El plan original para este día era ir a dar una vuelta a Bahía Inglesa, pero pensándolo mejor, este año ya habíamos ido para Semana Santa, y ahora, para el 18 seguramente estaría aún más concurrido que en esa oportunidad, así que nos decidimos por ir a El Salvador, pasando por Llanta, entrar por el camino a Potrerillos y volver por el camino que esta justo a la subida de la Fundición y que empalma con el camino a Diego de Almagro.
Me gustó el cambio de planes, porque si bien, me encanta Bahía Inglesa y encuentro que es de las mejores playas de Chile, no me gusta que siempre está tan lleno en las fechas que podemos ir.
El plan era tomar desayuno a las 9, para salir a las 10. Yo no fui capaz de levantarme porque me pegué en una película pésima la noche anterior y me dormí muy tarde. A duras penas fui a tomarme un café como a las 9:45. Al final entre una cosa y otra, salimos como a las 11.
Sacamos las motos, esta vez no necesitaba ayuda ya que el acceso al estacionamiento tiene poca pendiente y es recto. Arriba en la vereda, el Vampi me avisaba cuando no vinieran autos para hacérmela más fácil.
Pasamos a la Petrobras a echar bencina, donde por supuesto, mi querido y porfiado amigo no recargó, porque a él, a menos que esté en la última raya de la reserva, , siempre le queda bencina como para llegar a la Antártida. Ya no le insistimos...
El día estaba nublado y fresco, apenas 13º. Nos dirigimos por la Avenida Copayapu hacia Paipote, y tomamos la Carretera Del Inca (o Ruta C 17) al norte hacia Diego de Almagro. Allí se emplazan varias industrias pequeñas, la mayoría relacionadas con la explotación minera y el transporte ad hoc. Mas allá una especie de toma, de puras casuchas menos que precarias, pero todas con banderas chilenas flameando y más de algún auto no tan penca estacionado al lado de las casuchas.
Ya adentrados en el desierto despoblado se disiparon las nubes y en cosa de pocos metros la temperatura subió notoriamente de 13 a 21 grados. Vampiro también reparó en ese fenómeno. Con el cielo azul el paisaje estaba como a mi gusta; la aridez y los colores de los cerros y las planicies que parecen no tener fin. Me fascina andar en moto por esos lugares, con el camino casi sin tráfico, solo con la imagen de otra moto adelante, muy a lo lejos. Hemos hecho ese tramo muchas veces, y cada vez lo disfruto más.
A unos 70 Km de Copiapó se encuentra la planta fotovoltaica Carrera Pinto. Es gigantesca, avanzamos varios Km. y no termina. Cuenta con una capacidad instalada de 97 MW y es capaz de producir más de 260 GWh al año, equivalente a las necesidades de consumo 122.000 hogares chilenos, evitando la emisión de 127.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. La energía generada por la central se inyecta a la red eléctrica de la subestación Carrera Pinto a través de una línea de transmisión de 3 Km en el Sistema Interconectado Central. Tuvo un costo de 180 millones de dólares. Próximamente entrará en operaciones una segunda planta fotovoltaica, cerca de la subestación Carrera Pinto, llamada Campos del Sol, con capacidad de 380 MW en 1600 hectáreas.Definitivamnte son palabras mayores.
Yo tengo sentimientos encontrados con el tema, porque encuentro que es un gran avance la generación de energías limpias, renovables y sustentables, pero hay que reconocer que las moles que son las plantas fotovoltaicas deterioran el paisaje y eventualmente el ecosistema. Eso se podrá evaluar en muchos años más.
Desde el camino se ven desechos de los trabajos, lo más llamativo son como enormes carreteles de hilo vacíos, que probablemente tenían cables para las líneas de transmisión, y como cables enrollados apilados en el suelo.
Seguimos hasta una especie de estacionamiento que ya es una parada obligada. Sacamos un par de fotos, la Anto compró agua, nos sacamos un poco de ropa, y continuamos hacia Diego de Almagro, a unos 50 Km de distancia.
En la señalética dice Destino Turístico, El Salvador y Portal del Inca |
Pueden encontrar una completa reseña de la historia de Llanta en este blog en la publicación del 9-12-2020, de la última vez que anduvimos por estos lados (Gran Raid a la Región de Atacama, Día 2).
Siempre es impactante entrar a este lugar congelado en el tiempo, y siempre hay algo nuevo que descubrir. Esta vez fue un carro de tren, del que circulaba entre Copiapó, Llanta y la Fundición de Potrerillos, perfectamente restaurado y guardado en una especie de galpón semi abierto. Nos sacamos las fotos de rigor con la copa de agua y otras estructuras, mudas testigos del esplendor de épocas pasadas.
Es simplemente alucinante! La subida es abrupta para llegar en menos de 5 minutos a la planicie a 2400 m donde está el pueblo con diseño de casco de legionario romano ( o de minero según otros) y calles muy anchas, muy distintas al resto de Chile.
Actualmente está casi terminado un arco a la entrada del pueblo, lo cual permite suponer que no será desmantelado en el futuro próximo.
El diseño de la ciudad y de las viviendas se debe al arquitecto estadounidense Rymond Olson. Sorprende su moderno trazado de amplias avenidas convergentes, en forma de anfiteatro, hacia el centro comercial y administrativo, además la homogeneidad de sus edificios y el completo equipamiento urbano y turístico, incluyendo Aeropuerto Ricardo García Posada, con servicio aéreo regular.
Está destinada a todas las actividades relacionadas directa o indirectamente con la operación de la faena minera propiamente tal, es decir vivienda y servicios para los empleados de Codelco. No tienen lugar en ella los que colaboran a la vida urbana como zapateros, gásfiter, feriantes, sastres y otros, que aquí viven en Portal del Inca, en ciudad satélite de unos 2000 habitantes, con el más impactante contraste urbano y constructivo.
Nos fuimos directo a los locales que están al frente de la plaza, a buscar donde almorzar. Para nuestra suerte estaba abierto el mismo restorán donde almorzamos la última vez que estuvimos allá. La Barra Restaurant.
Yo me demoré un poco en estacionar la moto y cuando entré al restorán me encuentro con la Sonia bailando animadamente con un parroquiano, oriundo de El Salvador, mientras los demás clientes miraban atónitos la escena por lo inusual de la misma, pero a la vez la celebraban. La Sonia, con ropa de moto, pero con un ritmo increíble, le sacaba trote al viejo, bailando Raspacanilla, que es un baile típico venezolano, que justo estaba sonando como musica de fondo. Fue un momento alto del día jajajajajaja!!
Nos atendió Jeannette, y almorzamos super bien! Y nos entretuvimos mucho repasando miles de anécdotas. Camarón decidió que el invitaría el almuerzo porque su papá asi se lo había indicado.No vamos a decir que fue un gran desembolso, pero el gesto muy bonito, se lo agradecimos.
Fuimos a la plaza a sacar fotos. Sonaba una cueca que por supuesto invitaba al baile. Y qué creen... la Anto, con casco y todo, agitando un guante a modo de pañuelo, le enseñaba a bailar cueca a la Sonia que ponía todo su empeño, aun cuando las botas de moto no acompañan precisamente. Y Camarón cual profesor de baile le daba instrucciones para mejorar los movimientos. Vampiro por su parte, totalmente ajeno a la fiesta, se preocupaba de otros asuntos.Fue muy freak!! Ver el video de la escena es sencillamente hilarante.
Después de almuerzo había que decidir si íbamos a Potrerillos o nos devolvimos por un camino nuevo entre El Salvador y la ruta C 175. que se desprende de la C 13 evita la cuesta.
Camarón, que nos había pagado el almuerzo nos convenció de ir a Potrerillos, que según el el camino estaba bueno... ok... vamos.
El camino estaba como el hoyo. El pavimento roto y disparejo, lo único que salvaba era la majestuosidad del entorno, que siempre es impactante. Es demasiado bello.
La Sonia no conocía y quedó impresionada y emocionada. No es para menos. El Vampi, con moto más adecuada para ese camino anduvo más rápido. Con Camarón íbamos más lento, y los camiones, que se aglomeraban detrás de nosotros, aprovechaban de adelantarnos cuando el camino estaba mas ancho.Yo rogaba que no viniera un camión en contra en las curvas en U y en subida.
Finalmente llegamos al borde de lo que yo encuentro, guardando todas las proporciones, muy parecido al Cañón del Colorado. Una quebrada descomunal desde la que se ve a la distancia las instalaciones de Potrerillos, donde sobresale su enorme chimenea. El camino llega hasta el fondo de la quebrada y desde ahí sale el camino hacia Llanta y la subida hacia Potrerillos.
Ahí nos esperaban los Vampis para seguir camino hacia Diego de Almagro y Copiapó. Se suponía que ese tramo estaría mejor... perro como ya es tradición en los últimos paseos, tiene que haber tramos inesperados de tierra. Y esta no fue la excepción. Muy contrario a lo que creía Camaron, y si bien, algunas partes del camino estaban muy buenas, otros tramos estaban re malos, pero el acabose fue cuando nos encontramos con unos buenos Km. de ripio! No lo podía creer, con la moto bailando, a 1 por hora y con el tierral. Fue horrible.
Finalmente llegamos al pavimento, y volví a ser feliz. Llegamos a Diego de Almagro, echamos bencina, comimos un chocolito y seguimos.
En el camino a Inca de Oro, de repente el Vampi empezó a andar muy rápido.Yo no cachaba porqué. Y no veía a Camarón atrás, que suele quedarse muy atrás. Seguí al Vampi a 160 y a más de 170 y no lo pude alcanzar. Asi que me pasó lo típico: no alcancé al de adelante y los de atrás tampoco estaban. Asi que preferí disfrutar del paisaje, que particularmente lindo en las horas de la tarde, y del final del día.
Pero llegué a la bifurcación entre el camino y el famoso By-pass. Como no sabía bien que tan largo era, preferí esperar a Camarón y seguir con él. Al poco rato llegó y seguimos por el camino normal. Al rato pillamos al Vampi y seguimos juntos.
Me di cuenta que todos los desechos de las centrales fotovoltaicas ya no estaban.
Llegamos a Copiapó con luz y nos fuimos al hotel.
En la noche con los Vampis, nos juntamos en el comedor del Hotel, ya que no había ánimo de salir a otro lugar, especialmente porque a la vuelta se siente mucho frío.
Camarón y la Sonia no bajaron.
En la comida supe porqué el Vampi se había puesto a correr. Resulta que el Maps.me le decía que desde Diego de Almagro a Copiapó era mucho mas tiempo que lo que el pensaba. Entonces quiso mejorar el promedio para ganarle a Maps.me... Nadie puede jajajajajaja!!
Fue un gran día, lleno de aventuras, anécdotas y emociones!
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