Este año el feriado de Halloween, o el Día de todos los Santos, como se lo conocía en mi época, venía cototo. Cuatro días feriados de sábado a martes.
Vampiro ideó este ride, le agregamos unos cuantos días 😬 y se convirtió en un viaje de 10 días, osea de los largos.
Los inscritos fuimos Camaron con la Sonia, los Paparazzi, los Vampis y yo.
Camarón y yo podíamos salir el jueves 27 de Octubre. Los demás podían el viernes 28. Primera parada, San Juan.
Con Camarón pensamos hacer el primer día hasta Mendoza, y dependiendo de la hora que salieran los otros, esperarlos, o si no irnos a San Juan y juntarnos allá.
Decidimos salir de Santiago a las 7 para evitarnos el taco de la mañana. Cuesta madrugar tanto, pero vale la pena. Nos juntamos en el teléfono de emergencia de la Radial Nororiente, después del primer túnel, a la hora acordada.
Recién estaba despuntando el sol en la cordillera y casi no había tráfico. Otra cosa fue llegar a Los Libertadores en la zona de Colina. Los tacos de la gente yendo a Santiago son demenciales! Espantosos.
Hacia Los Andes iba bastante gente pero fluido. Antes de 1 hora ya estábamos en el camino a Portillo, osea el camino a la frontera. Queríamos llegar temprano por la espera en la aduana que podía ser muy larga. En ese tramo el sol nos pegaba de frente, al dirigirnos hacia el Este, justo donde estaba saliendo. A mi me complicó un poco, especialmente para adelantar.
Antes de Río Blanco adelantamos una fila gigante de camiones y unos pocos autos, pero era un tramo en sombra, así que no fue tan difícil. Le sacamos mucha ventaja al convoy de camiones. A las 8:30 paramos en la Copec de Río Blanco a recargar, donde había un grupo bien numeroso de motoristas, un par de GS, y la mayoría choperas pero no Harley. Ruidosas como Harley.
Los camiones en su mayoría deben haberse ido a Saladillo, el campamento minero de Codelco, porque no los vimos más.
Seguimos camino hacia Portillo. La subida está bien buena, y los camiones, a la vuelta de la rueda, eran fáciles de sobrepasar, incluso en las curvas. Íbamos bien contentos porque estábamos haciendo buen tiempo. La Sonia no cabía en su pellejo de contenta!! Si bien ya conocía, otra cosa es en moto! Es que la subida a Los Andes por el lado chileno es apabullante. El macizo montañoso escarpado y abrupto, incluido el Aconcagua se te viene encima y quita el aliento. El sol ya se había elevado y no pegaba de lado, iluminando un precioso día despejado.
La felicidad llegó hasta el cobertizo más largo en la subida a Portillo. Todo el tráfico parado, sin posibilidad de adelantar, sin saber porqué. En contra avenían grupos de vehículos, la mayoría camiones, lo que hacía pensar en bandereros. Pero no, nunca supimos a qué se debía el megataco. Seguimos avanzando en primera y parando dentro de una parte que era túnel. Camarón me dijo que nos tiráramos no más cuando no viniera nadie, por lo menos para salir al aire libre y no asfixiarnos con los gases de los escapes. Yo le dije que no, que no me atrevía, un poco dubitativa. El se tiró, traté de seguirlo, y no pude salir de donde estaba, con pendiente y poco espacio para acelerar lo suficiente para partir, se me apagaba el motor cada vez que lo intenté, así que me quedé ahumándome que era un gusto. Cuando ya partió el camión de adelante tampoco me resultó, se me volvió a apagar el motor. Al segundo intento pude y ya no hice más taco para atrás.
Fuera del túnel pude adelantar y llegar hasta donde estaba Camarón detenido antes de donde era la antigua aduana. Nos entregaron el control de Barrera y seguimos hacia El Paso Fronterizo, cruzamos el túnel binacional, y llegamos al acceso de las instalaciones la Aduana integrada. De abajo se veía el piño de motos de Saladillo en la cola.
Llegamos arriba y la cola era larga. Calculamos que estaríamos un par de horas antes de seguir camino. Sin embargo, avanzaba más rápido de lo que se esperaba.
Llegamos a las casetas donde se hacen los controles. Hasta ahí bastante fluido. Paso 1, OK, Paso 2, Cuek!! El carnet de identidad de Camarón está vencido y no puede pasar. Única solución volver a Santiago a buscar el pasaporte. Nooooo era de no creerlo, tan bien que íbamos!
Ya po, ná que hacer. El a Santiago y yo a Uspallata. Acordamos reunirnos en un hotel que los dos ubicábamos. Terminé de hacer mi trámite y uno del grupo de motos se me acercó porque se fijó que tenía aviso de batería baja en la llave de la moto. Y de alguna manera conversamos acerca de las motos. Y después cuando ya iba saliendo con la moto otro se me acercó a preguntarme de cuantos cc era el motor. Y ahí ya se entabló una conversación en la que les conté que había quedado abandonada por el incidente del carnet vencido. Al tiro me ofrecieron que me fuera con ellos. Que iban a Mendoza y me acompañaban hasta Uspallata. Súper!
Asi que me fui en la mitad del grupo detrás del más grandote, con el que había conversado más.
Debo decir que estuve a la altura en las curvas y las adelantadas, y fui al mismo ritmo que ellos, sin dificultad! Cuando llegamos al siguiente control de barrera mi nuevo amiguito me dijo “vamos bien” como insinuando que se esperaba una peor performance de mi parte y me puso el puño para chocarlo, como hacen los compadres jajajajajaja.
Seguimos hasta Uspallata, entramos a la nueva YPF que está a la entrada de la ciudad, yo estacione mi moto como para despedirme y seguir camino ya que ellos iban a parar a tomar un café.
Les di las gracias, y les pedí sacar una foto, a lo cual me respondieron que habían pensado lo mismo, sacarse una foto conmigo jajajajaja. Asi que aquí estoy con mis padrinos.
Seguí camino a Uspallata muerta de calor, con todas las capas que llevaba para alta montaña, y me fui al hotel que habíamos acordado con Camarón. Por suerte tenían disponibilidad ya que el hotel lo arriendan año corrido a la Aduana Chilena, al SAG, y a la PDI y raramente tienen habitaciones desocupadas. Tome las dos que quedaban y le avise a Camarón para que viera el mensaje cuando pudiera.
A las 13:30 venían saliendo de Santiago, de vuelta a Uspallata, con el pasaporte.
Yo me cambié ropa, me refresqué, y busqué donde almorzar. Me recomendaron un sitio para comer milanesa con ensalada mixta, que era el antojo que tenía. Para allá partí y disfruté de la comida y de la cerveza Quilmes heladita.
Estuve un rato en la habitación, avancé en el blog, después fui a tomarme un capuccino y a esperar que llegaran Camaron con la Sonia. A las 17:20 llegaron al Hotel, habían corrido todo lo que se podía y en la aduana había muy pocos vehículos. Asi que al final, salió todo bien.
Se arreglaron un poco, la Sonia se cambió ropa y fuimos al San Cayetano para que almorzaran. El bife chorizo estaba insuperable, grande, la carne blandita y jugosa.
Nos volvimos al hotel a que ell@s descansaran del ajetreado e intenso día.
Mañana a San Juan.