martes, 25 de septiembre de 2018

Fiestas Patrias 2018 en Colombia, día 8, de Aguachica a Bogotá

Ultimo día de moto.
Sentimientos encontrados, por un lado, la pena de que la aventura esté por concluir, y no querer que termine, pero por otro lado, y primera vez que me pasa, el cansancio de un viaje exigente, desde el punto de vista de la conducción misma, también por la resistencia que se requiere para cubrir tramos largos en caminos trabados y muchas veces muy malos, sumadas las dos cosas a ratos fue extenuante, y porque si bien el día en van para ir a Cabo de la Vela, y el día navegando en Santa Marta fueron salvadores para recuperar la funcionalidad de la mano del embrague, todavía estaba resentida, y me dolía un poco y me costaba embragar muchas veces seguidas en las marchas más bajas en las pasadas por los pueblos. 
Y todavía faltaba entrar al taco de Bogotá que fue lo que me arruinó la mano las primeras dos horas de viaje en combinación con el embrague más o menos no más y no poder poner neutro cuando el taco obligaba a detenerse.
Pero primaba lejos la emoción de la aventura junto con la curiosidad de ir avanzando por caminos desconocidos y la incertidumbre de cómo sería el día.
Migué nos había dicho que el camino tenía harta autopista y que la entrada a Bogotá no era tan terrible.
Nos levantamos muy temprano, y después de la característica ducha fría en el hotel de la tortuga, tomamos desayuno en el comedor donde había tenido lugar la comilona la noche anterior.
El café siempre es rico (era que no) y yo elegí huevos perico y una arepa como combustible para la anatomía, considerando que teníamos que cubrir 600 Km en el día, y que a pesar de lo que Migué nos había dicho respecto a las condiciones camineras, la verdad la verdad, al final del día nunca se tiene certeza.



Partimos a las 6:40, y en poco rato estábamos en la carretera, que efectivamente era una autopista.
Avanzamos mucho rato con el sol en el levante.




Como siempre, interrumpida por las pasadas de los pueblos.
A la hora de camino vino el primero de varios peajes.

Creo que ninguno fue muy terrible, aunque la creatividad para diseñarlos no conoce límites.
El paisaje, hermoso como siempre, a ratos más plano, con pastos y vegetación baja y poco tupida, y a ratos con abundancia de palmeras. 





 Antes de la hora de camino la autopista se terminaba y se convertía en un camino normal de una pista por lado.

La felicidad se acabó un poco más adelante cuando el camino se puso no malo, pésimo! lleno de hoyos, algunos bien profundos y peligrosos.

Por suerte había más bien poco tráfico, aunque de todos modos había partes en las que no era fácil adelantar a las filas de camiones.


Otro peaje

Pasado el peaje, a las 8 AM aproximadamente, entramos a una bomba a recargar los estanques.

Seguimos por el camino en regular estado, pero con muy poco tráfico y buena temperatura ya que era bien temprano.







Popeye y Rana, a veces Cristián, las menos Vampiro, se escapaban y esperaban más adelante al resto.

En el siguiente peaje nos volvimos a reagrupar.
Como a las 9:30 ya hacía calor y paramos a tomar agua, Camarón no se porqué, espero sentado en la isla de las bencineras, en lugar de ir donde estábamos los demás. En realidad no me sorprende, el es disidente por naturaleza ✋jajajajaja






Seguimos por el camino re malo, con hoyos (huecos les dicen en Colombia, eventos les dicen en Santiago).
El problema con eso es que el que maneja debe ir atento a las condiciones del camino, y se pierde parte del paisaje, al menos a mi me pasa. Por suerte la Marcella va sacando fotos, y he podido reconstruir el viaje desde la perspectiva del copiloto.




Después de eso venía otro peaje que es el top one por lo rebuscado, con una chicana, aparte de lo típicamente estrecho jajajajaja. 
Peaje Zambito se llama.


Más adelante, cuek! policías camineros paran a Migué y a Ojitos, creo que por adelantar un camión con línea continua. Cosa que, en mi opinión, en Colombia no debería aplicar, porque de verdad, si uno no comete ninguna infracción te puedes demorar 20 horas en 300 Km.
Pero bueno, Migué se palabreó al paco, le dijo que andaba guiando a un grupo de turistas, todos "señores mayores" que andaban recorriendo Colombia en moto. Hasta ahí todo perfecto, más aún cuando el paco miraba a Ojitos tratar de estacionar la moto con mucha dificultad, en esas bermas malditas, que casi no son bermas, entre la calzada y el terreno totalmente irregular. 
Y cuando se sacó el casco y vio las canas que peina mi partner, ya estaba todo el cuadro clarísimo. El problema fue que el paco le preguntó qué hacía, y si estaba jubilado (obvio, más aún considerando que el paco era un crío de no más de 25 años y, a esa edad, cualquiera mayor de 50 es un anciano o un abuelo)
Pero Ojitos, honesto como es, le dijo que no, que era oftalmólogo y que trabajaba mucho jajajajajaja. Pero por suerte el policía los dejó ir y seguimos viaje.

Camarón buscó una sombrita para esperarlos. Lo mismo el Rana. Yo esperé al sol y no fue tan terrible.
Esperando a los detenidos




Seguimos camino con el pavimento reguleque y nos desviamos hacia Medellín para ir a la mítica hacienda Nápoles de Pablo Escobar.(Ver las series Narcos y El Patrón del Mal)
Por suerte Camarón no cachó el desvío y siguió con todos sin saber bien donde íbamos.


A unos 20 Km. del desvío a Medellín desde el camino a Bogotá, en el valle del río Magdalena, en el departamento de Antioquia se encuentra este insólito lugar, otrora residencia y refugio del narcotraficante creador y líder del cartel de Medellín, que, en su auge monopolizó la producción, la comercialización y el consumo de marihuana y cocaína, llegando a controlar el 80% de la producción mundial y el 75% del tráfico en Estados Unidos en la década de los 80, acumulando una fortuna de 25.000 a 30.000 millones de dólares.
Para lavar su imagen hizo múltiples obras de caridad en pueblos pobres y obtuvo un escaño como representante a la cámara en el Congreso Nacional, donde estuvo 1 año.
Le declaró la guerra al estado cada vez que se intentaba achicar el cerco para meterlo preso. Mandó matar a muchos políticos y autoridades que combatían el narcotráfico, usando una extensa red de sicarios fieles a él para este propósito. Se le acusa asimismo de haber asesinado a 657 policías y haber puesto de rodillas a múltiples autoridades, con los secuestros, asesinatos y atentados con autobombas en varias ciudades colombianas. Amén de feroces enfrentamientos con el cartel de Cali. 
Estuvo recluído en una cárcel de lujo desde donde dirigía sus negocios. Murió acribillado en 1993 a los 44 años, intentando huir de la policía en los tejados de un exclusivo barrio de Medellín.
Bueno, este personaje adquirió en 1978 la Hacienda Nápoles, donde vivía con su familia y algunos cercanos. Era una propiedad de 3000 hectáreas, con un hotel de lujo, varias casas con gran cantidad de habitaciones, una plaza de toros, una pista de carreras, autos de carrera, autos de lujo, y una pista de aterrizaje, que ocupaban los aviones que transportaban la droga, y en los que llegaban los animales para su parque.
Había también 6 piscinas y 27 lagos artificiales.
Hizo traer animales exóticos, elefantes, rinocerontes, jirafas, hipopótamos, canguros, entre otros, además de aves y mariposas.
En la entrada hizo colocar la avioneta ( o una réplica, no está claro), en la que mandó el primer cargamento de droga a Estados Unidos.
Después de su muerte el lugar quedó abandonado, los hipopótamos escaparon al río Magdalena o siguieron habitando los lagos, volviendo a un estado semisalvaje. Otros animales fueron rescatados por zoológicos de todo el país.
La selva cubrió una parte de las edificaciones, y la hacienda quedó en ruinas después de la llegada de los saqueadores. Tiempo después pasó a ser propiedad del estado.
Finalmente fue reconvertida en un parque temático, con hoteles, áreas de camping, un parque jurásico, senderos de trekking y un mariposario.
Si bien no entramos (habría tomado todo un día haberlo hecho), nos sacamos la foto con la avioneta y algunos compraron agua en la tienda de la entrada.








Volvimos por donde habíamos ido para retomar el camino a Bogotá.
Después del camino malo venía una autopista en una cuesta, muy muy buena. A esa hora los termómetros marcaban 39º.
Migué nos anunció que aprovecharía el camino, que aparte de estar muy bueno, estaba despejado, para correr un poco y que nos encontrábamos a la bajada, a la derecha en un restorán para almorzar.
Por algún motivo, creo que a desabrigarse,  no recuerdo bien si Cristián o Camarón, pararon y los esperamos. Así que nos fuimos más lento esperando que apareciera el rezagado.
Hicimos la cuesta a velocidad más que prudente, aunque hubiera sido rico haberle metido un poco más de chala.
El último tramo del cerro fue del terror. La cola interminable de camiones y autos, primero en una subida corta muy trabada y después en la bajada eterna, más trabada aún. Así y todo, Popeye con Migué esperaban en la mitad a que apareciéramos. Después de eso los volvía perder, porque evidentemente la bajada cada uno la hacía como podía... y no todos podemos lo mismo jajajajaja
Camarón se fue cerca mío, osea no me abandonó a mi suerte, y a mi mano que poco y nada respondía para maniobrar con el embrague, y llegamos juntos al plano y al restorán.
Estacionamos las motos en el parking, ("estacionamos" es un decir, la mía la estacionó Migué) y entramos al restorán. Era igual a los que habíamos parado antes, abierto, con techo de ramas de algo entretejidas, pero gigante.



Había un paseo de curso de niños de unos 10 o 12 años con sus profesores.
La Marcella quiso sacarles fotos pero el profesor le pidió que no lo hiciera, que no estaba permitido y que los padres podían poner un reclamo. 
Así son los códigos en los tiempos de la internet y de las redes sociales.
El almuerzo, lo de siempre, la carne, el patacón, el arroz, y yo me repetí el jugo de guanábana que tanto me gustó.
Cristián tuvo que cortarme la carne, porque la mano no me respodía!

Nos quedamos un buen rato ahí, descansamos, nos refrescamos y como a las 15:30 retomamos el camino de regreso a Bogotá.
Ojitos no tuvo muy buena suerte porque se anduvo enfermando de la guata. Cosa no muy buena en general menos en un viaje y peor si es en moto!
Tocaba hacer otra cuesta, la Cuesta del Vino, pero con doble vía, y si mal no recuerdo, ahí es donde Migué se arranca a veces los domingos en la mañana a motear.
En la cima paramos a abrigarnos, ya que nos íbamos acercando a "la nevera", como le dicen a la capital por su temperatura de 21º a 23º estable todo el año. En Bogotá nunca hace calor. Ojitos necesitaba la parada para ir al baño.
Después de la bajada estaba la (temida) entrada a la ciudad. Colapsada como siempre, pero no sé si un poco menos, o que estábamos más aclimatados con la congestión en general, o las dos cosas, pero se hizo menos pesada que la salida.
Además nos fuimos en fila, sin perdernos, a dos por hora, pero juntos.
Se nos hizo de noche cuando ya estábamos más cerca de Elephant para devolver las motos.
Cuando llegamos entraron las motos, incluída la mía, y adentro nos esperaban con unas cervezas! Eso estuvo muy bien. 



Migué acompañó a Ojitos a devolver su moto en el otro local (ni que fuera Camarón) y después se fue a su casa a reunirse con sus mujeres

Las fuimos devolviendo una a una, con la correspondiente revisión y preguntas de rutina.
Una vez que estuvimos todos listos llamaron taxis. Justo iba pasando una chica con Uber que se detuvo al darse cuenta de que estábamos buscando como volver al hotel, así que con Camarón y la Marcella nos fuimos con ella.
Nos quedamos en el mismo hotel de la primera noche, donde además habíamos dejado el equipaje que no llevábamos en la moto.
A mi no me dio para salir a comer. Me pedí una ensalada de camarones y una cerveza a la habitación y después morí. Los demás salieron a comer por ahí cerca.

Y dejaron más o menos organizado el día siguiente. En la mañana visitaríamos a la Catedral de  Sal, y después iríamos a almorzar al Andrés Carne de Res, donde nos reuniríamos con Migué la Olga y las niñitas.

1 comentario:

  1. El 30 de enero de 2019 nos enteramos que echaron abajo la entrada de la Hacienda Napoles. Osea que fuimos de los últimos en tener la imagen para la posteridad. Gracias Migué por llevarnos allá!!https://www.facebook.com/100006757268607/posts/2283008198601067/

    ResponderEliminar