domingo, 30 de enero de 2022

Cualtaco en la Carretera Austral 2022 Dia 12 Cochrane a Coyhaique

Definitivamente un día para olvidar. Se concentraron los percances que pueden ocurrir en un viaje, y más en uno como este.
El día partió como todos los anteriores, levantarse, tomar desayuno, cargar el auto y las motos, y despedirnos del lugar.
Partimos a las 9 de Cochrane, teníamos todo el día para llegar a Coyhaique, a 300 Km de distancia, 200 de tierra. Nada podía salir mal.
El día despejado, precioso, en parajes de ensueño.



Teníamos que pasar por Puerto Rio Tranquilo a buscar la moto de Camarón, que había quedado guardada en el hotel, para subirla a la camioneta y seguir.
Recién saliendo de Cochrane tuvimos una parada por banderero.

Al poco rato de haber partido tuvimos que parar porque el Vampiro se había caído. Tratando de encontrar la mejor huella se acercó mucho al borde del camino que es como curvo, patinó y se cayó. El Vetu que iba con el paró para ayudarlo y la moto también se fue al suelo. Osea, cuando llegamos la imagen era las dos motos en el suelo pero los motoristas al menos en pie.
Nos demoramos un rato verificando los daños. Vampiro había perdido el parabrisa y el espejo izquierdo. Y tenía un golpe fuerte en un brazo. Después nos enteramos que también se había golpeado las costillas. Como la moto y el piloto estaban operativos seguimos viaje. Igual super aperrado!! Entereza le llaman a eso.





Con el estrés y la confusión, yo partí con la Antonieta y no me fijé que la Antonia no se había subido y miraba atónita como nos íbamos dejándola atrás. Al darme cuenta me devolví, la Antonia se subió al auto y pudimos seguir.
El camino estaba super malo porque recién había pasado la máquina, dejando un montículo de tierra y piedras en medio, haciendo que estuviera mucho peor que lo normal. Era muy difícil esquivar un hoyo o una piedra asomada porque no había como salirse de la pista, especialmente en un auto bajo como el mio.
Después de sufrirla un buen rato, con la Antonieta de navegadora indicándome por donde pasar, el camino mejoró, volviendo a ser sólo un camino de tierra regular.Las vistas en ese día despejado compensaban todo lo malo del camino. Tanto que paramos a sacar fotos.





Volvimos a pasar por el puente naranjo que cruza en la desembocadura (técnicamente se dice desagüe) del Lago Chelenko (o General Carrera) hacia el lago Bertrand.

Foto de internet

En el último tramo hacia Puerto Río Tranquilo, con el camino muy ancho y muy gredoso, se levantaba una cantidad impresionante de polvo que quedaba en suspensión y no dejaba ver más allá que la punta del auto.
No llevaba ningún auto delante mío por lo que podía ver muy bien  el camino hacia adelante, recto y ancho. En eso me adelantó una camioneta levantando el polvo, dejándome totalmente a ciegas, pero, como yo sabía como seguía el camino, no frené como para detenerme, sino que solté el acelerador para disminuir la velocidad, esperando que se despejara. 
En eso se siente un ruido como una explosión en la parte trasera, miro por el espejo y veo que no tenía vidrio trasero!! y caigo en la cuenta de que nos  habían chocado por detrás. Porca miseria! Me estacioné a un costado, y nos bajamos. Efectivamente un pelotudo, que “no me había visto” (obvio, si no se veía nada) y que cuando me vio no había podido frenar, haciendo añicos su parachoques y tapabarro y mi portalón vidrio incluido, que había estallado, llenando de vidrios el asiento trasero, la maleta, y a la Antonia.


Yo no lo podía creer! Al menos las tres  estábamos bien. 
La Antonieta fue la única que reaccionó bien, subió y bajó al pelotudo, le dijo que como podía ser tan weón, que teníamos que llegar a Santiago… y mil cosas más.
El weón solo atinaba a decir que reconocía que había sido su culpa.
Nos dio los datos y quedamos en juntarnos en la comisaría de Puerto Río Tranquilo, a unos 10 Km, y para allá seguimos. Yo iba súper quemada, mucha mala pata dos accidentes en el mismo día! Años y miles de Km en paseos en moto around the world sin que pasara nada y ahora esto.
Seguimos camino, yo iba preocupada por la Antonia que había recibido el  impacto del choque en el asiento trasero y había quedado algo resentida. Les avisamos lo que nos había pasado a los demás que ya habían llegado al pueblo de las Catedrales de Mármol.
De hecho, los Paparazzis habían salido antes en la mañana y llegaron a Rio Tranquilo antes que todos, con tiempo para sentarse a tomar un café con una tarta.











Quedaban unos 10 Km. para llegar, asi que no nos demoramos mucho en juntarnos con los demás. Nos fuimos donde los pacos, lo cual en la práctica  daba exactamente lo mismo, ya que si no hay lesionados, los pacos no se meten el asunto y solo se gestiona con las aseguradoras. Pero le daba más seriedad y formalidad al asunto. 
Claro que el oficial a cargo era un cabrito que parecía recién salido de la Escuela.
Entre todos sacaron los vidrios que quedaban pegados al marco, y sacudieron lo que había caído en el asiento. Después pusieron una de las bolsas de basura que habían comprado para envolver los bolsos que iban en el pickup de la camioneta en la tierra. Lo fijaron con tape y quedó perfecto. No solo llegué a Santiago con la bolsa puesta, sino que la anduve trayendo sin que se rompiera ni se despegara  hasta Junio, que por fin el seguro me lo reparó, y resistió sin problemas!





Todavía quedaba el tramo a Coyhaique. Comimos unas empanadas y tomamos algo, para seguir camino luego. Nos faltaban 215 Km., la mitad todavía de tierra. Por allá eso no es poca cosa...
Nunca entendí bien porqué no echaron la moto de Camarón a la camioneta, pero el caso era que tendría que manejar los 100 Km de tierra que quedaban.



Partimos y todos desaparecieron. Menos el Vampi, nosotras y el Balta que se fue escoltando a Camarón todo el camino. Se pasó!! Eso es solidaridad!
El camino no estaba malo, estaba pésimo!! Acá también habían  pasado la máquina dejándolo peor, con cerros de tierra al medio, y no más parejo.

En ese tramo vimos dos camiones volcados, uno que transportaba balones de gas que quedaron desparramados alrededor del camión accidentado.
En alguna parte del camino perdí de vista al Camarón y el Balta mucho rato, a pesar de haber bajado harto la velocidad. De hecho casi toda la parte de tierra la hicimos entre 20 y 50 Km/Hr.
Así que decidimos parar y esperarlos. Llegó el Vampi y nos acompañó en la espera.


Después de lo que pareció una eternidad, nos íbamos a devolver porque se estaban demorando mucho. En eso aparecieron! Camarón se había caído dos veces, y con cada porrazo más inseguro quedaba.
Todavía no entiendo como pasó la cuesta Queulat a la ida, sin problemas... 
Seguimos nuestro camino, sin mayor apuro sin alejarnos de las motos.

POR FIN!! apareció el pavimento, unos 30 Km antes de Villa Cerro Castillo. Ahí si que paramos para esperar a Camarón y sacarle una foto cuando llegara a la carretera pavimentada.


Hasta que aparecieron, Camarón y su escolta, y al terminar la tierra se tiró al suelo cuan largo es. Jajajajajaja había terminado la pesadilla.
Nosotras por nuestra parte lo celebramos cuando llegó.


Con tierra y sin ella el camino es precioso, el dia estaba despejado, asi que la vegetación y el cielo azul son una postal de alguna clase de paraíso en la tierra.
Paramos en Villa Cerro Castillo para ir al baño y comprar una bebida en el mismo restorán donde comimos a la ida, el día que alojamos allá.



Ya no había apuro, el promedio de velocidad claramente sería otro, compensando todas las dificultades y atrasos del día.
A Coyhaique llegamos a las 19:00, 10 horas en 300 Km. Pero lo logramos! Llegamos!

En la ciudad el MapsMe se anduvo mareando para llegar al hostal, asi que el Vampi nos llevó.
El Hostal Huella Patagónica excelente, lindo, como étnico chic y muy cómodo.

Ahí el Vampi nos mostró el tremendo moretón que tenía en la parte que se había golpeado en el porrazo. Yo creo que se debe haber quebrado, o al menos fisurado una costilla, pero aguantó estoico sin quejarse. Eso si en Coyhaique compró analgésicos potentes para seguir. 
Nos acomodamos, nos cambiamos ropa y nos fuimos a comer a la muy mentada Pizzeria Mamma Gaucha.




Viendo ahora las fotos, me di cuenta de la polera que eligió el Vampi para salir... Jajajajaja eso es FE
Por si no se alcanza a leer la polera en la espalda dice "Todo va a salir bien"

El restorán realmente bueno! La fama que lo precedía es totalmente justificada.
Después de comer caminamos por lo que me pareció una de las calles importantes de la ciudad.
No me acuerdo bien, pero por algún motivo teníamos que ir al Hostal Español donde estaban alojad@s l@s que no eran del Equipo A.
Popeye nos llevó a nuestro Hostal en la noche.
Al otro día, con camino pavimentado el panorama era bastante más fácil, pero con el pequeño detalle de que  faltaba pasar de vuelta la cuesta Queulat.




1 comentario:

  1. Efectivamente es como revivir todo ...terrible manejar sobre ese ripio traicionero con cero práctica..grande Balta que me acompañó todo el tiempo. Un compañero de oro.!!!

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