miércoles, 28 de febrero de 2018

En moto a Foz de Iguazú. Capítulo 1, de Santiago a San Luis

Este iba a ser EL viaje del verano. 
Las vacaciones en realidad, desde el 10 al 24 de Febrero.
La primera idea era ir por Argentina hasta Puerto Madryn, a ver las ballenas. Pero lo descartamos porque estaban saliendo noticias respecto a conflictos con los araucanos argentinos (cómo será eso!!!!, araucanos y argentinos...), con cortes de caminos parecido a lo que ocurre en Chile. Lo más probable es que no hubiera pasado nada, pero como no estábamos tan convencidos como para hacer la apuesta, decidimos cambiar el destino. El problema era a donde.
Vampiro propuso Foz de Iguazú, construyó un esbozo de ruta, fue aceptado y de a poco fuimos ultimando los detalles.
En principio éramos Vampiro acompañado (en esa época no estaba definido si iba con amiga o con polola), los Vetus, Camarón y la Marcella, Ojitos, la Stella dudosa, yo, probablemente Gasparín, y Wiro con la Leo.
Hicimos la primera reunión de coordinación en mi casa, no avanzamos mucho, pero por lo menos quedó definida la ruta, que sería el noreste argentino (para complementar el viaje de Septiembre, que fue por el noroeste argentino) los lugares donde nos quedaríamos más días, y que no iríamos a la costa uruguaya ni entraríamos a Paraguay.
Pocos días después el grupo ya estaba definido: Gasparín iría con su hija Carla, Ojitos iba con la Stella, y Wiro con la Leo se bajaron.
Osea seríamos 6 motos y 11 participantes. Por primera vez más mujeres que hombres.
En una segunda reunión en la casa de los Vetus terminamos de reservar los hoteles, básicamente Vampiro y yo porque quedamos como encargados naturales de la logística, y los otros prefirieron tomar cerveza y conversar en la muy agradable terraza que tienen los Vetus en su departamento.
Osea la planilla excel estaba OK. Con las ciudades, los tramos, los hoteles, las direcciones y los precios.
Solo restaba esperar que llegara el día.
Gasparín con la Carla se vendrían de Concepción el día antes donde Ojitos, y obviamente el viaje de ellos tendría 1000 Km más.
La idea era salir muy temprano, como cuando fuimos al Noroeste argentino, y que el cruce de la frontera no nos tomara tanto tiempo.
Y llegó el día! Sábado 10 de Febrero.
El plan era salir a las 8 AM de CoChi, para llegar temprano a la Aduana.
A las 5 de la mañana yo estaba desvelada, como cabro chico, con la excitación del viaje que comenzaba.
A las 6:45, recién amaneciendo, estaba en la moto con Camarón y la Marcella, y a las 7:25 estábamos en en CoChi.

Echamos bencina y empezaron a llegar los otros.
Los más atrasados, pero ni tanto, fueron Ojitos y Gasparín, con sus respectivas copilotos, que venían juntos. 

La Copec estaba bien llena para mi sorpresa. Seguro muchos venían del carrete... y unos pocos estábamos madrugando.
Varios tomaron un café y otros desayuno directamente. A mi no me cabía nada!




Rudy llegó para acompañarnos hasta Portillo. Eso es ser amigo!! 
Madrugar un sábado para acompañar al lote en el inicio de la travesía.


Ibamos todos bien abrigados pensando en el cruce de la cordillera, que por muy verano que sea, puede estar bien helado.
Hice entrega oficial de la cámara a la Veti, para que junto con la Marcella, fueran registrando los detalles del camino. Además yo llevaba la gopro. En este caso lo que abunda no daña.
El camino estaba muy bueno, el sol elevándose en la cordillera, con rica temperatura, fresco por lo que la ropa extra no molestaba.
Muy poco tráfico.



Camarón y Vetu se adelantaron (con las fotógrafas!!)
Después veníamos Vampiro y yo.
Más atrás Ojitos y Gasparín.
Con Vampiro entramos a Saladillo porque vimos varias motos, pero no había ningún conocido así que seguimos.
El sol empezaba a aparecer detrás de la montaña.

La subida a Portillo exquisita.
Ahora no se para en la aduana chilena y se sigue directo al lado argentino.
Hartas motos hacia y desde Argentina. 














La cola para entrar a Chile erá literalmente kilométrica. Partía en el cobertizo más grande a muchos km de la aduana chilena. 
Yo creo que varios se pasaron el día entero para poder entrar.
Antes de las 10 llegamos a la cola para el trámite de inmigración, que dentro de todo no se demoró tanto.
En menos de 1 hora ya estábamos afuera.












Las pulseras de rudos motoristas
Acordamos seguir a Uspallata donde pararíamos a sacarnos un poco de ropa.El camino bellísimo, como siempre y muy agradable, casi sin viento.
Ibamos con otras dos motos pero en general con poco tráfico.






Llegamos a Uspallata, a la bomba que estaba colapsada, igual que el pueblo. Había un evento que había reunido 700 motos y ahí estábamos nosotros, en el caos, a miles de Km de Foz de Iguazú.




Lo más freak era una motorista ecuatoriana en una moto chica, que pedía colaboración/auspicio para llegar a Alaska, que era su sueño. Yo creo que la colaboración incluía otra moto para tal cometido.

Ojitos con la Stella se sentaron a tomar café. 
En el intertanto los otros esperábamos para seguir camino.
Nadie echó bencina porque nos alcanzaba hasta Mendoza, pero por si las moscas, yo le convidé a Gasparín mi bidón con 5 lt., fiel acompañante de los viajes largos.
Ya hacía calor, así que nos desbrigamos.



Retomamos el camino por una de las rutas más lindas de Argentina para seguir hasta Mendoza, parar en una YPF a echar bencina y comer algo rápido para almorzar. 









Vetu dijo que quería almorzar una carne, así que lo de comer algo a la pasada quedó medio en duda, en la perspectiva de comer un bife o una milanesa o un asado de tira.
Camarón dijo que en el camino a San Luis estaba lleno de parrillas y que paráramos en la primera que nos tincara. Y seguimos con esa idea, y sin haber comido reservándonos para la carne.

 







Cuando llevábamos como 100 Km sin haber visto ni una sola parrilla caché que teníamos que llegar a San Luis para poder comer algo.
El camino reeeecto (esta vez sí poh Ojitos!), la doble pista, el buen pavimento,  la ausencia de la autoridad caminera  y el hambre me hicieron querer ponerle todo lo que se pudiera, y con Camarón le metimos chala, sin entrar en detalles.







Paramos en el Arco del Desaguadero, que marca el límite entre las provincias de Mendoza y de San Luis, en una especie de fuente de soda que ya no tenía almuerzo, (eran las 4 PM pasadas), tomamos un poco de agua, y comimos alguna cosa como para regular la glicemia o engañar al estómago dirían otros,para seguir a la ciudad de San Luis donde teníamos las reservas de hotel para esa noche.
Este arco es patrimonio cultural de San Luis


Por fin comidaaaa!!









En los controles policiales tienen un sistema de alerta y control de las patentes de los autos reportados con la policía.


Los peajes son discrecionales, nunca sabíamos cuando las motos tenían que pagar y cuando no.
En este si tuvimos que pagar 10 pesos

Más allá del control policial había control sanitario por la mosca de los frutos como le dicen allá.
Es como un líquido en el suelo por el cual pasamos, pero cuesta creer que eso sea una barrera sanitaria, sin ningún control.
Y como decía Camarón, las moscas pasan volando jajajajaja


Quedaban todavía 100 Km para llegar y varias horas antes de volver a comer.
Nos fuimos con el Vetu, no tan rápido pero los otros nunca nos dieron alcance.
Esta es la parte de la carretera que está iluminada en su totalidad. Y además las luminarias están pintadas por tramos de distintos colores, tipo arcoiris o bandera de los pueblos originarios. Y también con el pasto cortado y por tramos con trabajos de paisajismo. Bien bonito hay que decir.




Autódromo

Trébol y salida a San Luis



Llegamos a San Luis, nos reagrupamos y después de darnos varias vueltas ya que maps.me no consideraba los arreglos y cierres de calles, llegamos al hotel.







Bajamos el equipaje, nos registramos y fueron a guardar las motos al estacionamiento que quedaba en otra calle.
Ya eran casi las 6 de la tarde.
Camarón se paletió y me estacionó la mía porque dijo que la entrada estaba cabrona. Y además la llenó de bencina en la esquina, así que quedó lista para partir al otro día.


El plan era ducharse, cambiarse ropa y juntarnos a las 19:30 para ir a comer algo.
Lo comunicamos por el whatsapp del grupo y todos contestaron menos Ojitos ni la Stella
Nos juntamos en el lobby donde había un sofá muy muy peculiar y divertido, mezcla de Alicia en el País de las Maravillas y de la tienda Desigual, donde aprovechamos de sacarnos fotos.



La imagen de la felicidad

Ojitos no contestó, pensamos que estaría dormido, le dejamos un mensaje en la recepción, y como a las 19;45  salimos.
Como a dos cuadras paramos en una terraza a tomarnos la primera cerveza vespertina del viaje. Esa que es obligada después de llegar y cambiarse la ropa de moto por ropa de calle como se decía cuando era chica y me cambiaba el uniforme del colegio.
Nos sentamos y tenían una buena variedad de clases y tamaños de cervezas.
Estábamos en la discusión de si mejor pedir un shop, o unos dispensadores gigantes de como 2 litros.
 





En eso estábamos cuando Vampiro se manda la frase del día que persiste hasta ahora... "A ver, (dijo) a qué  vinimos aquí... a chupar! o no? jajajaja.
Estaba un poco frío y Vampiro fue al hotel a buscar una casaca, y qué creen, ahí se encontró con Ojitos y la Stella que habían salido antes a comer algo!! 
Nadie puede!!
Bueno, ya todos reunidos, después de los litros de cerveza,  por fin pudimos ir a comer la carne que añoraba el Vetu.
Fuimos a un restorán recomendado por Trip Advisor.
El Bife chorizo estaba muy muy bueno!!
 



Un buen inicio de viaje, con hartos imprevistos y necesidades de ajuste del grupo que fueron sorteados con éxito.
Al final de eso se trata no? 
No de no tener problemas o inconvenientes, sino de saber enfrentarlos y resolverlos.






1 comentario:

  1. Corrección salimos a tomar una cerveza al frente del hotel mientras uds estaban en sus piezas y se hacía hora para salir a comer.
    Stella

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