El plan era salir a las 9 rumbo a Rosario.
Por lo tanto desayuno a las 8, check out y cargar las motos para partir.
Y por lo tanto también, la levantada tenía que ser a las 7 como máximo... o antes. Nadie dijo que sería fácil jajajajajaja.
Si hay algo que me gusta de Argentina y que me hace partir muy bien el día es el café filtrado que se huele en el pasillo, antes de llegar al comedor, y las facturas fresquitas, perfectas. Con eso yo ya quedo feliz. No necesito quesos, ni pasteles, ni fruta ni jamón ni mil tipos de panes... solo el café y las facturas.
Y así fue, disfruté el desayuno, más aún sabiendo que sería así los próximos 15 días.
En el desayuno Camarón contó que la Marcella se había caído de la cama... es que eran muy angostas y parece que calculó mal.
Nos reímos mucho de la situación, no de ella. Además se lo tomó con mucho sentido del humor. Y no sería la única caída del día.
Había amanecido con mucho viento y un poco frío, así que todos nos abrigamos antes de partir.
En ese sentido yo me equivoqué medio a medio con la ropa para el viaje... llevé puras poleras, una polera de manga larga, que fue mi único abrigo cada vez que estaba más fresco, y que fueron muchas veces, especialmente en las tardes.
Yo esperaba calor sofocante subtropical en el día (como puede ser Argentina en verano) y las noches tibias... error. Así que en muchas fotos en partes distintas salgo con la misma ropa jajajajaja.
Partimos a la hora pero la salida fue bien trabada y aparatosa, por los arreglos en las calles, los cierres de algunas, o la reciente transformación de otras en peatonales. El maps.me no lo tenía integrado aún y nos tuvimos que dar varias vueltas.
A esa hora solo andábamos nosotros y uno que otro madrugador en las calles de San Luis lo que facilita reparar en detalles curiosos, propios de Argentina.
Una policía parece, bien pesada ella, nos echó la foca por estar en una peatonal viendo como salir. Domingo a las 9 AM, no se justificaba ser tan mala onda.
Finalmente encontramos la salida al final del túnel y enfilamos a la carretera en dirección a Villa Mercedes y Rio Cuarto.
El camino simplemente precioso. Increíblemente bien cuidado, como hecho, o seguramente diseñado por paisajistas.
Había harto viento pero no era tan molesto.
El frío fue aumentando y también la nubosidad pero el pronóstico del tiempo no anunciaba lluvia para la hora que andaríamos en Villa Mercedes.
Varios peajes en la ruta. La mayoría pero no todos sin pago
Llevábamos poco más de una hora de viaje cuando fue la primera parada. En una YPF. No sé si alguien echó bencina, los chanchis tomaron café, yo puse Spotify con Maps.me en el celular, los otros conversaban.
El emprendimiento en la bomba |
Seguimos camino sin que el tiempo mejorara nada, pero al menos no llovía.
A poco andar nos salimos de la autopista con jardines hacia la Ruta 8, de una sola pista para llegar a Villa Mercedes y Río Cuarto.
Un poco más allá a Gasparín se le soltó el espejo y paramos para arreglarlo. Nunca entendí porqué no dejaron las motos en la berma, y toda la operación se hizo en plena calzada. La Stella aprovechó para abrigarse un poco.
Justo en ese tramo estaban cortando el pasto de los pastizales al lado del camino, lo cual da ese aspecto de jardín cuidado.
Pudimos ver la máquina con la que se realiza la faena de corte.
Deberíamos pasarle el dato al mamón jajajajaja
Seguimos camino, hasta Río Cuarto. Poco más allá abandonamos la provincia de San Luis y entramos en la provincia de Córdoba.
No habíamos andado mucho cuando le avisé al Vampiro que se le estaba soltando el bolso que llevaba atado al topcase. Paramos a que lo arreglara y seguimos.
Nos tocó banderero por repavimentación.
Los trabajadores nos miraban a nosotros y nosotros los mirábamos a ellos, los camiones enormes y el trabajo que hacían. Saludaron a las cámaras de la Marcella y de la Veti en muy buena onda.
Poco antes de llegar a Río Cuarto paramos en una Petrobras a echar bencina tomar café.
En eso estábamos, Camarón y la Marcella estaban sentados en la moto, apoyada en la pata lateral, cuando pasa Ojitos diciendo algo, los dos se dieron vuelta a la derecha a mirarlo al mismo tiempo, desestabilizaron la moto y se fueron al suelo... parados!!
A ellos por suerte no les pasó nada, pero se quebró la punta del freno en el manillar, aunque eso no afectó su funcionamiento.
Entramos a Río Cuarto y por algún motivo nadie sabía bien por dónde seguir y yo que iba con el maps.me funcionando llevé al grupo por las calles de la ciudad hasta que salimos de la zona urbana. Qué tal? Quién lo diría!
Pinpon al rescate!! jajajajaja |
Seguimos en la busqueda algún lugar donde almorzar y lo que nos faltaba... se pone a llover, no fuerte pero algo mojaba. Un automovilista paleteado se ofreció para llevarnos a un restorán, bueno según él. Dimos la vuelta en U y nos devolvimos algunas cuadras... lloviendo...
Y estaba cerrado!! En ese momento crítico el grupo se dividió en dos cursos de acción. Uno, Vampiro y yo que apostábamos a que eran chubascos y que pararía pronto, por lo que convenía seguir así no más para almorzar o comer lo que fuera donde se pudiera, y dos, todo el resto que prefirieron ponerse el traje de agua para seguir y no mojarse.
Con Vampiro nos fuimos, más bien rápido y al poco rato, ya sin lluvia (nuestra predicción estaba correcta) llegamos auna bomba que tenía un restoran
La localidad se llamaba La Higuera, el restorán extraordinario!! con carta de platos, y atención a la mesa! No lo podíamos creer!
Este lugar estará a unos 20 minutos de la salida de Río Cuarto.
Dejé mi moto a la entrada, que fuera visible para cuando los otros llegaran.
Ya habíamos pedido la comida y las infaltables Quilmes cuando llegó el resto.
El almuerzo muy muy bueno, todo rico, el lugar más que agradable en la mitad de la nada.
Terminamos de almorzar, y Camarón partió adelante solo.
Los demás seguimos a Villa María a echar bencina. Gasparín y la Carla aprovecharon de ponerse traje de agua.
En el camino pasamos por un lugar muy peculiar, se llama General Cabrera, es un municipio que se enorgullece de sus cultivos e industria del maní, que ha impulsado el desarrollo de la región. Existe lo que llaman Hito del Maní que fue inaugurado con toda la solemnidad del caso.
El hito en cuestión es un monumento con un maní plateado en la estructura de cemento. Es muy gracioso! por no decir el frikerío máximo
Foto de la Marcella |
Foto de la web, la inauguración |
Salimos por un camino muy malo hasta una super autopista que llegaba a Rosario.
Se puso a llover denuevo y pararon a ponerse traje de agua.
Vampiro se adelantó y yo lo seguí. Apostando a que los forros de la chaqueta y pantalón serían suficientes para soportar el agua y no empaparnos.
Camarón que se fue antes, creo que no se mojó nada. Estas son fotos del camino y de Rosario de la Marcella.
Juarez Celman |
Las Perdices |
Luca |
Jockey Club de Luca |
Nos fuimos muy muy rápido para llegar luego. Eran como las 16:30 y todavía faltaban 250 Km.
Cuando ya estábamos cerca, después de haber ido con prisa y sin pausa, yo me quedé sin cel y por lo tanto sin gps, así que el Vampiro tenía que llevarme al hotel en Rosario.
Llegamos más bien secos, cansados, pero felices de que nos hubiera hecho aún más tarde. Camarón había llegado hacía no mucho.
Pasó mucho rato hasta que llegaron los demás.
Lo bueno también fue que el parking estaba en el mismo hotel.
Después de que todos estuvimos acomodados, duchados y listos para salir nos fuimos a La Vendetta a comer las mejores pizzas, según teníamos el recuerdo de viajes anteriores a Rosario.
Con tan buena suerte que el restoran quedaba bastante cerca del hotel.
Un día laaaargo, entretenido, cansador, con un poco de todo.
Después de comer nos fuimos al sobre, sabiendo que el día siguiente que nos quedábamos en Rosario sería más relajado, de descanso, de turisteo, y sin moto.
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