Por mi parte lo primero que hice fue ir al estacionamiento a cargar la moto, lo que significa amarrar el bolso, que es lo que más tiempo me toma. Luego volví al hotel a desayunar con calma, hacer el check out y estar lista a las 10.
Teníamos 330 Km para ese día, muy razonable, y de acuerdo con el Vampi, pura carretera. Osea se vislumbraba agradable. Antes de las 10 sacamos las motos del estacionamiento y pasamos a una bomba ACA a llenar los estanques.
Salimos con bastante tráfico pero transitable, por lo que no demoramos tanto en salir de Jujuy.
Pero al poco rato de estar en la Ruta 66, para seguir hacia el sur, cuek!... Obras!! con un desvío de tierra, con una vuelta larga, que se me hizo eterna.
Ya en la autopista, teníamos tramos de doble vía y otros de solo una vía. Claro que como no había tanto tráfico, no era difícil adelantar dado el caso. El pavimento dejaba mucho que desear, mal reparado, disparejo y a veces deformado. Para completar el cuadro, viento fuerte que se hacía sentir, aunque a esta altura es lo que menos me complica.
Por suerte estaba fresco, 14 agradables grados. Algunos tramos estaban muy buenos, pero bruscamente cambiaban a ruta en menos que regular estado. Recuerdo un tramo con el pavimento como rayado, como si le hubieran pasado una peineta gigante, en que la moto bailaba. Yo para mi, decía WTF!! que traducido al argentino sería algo parecido a "la puta que lo parió".
Ibamos por un tramo urbano, en General Güemes cuando vi a Camarón cruzar la calle y parar en una YPF al frente. Sin mayor explicación, asi que paramos a esperarlo. Ahi sí que hacía calor, parados a todo sol. Después supimos que había sido una urgencia de baño.
Seguimos y el Vampi, con moto y neumáticos más ad hoc, se iba más rápido por el camino malo. Camarón seguramente podría haber ido más rápido pero yo no, así que se fue conmigo todo el rato.
Como a las 12:30 paramos en San José de Metán, en la YPF a echar bencina. La Sonia y la Anto compraron algo en la tienda. Había otro grupo de motoristas estacionad@s, haciendo un arito, igual que nosotr@s, con los que intercambiamos unas palabras antes de seguir.
Por fin vino una carretera concesionada, con peaje, pero liberado para las motos, super buena! Harto viento, pero soportable.
El paisaje me pareció bastante seco, distinto al recuerdo que tenía de veces anteriores que anduvimos por esos lugares, que recordaba eran mas verdes, con más vegetación. Debe ser la época del año. Algunos puentes en cuencas de lo que alguna vez habrá sido un río, y al final unas cuestas con pendientes y curvas suaves.
La entrada a San Miguel de Tucumán fue bastante fácil, y no costó nada llegar al hotel. Lejos el mejor de todo el viaje y de los más baratos... incomprensible. La bajada al estacionamiento era bien complicada, muy empinada y resbalosa, con dos huellas como calamina, con mejor gripé para los autos. Osea había que bajar por una de las dos huellas, ya que en el centro la moto bailaba. Camarón anduvo pasando susto. No es raro que los estacionamientos estén pensados solo para autos, pudiendo ser muy inadecuados para motos.
Saqué todo mi equipaje, y el Vampi bajó mi moto.
Nos registramos, subí a la habitación con mis cosas en un carrito que me facilitaron para no ir como equeco.
Como ya es costumbre, los amáis estaban listos para salir antes de que alcanzáramos a pestañear jajajajaja. Nos avisó que estaban listos en el lobby,para salir.
Nos cambiamos y fuimos a comer a una pizzeria cerca del hotel, donde nos esperaban los Vampis, al frente de la plaza. Bien buena y la cerveza, mejor!
Después, con los Vampis caminamos por el centro, y volvimos al hotel, cada un@a sus quehaceres. Camarón con la Sonia se fueron al casino. No quedaba tan cerca pero entiendo que caminaron hasta allá. En el recorrido vimos la plaza, el palacio de gobierno donde averiguamos por visitas guiadas, una tienda de deportes que podía haber sido del Vampi, porque se llama Marcantonio, y una estatua en la plaza, pechugona, como con implantes, muy argentina!! Jajajajaja.
LA PECHUGONA |
LA TIENDA DEL VAMPI |
Más tarde los Vampis y yo bajamos a comer algo en el hotel, y a comentar las impresiones del día y planificar el siguiente que era de turismo en Tucumán, sin moto.
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