martes, 27 de febrero de 2024

Minivacaciones en las sierras cordobesas. Dia 8. Mendoza

 Hasta que me fui a acostar la noche anterior, mi plan para este día era quedarme en Mendoza, levantarme tarde, tomar desayuno en algún lugar por ahi cerca, descansar en el depto., ver fotos, aprovechar el aire acondicionado, ver alguna película en Netflix, y no mucho más.
El plan de los demás era ir a la Bodega Del Nunca Jamás, a unos 90 Km del centro de Mendoza.
Pero me levanté tan descansada y animosa que decidí ir a conocer este restorán en una viña, que los que ya la conocían decían que era espectacular.
Fuimos a tomar desayuno a un café en Aristides y volvimos al depto para cambiarnos ropa y partir.

Al lado del departamento hay una verdulería que pone una pizarra en la vereda con diversos anuncios. Ese día el anuncio era tristemente positivo. Aludía a la muy difícil situación que están enfrentando los argentinos, producto de las políticas de ajuste que está implementando el flamante y controvertido presidente Milei, que ganó la elecciones por amplio margen. Y terminó con décadas de peronismo que en opinión de muchos, ha destruido la economía del país por sus políticas populistas y poco responsables.

Al final, por un tema familiar los Paparazzi se quedaron en Mendoza.
A las 12 con los Vampis partimos a Tunuyán, hacia el sur por la RN 40 a la Bodega. 
El dia estaba con algunas nubes,y el camino bastante decente. Siempre es opción irse por la pista izquierda que en general está mejor, menos deformada y con menos baches.

Tunuyán es un pueblo grande, con muchas viñas y muchas lucas. Avanzamos por una calle llena de lomos de toro criminales, y badenes reductores de velocidad no anunciados.




La entrada a la Viña misma es difícil. Camino de tierra y con la señalización muy encima como para corregir si te equivocas. Peor en moto!
Lo intuitivo es seguir el trazado del camino por donde se entra, que es con un leve giro a la izquierda. Y no. Hay que tomar el camino de la derecha, que es menos notorio. 
Hay que decir que la señalización no es para nada explícita, ni siquiera es muy visible.
Eso lo se ahora, pero cuando llegamos, yo me fui por el camino de la izquierda que llega a la recepción del hotel y no al restoran.
El Vampi partió a buscarme.

Nos devolvimos y no me atreví a hacer el giro muy cerrado y con pendiente para quedar en el camino correcto. Asi que nuevamente el Vampi me auxilió y acomodó mi moto.

Me subí denuevo y avancé hasta la primera curva que estaba cubierta con ripio. Hasta ahi no más llegué. Un poco de tierra me la banco. Pero ripio, en esa moto, nica!

Así que el Vampi tuvo que ir a estacionar su moto y volver caminando a llevarse la mía hasta el estacionamiento. Yo me sentía podrida!
Con la Anto nos fuimos caminando hasta el restorán.
Llegamos y el lugar realmente valía la pena.
El entorno lindísimo, con el prado y la laguna rodeada de sauces al frente de la terraza donde funciona el restorán.



La comida bastante sofisticada y bien preparada. Acompañada una degustación y de rondas con refill de distintas cepas de los vino que ahí se producen.
No hacía calor, estaba muy agradable, y corría una brisa que refrescaba.

Disfrutamos de la comida, y nos reímos con la conversación de la mesa del lado, un grupo de milenials, que ya adultos no terminan de independizarse pero dictan cátedra de como se debe vivir. El capítulo de cómo esperaban "maternar" y "paternar" (neologismos a mi entender) fue desopilante.
Estando allá supimos que los Paparazzi con la Magdalena, la hija de la Margarita habían ido a almorzar al Club en la laguna del Parque San Martín.



Como a las 17 nos volvimos. Nuevo bochorno. El Vampi llevó mi moto hasta la salida, nosotras nos fuimos caminando, y el Vampi volvió caminando, en camino recto entremedio de las parras a buscar su moto.
A la salida de Tunuyán pasamos a echar bencina y volvimos a Mendoza sin contratiempos. 

Llegando allá supimos que los Paparazzi irían con una amiga de la Margarita a una vermutería recién abierta y muy ondera.

Nosotros nos fuimos a una pizzeria nada sofisticada. Sin ni siquiera Coca Zero! Solo Pepsi. Yo no tenía nada de hambre y estar ahí no me abrió el apetito. Los Vampis comieron algo.
Nos devolvimos al departamento en la ultima noche que pasaríamos en Argentina.




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