdog cuando me avisaron que no comprara nada, que con las pizzas alcanzaba demás, así que me fui a la cochiguagua con el almuerzo.





Cuesta Buenos Aires
Seguimos después del refrigerio. En la cuesta Porotitos las nubes comenzaban a disipar y luego ya estaba despejado, y la temperatura más cálida, unos 17º. La cuesta Buenos Aires exquisita, casi sin tráfico, y paisajes increíbles con todo verde.




Camino a La Higuera













Seguimos todo ese tramo con rica temperatura y casi sin tráfico. La cuesta Pajonales fantástica. Ya más cerca de Vallenar empezamos a ver, además del verdor en todo el camino, arbustos con flores a los lados del camino. En alguna parte del camino la temperatura subió de 17º a 22º.

Paramos en la Petrobras de Vallenar, también llena, con cola por el fin de semana largo y el éxodo de la gente abandonando las ciudades para irse a las playas de la región, en mi humilde opinión, de las mejores de Chile.







Pedro Lemebel?!


Seguimos camino a Copiapó, ya no quedaba nada. Ya se empezaban a divisar las primeras flores, las que auguraban el esplendor con que florecería el desierto este año, después  de los temporales de invierno. Tuvimos que parar un momento a ver esta maravilla de la naturaleza y sacar unas fotos. 



La llegada a Copiapó fue rara. Si hay algo que me gusta son esos cerros enormes que rodean la ciudad, el desierto y sus colores y luminosidad cambiante. Pero ahora eso no ocurre porque  estaba todo verde, incluso los cerros más secos, con una especie de pastos finos que dan un reflejo  verdoso y que anulan el colorido normal de la tarde.

Llegamos a Copiapó temprano, a las 18 con luz y nos fuimos al hotel. A la entrada de la ciudad flameaba imponente una bandera gigante. Como la de la Moneda. En los días  siguientes pude ver que siempre flamea, siempre corre viento que la mueve.

Elegimos un hotel mejorcito, con más comodidades, y en el centro, como para salir a pie en las tardes. El hotel es el Chagall, con reproducciones de la  obra, del  famoso pintor, en su honor. Nos registramos y nos fuimos a las habitaciones.

Nos duchamos, nos sacamos el viaje de encima, nos cambiamos ropa y salimos a comer. A un peruano cerca del hotel, el Rocoto. Excelente. Los pisco sour normal, catedral y basílica, si mal no recuerdo, excelentes, realmente buenos. Y la comida también. Como siempre nis reímos mucho, con las tallas que fluyen bajo el efecto del alcohol jajajajaja. Volvimos al hotel, estaba bien helado pero por suerte estábamos cerca.










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