comer, solo a recargar bencina para llegar antes de las 19:30 a
Mosjøen, porque después de esa hora no hay gente en la recepción de
los hoteles y hay que llamar por telefono, a más de luca el minuto,
con roaming, y los restoranes pueden estar cerrados.
El camino precioso, parecido a Bariloche, pudimos "hacer un poco de
moto" como le dice Pedro a correr, porque en los tramos anteriores
había más tráfico, y sobre todo mucha curva y subidas y bajadas que
dificultan adelantar y ya comenté que aquí manejan en fila y nadie
adelanta.
Además, dejan mucho espacio entre los vehículos, la tentación de
meterse ahí es irresistible, pero también uno se da cuenta que es una
conducta impertinente, descortés, irrespetuosa, subdesarrollada... a
lo mejor no, pero los dos andábamos un poco perseguidos con el tema.
También es muy mal visto pegarse a un auto para adelantarlo después,
dejar la distancia que se debe.
Pudimos ponerle harto en tramos largos (harto para allá es 130) y se
nos hizo muy corto los 270 km que restaban.
En el camino, a lo lejos se veían nubes como de lluvia, le pregunté a
Pedro si íbamos para allá, me contestó, noooo!! vamos por abajo
nosotros.
Sin darnos cuenta ya habíamos llegado a las nubes, en la cima de la montaña.
Subimos una cadena de montañas pero la temperatura nunca bajó de 9
grados e incluso llegó a 19.
En el círculo polar ártico, paramos a sacar fotos, a pegar el logo de
Cualtaco y a comprar souvenirs, yo, el pin correspondiente, que casi
son condecoraciones en mi chaqueta y unos calcetines de 85% lana
merino, osea los verdaderos térmicos, a 9 lucas, mucho mas barato que
Santiago!!!
Ahi pensé que Chle es el barrio caro de Sudamerica
Este lugar me gustó más que el Circulo Polar Artico finlandés, es mas
real, con nieve cerca, con viento, con cuento, no como el otro que es
como el Jumbo en época de Navidad
Después de dejar un logo de Cualtaco, seguimos nuestro camino hacia Mosjøen,
y al atardecer empezó a chispear, luego a llover, no andábamos con los
trajes de lluvia puestos, y quedaban 20 km para llegar, pero ni
siquiera teníamos alguna dirección de hotel, había que llegar a
buscar.
Entonces decidimos parar en lo primero que hubiera, porque si
parábamos a ponernos los trajes era lo mismo que parar luego donde
fuera.
Así llegamos al peor sitio (y también e más barato) de todo el viaje,
un camping picante, con un encargado pesadísimo, y sin comida. Lo
último que habíamos comido era lo del ferry!!
Las cabinas feas, los baños afuera,oscuro, lloviendo, pero había que conocerlas.
Nos preparamos un té y un café, comimos chocolates y snickers que eran
para el camino, para la hipoglicemia, y hasta el otro día a buscar una
bomba donde tomar desayuno.
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