Bajamos a las 9 al comedor a desayunar, para salir a las 10.
Fuimos llegando de a uno, sabiendo que este check out no era para seguir en viaje... era el último antes de la ineludible vuelta a la realidad.
Es que estuvo muy bueno!
El día antes, en la piscina, Paparazzi me había preguntado cómo encontraba yo que había estado este viaje, ya que tenía más experiencia en este tipo de aventuras.
Y le contesté que había estado muy muy bueno. Y le enumeré todo lo malo que podría haber pasado, y que no había pasado.
Osea, posibilidades de cuestiones penca hubo muchas, pero no ocurrieron!
Después de pagar, cargamos las motos y partimos.
Antes de eso, solidarizando con Sonio, acordamos parar cada 150 km más o menos, a descansar, independiente de si tocaba o no echar bencina.
La ruta elegida era la del Itata, Vampiro ya tenía clara la salida, así que no hubo problemas.
Recorrimos parte del camino del día anterior cuando fuimos a Dichato.
En la carretera se repetía los estragos que ocasionaron los incendios.
Areas enormes de bosques reducidos a cenizas, que se van viendo al lado del camino por kilómetros.
Algunas casas a pocos metros de donde se aprecia que alcanzó el fuego.
Y otros tramos que normalmente son bosques verdes y frondosos, transformados en hectáreas en tonos ocres, café, tostados. Con los troncos quemados, testigos desvitalizados de la quemazón.
En un momento, siendo parte de la columna de motos que se desplazaba a prudentes 100 km/hr, me bajó, como a Rudy, eso de disfrutar la moto. Pensé ir un ratito que fuera a 160... La carretera invitaba a estirale el cogote como dice el Wiro.
Doble pista, impecable, sin tráfico. Aceleré, me adelanté, empecé a "disfrutar" y no pasaron ni dos minutos yo creo, cuando ya se anunciaba la salida a la 5 Norte.
Bien poco me duró el disfrute jajajajaja.
También acordamos que a la hora de almuerzo comiéramos algo liviano y rápido, para que el tramo siguiente no nos tocara con la guata llena, todo el sol y el calor, y la monotonía de la carretera. Esa combinación es fatal, y hay que ir peleándole al sueño.
Calculamos que eso seguramente sería cerca de Curicó, y que por ningún motivo sería una Copec, porque seguían colapsadas, de acuerdo a lo que vimos.
Ya entrando a la Ruta 5 se hacía totalmente evidente que estábamos de vuelta.
Por suerte no había tanto tráfico, a pesar de ser fin de semana de recambio de veraneantes.
Si era monótono, y con algunos controles policiales. Pero como íbamos casi siempre dentro de la legalidad, no era tema.
Hicimos una primera parada para Sonio en la Copec de San Carlos.
Camarón entendió mal y se quedó con la idea que él habia propuesto, que era parar en San Fernando. Se adelantó, y al final nunca nos juntamos con él, así que no hay foto grupal de fin de viaje.
Sonio perseveraba en encontrar posición para tener menos turbulencia. Para el tema del asiento, no había mucho que hacer. Aperrar no más... pobre
Después de pasar Curicó, el Vetu tiró a parar en Tenosandwich, pero estaba repleto y nadie lo apañó. Se dio la vuelta para seguir a un sitio más desocupado.
Un poco más allá estaba el Rudy esperando, antes de la entrada a una Shell. Cuando vio venir las motos, en vez de entrar a la bomba, siguió.
Se juntó con Camarón en San Fernando.
En vista de que nos habíamos irremediablemente separado, por whatsapp avisamos que nos juntáramos en San Francisco de Mostazal para despedirnos.
Entramos a la Shell y fue la mejor idea!
No había nadie, había estacionamiento de sobra, aire acondicionado y cero cola para comprar algo de comer.
Durante todo el viaje Camarón hizo notar un fenómeno sociológico que él se ha dedicado a observar. Y que se refiere a grupos familiares que andan en auto gracias las políticas de mercado de Pinochet que promovían y consiguieron que hubiera un vehículo cada dos chilenos.
Los miembros de esas familias tienden a estar bastante pasados de peso transversalmente, ser de tez más bien morena, con rasgos más o menos autóctonos, y el pelo negro o castaño oscuro, poco dócil, lo que se conoce coloquialmente como mechas de clavo.
Bueno, lo que él ha observado es que estas personas paran en TODAS las "Copé" a comerse un "jordó"
Y lo repetía hasta el cansancio, cada vez que parábamos en la Copé.
Volviendo a la Shell de Curicó, y su restoran Upa!, Sonio, en un sentido homenaje al Camarón ausente, se comió un jordó jajajajajaja.
Nos reímos mucho!
Después de saciar el hambre (que, por cierto no era mucho, dado el desayuno en el Sonesta) seguimos camino pensando en parar en San Francisco de Mostazal para la despedida.
Esa parte de la 5 la hemos recorrido mil veces. La conocemos muy bien, y eso la hace un poco aburrida
Chimbarongo |
Al llegar estaba Rudy esperando, ya que habían leído el whatsapp.
Camarón se había tenido que ir antes por una situación familiar.
Y llegó el momento de despedirnos, y que todas las aventuras y experiencias empezaran a ser parte del pasado y de los recuerdos.
Nos sacamos la foto sin Camarón, y seguimos desagregados, ya que no tomaríamos los mismos accesos a Santiago.
Un gran viaje con un gran grupo que se afiató rápido. Todos muy buena onda para hacer que todo fluyera fácil.
Según el registro de Vampiro fueron 3.040 Km los que recorrimos juntos, compartiendo la moto, los paisajes, y la amistad!
Un lujo en verdad! Gracias a todos!!
BONUS TRACK Todas las fotos grupales con todos.
Ya de vuelta en Santiago, en el whatsapp del grupo, comentando el blog, Paparazzi escribió lo siguiente respecto al contenido de los relatos del blog:
"Lo que no está... y nunca estará en estos relatos...son las conversaciones de cada uno consigo mismo... las ideas y los sueños que se van tejiendo durante los cientos de km recorridos...acompañados solo por el ruido del viento y el paisaje que te envuelve... ese es otro viaje... un viaje personal de cada uno de nosotros... que se complementa con el del grupo... y que en conjunto hacen que la experiencia sea inolvidable.
... mi lado filosófico... jajaja... un abrazo a todos."
Muy ciertas las palabras de Paparazzi, no podría haber expresado mejor de qué se trata esto de andar en moto.
Hasta la próxima!!