Durante la noche llovió a cántaros.
Teníamos que levantarnos para estar a las 7:15 tomando desayuno, para alcanzar a llegar antes de las 12, ojalá bastante antes, a Puerto Yungay, distante 123 Km de Cochrane.
Teníamos que levantarnos para estar a las 7:15 tomando desayuno, para alcanzar a llegar antes de las 12, ojalá bastante antes, a Puerto Yungay, distante 123 Km de Cochrane.
Ahí teníamos que tomar la barcaza hasta el embarcadero Río Bravo, para retomar la Ruta 7. El tramo en barcaza se considera parte de la Carretera Austral.
El desayuno estaba servido en la mesa. Hicimos sandwiches para llevar, junto con jugos y agua. El agua por allá es exquisita! Tiene gusto a agua de vertiente.
A las 8:15 estábamos en camino hacia Puerto Yungay, con pronóstico de lluvia casi todo el día.
El camino era bastante malo, áspero, angosto y estrecho, pero simplemente precioso. Con una vegetación exuberante, con todos los tonos imaginables de verde, en pastos, arbustos, nalcas y árboles.
En algunos tramos, la ruta tenía algunas cuestas, pequeñas pero muy sinuosas con curvas bastante cerradas.
A mitad de camino empezó la lluvia. El paisaje en última parte de la ruta, antes de llegar al embarcadero me recordó escenas de la película Jurassic Park.
Llegamos con lluvia al embarcadero, bastante justos, como a las 10:30 ya que en la barcaza caben solo 14 autos, y si quedábamos abajo, teníamos que espera dos horas para la próxima.
Esperamos en el auto largo rato, terminamos de tomar el desayuno que habíamos llevado. Otros caminaban, fumaban, la Sonia pegó el sticker Cualtaco junto a decenas más que dejan los viajeros en una ventana.
El lugar está bastante abandonado, sin baño, la boletería y la sala para guarecerse de la lluvia son muy precarios.
Como este tramo en barcaza se considera parte de la Carretera Austral, es gratis, subvencionada por el Ministerio de Transportes.
En esta barcaza se embarca marcha atrás. A mí me hicieron entrar de los primeros para aprovechar un espacio más chico que había quedado a un costado. Luego pasaron una especie de Motorhome de turismo muy grande, y un Jeep Rubicon gigante con una casa rodante chica. A éste lo tenía atravesado porque en varias partes del camino, en días previos me había adelantado muy imprudentemente, arrogante y atropellador.
Al final subieron las motos. Ya no llovía tanto, y a ratos solo lloviznaba. El ferry es como un cajón, no se alcanza a ver para afuera. Así que mejor era irse calientitas en el auto.
La navegación habrá durado unos 40 minutos, cruzando el Estero Mitchell, ("estero") hasta el embarcadero Rio Bravo.
El camino bastante malo y sinuoso, con algunos tramos un poco mejor, o al menos un poco más ancho. Con sendas zanjas a cada lado. En algunas partes del trayecto, la vía corre paralela, bastante cerca al límite con Argentina. Cosa de la que me enteré haciendo el blog. Mientras andábamos allá no tenia ni la menor idea!
El Jeep con el carro iba rajado delante de nosotras. Yo miraba el carro, de un eje, con unos neumáticos piñuflas, como rebotaba en el camino de tierra. De hecho, le comenté a la Anto que el chofer del Jeep le tenía mucha fe al pobre carro, para ir a esa velocidad. Y los perdimos de vista.
Pero más adelante ahí estaba una rueda del carro, botada en el camino, y más adelante el jeep con el carro cojo estacionados y semibloqueando el paso.
Hay una palabra en alemán que describe perfectamente mi sentimiento en ese momento: "schadefreunde" que significa alegrarse o sentir satisfacción por la desgracia o la humillación del otro jajajajajaja
Y ahí quedaron loh shoroh tirados, acachados con el carro cojo. Te encargo lo que debe haber sido al menos desenganchar el carro del Jeep en la mitad de nada, sin señal y lloviendo... por weón.
Seguimos camino y un poco más adelante nos encontramos con un camión de la Copec caído en la zanja, mientras otro le estaba sacando el combustible. Con este no me alegré porque son gente haciendo su trabajo, pero no puedo entender la estupidez de que anden rajados en esos caminos.
Nosotras seguimos, a mi ritmo, lento debo decir, para cuidar mi pobre auto que igual funcionó super bien en trayectos super malos.
Estaba frío, 8º apenas, con poco por no decir ningún tráfico. Pero como en toda actividad humana, nunca falta el weón que la embarra.
Resulta que en este camino, sinuoso y difícil, Ruizo iba tratando de adelantar a una camioneta chica, cuyo conductor no hacía ningún esfuerzo por facilitarlo. Típico gil inseguro y competitivo que no soporta sentir que lo sobrepasan. En una curva un poco más amplia, con un poco más de visibilidad el pelotudo se abrió hacia la izquierda, Ruizo lo interpretó como que lo estaba dejando pasar por la derecha, y se tiró. Pero la camioneta se cerró, dejando a Ruizo sin posibilidad de corregir la trayectoria y se fue al suelo. Todo esto era observado en primera fila por los ocupantes de la camioneta que iba detrás de él, Popeye, Camarón, la Vety, la Sonia y la Margarita, que decían no pases! no pases!
Ellos mismos lo auxiliaron, levantaron la moto, y siguieron camino. Ruizo quedó con el tobillo derecho resentido, pero podía seguir.
Nosotras, las Antos y yo, ajenas a estos acontecimientos, íbamos super felices admirando el paisaje paradisíaco. En todo el camino hay cantidad de cascadas en los cerros circundantes. Preciosas, cayendo en medio de la vegetación.
En esta zona, y más al norte es muy común ver señalética anunciando "Río sin nombre" o "Cuesta sin nombre" o "Puente sin nombre" supongo que todos esperando su bautizo- Este fue el caso de la Cascada sin nombre
En esta zona, y más al norte es muy común ver señalética anunciando "Río sin nombre" o "Cuesta sin nombre" o "Puente sin nombre" supongo que todos esperando su bautizo- Este fue el caso de la Cascada sin nombre
El último tramo antes de llegar a Villa O´Higgins, osea los últimos kilómetros de la Carretera Austral, es super malo. En cuesta, con curvas en U, y camino estrecho . Pero también con áreas de descanso con mesas y bancas como de camping.
Desde el camino se ve la ribera del Rio Mosco, como una gran playa, de arena blanca, con olitas y todo. Aqui también están las mesitas con bancas como para picnic.
Nos cruzamos con unas cuantas camionetas en contra que iban rajadas. Yo me mantenía al medio, sin correrme a la derecha hasta el final, en un intento de que bajaran la velocidad, y hacerles saber que no iban solas en el camino.
Más adelante cruzamos el puente sobre el rio Mayer. Había técnicos trabajando, que organizaban el tránsito. Les preguntamos en qué estaban, y nos dijeron que estaban instalando sensores, pero no supieron decirnos de qué. Pero sí nos advirtieron que al otro día el puente estaría cerrado y habría cortes en el camino, para terminar los trabajos, y que la información la darían en la radio local.
Finalmente, como a las 3 de la tarde llegamos a Villa O´Higgins y nos dirigimos a la Copec para reagruparnos.
Justo llegó el pelotudo de la furgoneta que botó a Ruizo. El muy cínico preguntó por "el señor de la moto" porque después de haberle hecho espacio para que pasara, no lo había visto más en el camino. Barsa total.
Echamos bencina y seguimos hasta Puerto Bahamondes, el real fin de la Ruta 7, donde está el letrero, el punto más importante del viaje, lo más parecido a hacer cumbre de los andinistas.
En ese lugar todo adquirió sentido, con una sensación de logro, de triunfo y de satisfacción total, en un entorno bellísimo de naturaleza prístina y virgen.
Entre la Copec y Puerto Bahamondes hay 4, 5 Km que recorrimos a baja velocidad y super emocionados.
El Lago O´Higgins es inmenso, con 8 brazos, y el más profundo de América , con 800 m. en algunas partes. En Argentina se llama San Martín. Dupla conocida. El nombre original en lengua tehuelche es Charre.
Llegamos allá con una alegría casi infantil que enmarcaba al viaje mismo. De esto se trataba! de llegar al último metro de la Carretera Austral; saber que la habíamos recorrido en toda su extensión. No era poco.
Y no es poco.
Nos sacamos montones de fotos, de a uno, de a dos, con motos, sin motos, de cerca, de lejos. Justo salió el sol para que salieran mas lindas!
Puerto Bahamondes, de puerto tiene poco. Es más bien un embarcadero, donde pueden maniobrar embarcaciones pequeñas, que transportan pasajeros entre algunas localidades de la zona. De aquí salen las embarcaciones en las que se hace el tour al Glaciar O´Higgins, el más grande de la Patagonia.
Había marinos a cargo, si bien no es propiamente una instalación naval. También había un lanchón de Carabineros, con sus funcionarios. Osea, harto uniforme jajajajaja. Todos muy amables, cercanos y simpáticos.
Después de un buen rato, volvimos Villa O´Higgins a almorzar y ubicar nuestro alojamiento. De ahí para adelante todo era viaje de vuelta.
Fuimos directo al restorán Entrepatagones, a la entrada a Villa O´Higgins, donde los Vetu ya habían organizado la movida y nos tenían dos mesas preparadas para todos. Y hasta tenían cerveza Royal.
Popeye se dio cuenta que tenía pinchado un neumático, así que después de almuerzo tenía que encontrar algún lugar donde repararlo.
Fue un almuerzo muy emotivo. Vampi pidió la palabra, se notaba conmovido y expresó su gratitud por haber cumplido un sueño. Nos agradeció haber creído y habernos sumado al proyecto, y también por la buena onda y buena actitud de tod@s y cada un@ en todo momento. Yo creo que hasta ese punto, el Vampi estaba muy satisfecho de que todo hubiera marchado de acuerdo a su planificación, que fue impecable y minuciosa.
Sacó aplauso cerrado de tod@s que compartíamos cada una de sus palabras.
Yo opinaba exactamente igual que el Vampi. Es un lujo tener un grupo de amigos, que, a pesar de los inconvenientes y de los imprevistos que necesariamente todo viaje tiene, mantienen el buen humor y el espíritu colaborativo.
Y también pensaba en la magia de los viajes, especialmente en moto que disuelven las brechas generacionales, relativizan las jerarquías y nos emparejan como compañer@s de ruta, sin importar la diferencia de edad. Eso es muy, muy bonito.
El almuerzo además estuvo buenísimo!
Después de almuerzo Popeye se fue a reparar su neumático en una Vulcanización que encontró. La causa del pinchazo había sido una piedra!
Algun@s nos fuimos a sacar fotos en el letrero de la entrada a Villa O´Higgins.
Llegamos a las cabañas que resultaron excelentes.
Ya estaba oscureciendo cuando volvimos a las cabañas. Había que dormirse temprano porque al otro día teníamos que madrugar, para alcanzar a tomar el ferry a las 10 y poder visitar Caleta Tortel.
Ese día podíamos decir que hemos recorrido Chile por tierra desde Arica a Villa
O´Higgins.
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