Nos levantamos muy temprano para desayunar, y no estuvo tan bueno para mi gusto.
Un minibus nos recogería en el hotel, siendo nosotros por lejos el grueso de la concurrencia, y también lejos los más desordenados y bulliciosos.
Es la desinhibición que aparece con el anonimato del grupo...
A las 7:30 ya estábamos sentados escuchando la información de nuestro conductor.
Por supuesto que en portugués, todos asentíamos como si entendiéramos, pero en la realidad, en el detalle, no entendíamos nada! Vampiro figuraba como delegado y le pasaba lo mismo, pero un poco menos porque se esforzaba en poner atención. El portugués es engañador, se entienden palabras sueltas, una cree que cachó... pero no.
Bueno, partimos, la Marcella se pescó el asiento al lado del conductor, que es el mejor lugar para sacar fotos. Y también quiso manejar, pero no le resultó.
Primero visitaríamos el Parque das Aves, que está en un área muy cercana a las cataratas.
Nos fuimos alejando del centro, por una avenida amplia de dos pistas por lado, pasamos por resorts que parecían de 5 estrellas, y por la entrada al Museu de Cera, con un transformer gigante en la entrada, que hará la delicia de los niños con toda seguridad. Este museo parece que es bien bueno y tiene un parque de dinosaurios al aire libre.
El museo de cera con el transformer |
A la 8:30 más o menos llegamos al parque, nos bajamos, algunos compraron agua, y la Marcella se compró un palo para selfie. Quería asegurarse de tener las fotos más importantes en las cataratas, porque en Camarón, siendo honestos, no se puede confiar en ese aspecto...
Al frente del parque, en una planicie enorme, de pasto verde, que parece jardín, hay un avión de la fuerza aérea brasileña estacionado, que llama la atención de la empresa que hace vuelos en helicóptero sobre las cataratas.
Cada tanto se ve aterrizar y despegar el moderno helicóptero con que cuentan para esos fines.
La vegetación totalmente tropical, proporciona el entorno perfecto, los rincones para sacar fotos están calculados, hay bancos en todo el recorrido por si alguien se cansa y basureros para reciclaje.
La verdad, lo disfruté mucho a pesar de ir con expectativa cero.
Probando el palo pa selfie |
Mariposas gigantes |
Cuando terminamos el recorrido, pasadas las 10, nos reunimos y cruzamos la avenida doble, para ir a encontrar un bus abierto, que nos esperaba al otro lado, para llevarnos a las cataratas.
El trayecto duraba menos de 5 minutos, por un camino en medio de una frondosa vegetación. El día estaba soleado, con calor pero no sofocante.
El minibus nos dejó en la entrada del parque. Una gran explanada con un espejo de agua precioso, muy colorido, y la bandera brasileña flanqueada por las banderas corporativas.
El espejo de agua |
Sacamos los tickets de acceso, podía ser en una boletería o en máquinas de autoservicio, que era más rápido.
Otro minibus abierto lleva hasta las cataratas mismas.
Pasamos por el hotel Belmond das Cataratas de Iguazú, solo para millonarios, impactante, de arquitectura entre colonial y art deco, funciona desde 1958 y fue remodelado en 2012.
El hotel |
Desde ese punto se camina por senderos bien demarcados e indicados para llegar a los mejores miradores de las cataratas.
Desde la llegada, cuando las cataratas se divisan desde lejos, quedé boquiabierta.
Por la inmensidad y la cantidad de caídas de agua descomunales. Imposible no acordarse de la película La Misión, en la escena en que los idígenas, guaraníes supongo, amarran a una cruz al cura interpretado por Jeremy Irons y lo tiran por las cataratas.
La caminata hasta las pasarelas ubicadas en plena catarata durará media hora, pero uno va parando en los miradores a sacar fotos y literalmente extasiarse con el espectáculo.
Camarón alegó mucho porque se cansaba, dijo que era mejor hacerlo en el helicóptero. Gasparín también se cansaba pero no alegaba.
Llegamos a la parte donde está la pasarela más impresionante, en medio de la corriente y en la parte superior de una caída de agua monumental.
Ahí es para quedar estilando por toda la humedad del agua que choca contra las rocas y se dispersa en el aire como una neblina fina
Después nos reunimos, mojados como estábamos, en una especie de terraza grande donde está el ascensor que lleva al área del comedor y que queda al lado de una catarata,
Ahí el palo de selfie de la Marcella funcionó perfecto para sacar fotos del grupo.
Y para que el fotógrafo comercial nos sacara una foto sacándonos selfies jajajajaja.
Por supuesto que compré las fotos!
Estas son! Bueno... son fotos de las fotos
En la terraza deambulan sin ningun problema los coatíes, acostumbrados a interactuar con humanos. La Marcella los perseguía tratando de conseguir la mejor foto mientras hacíamos la cola para el ascensor.
Quedé muy gratamente sorprendida de lo bien pensada que está la visita a las cataratas. Toda la infraestructura es amigable como dicen ahora, y las vistas espectaculares. Realmente han tomado conciencia del valor de la "industria" del turismo y se nota.
Nos tocó una época que si bien no es en la que se ve el mayor caudal, tampoco es la más seca.
Según los entendidos, la cantidad de m2 por segundo puede aumentar 30% de lo que vimos, y la pasarela sobre el agua, quedar sumergida.
Lo otro que me sorprendió fue lo limpios y buenos que son los baños públicos. Bien por eso!
Fuimos a almorzar a un restorán con tenedor libre como le gusta a Camarón, incluido en el precio de la excursion. Super bueno! los guisos, las carnes, las ensaladas, el postre, todo rico!!
Después de almuerzo salimos a esperar el bus abierto que nos llevaría al safari Macuco, que es ni más ni menos que la excursión a navegar por el río en zodiac, y meterse debajo de las cataratas.
El bus abierto nos dejó en la entrada de Macuco, donde esperamos algún rato hasta que llegó una especie de carro tirado por un tractor, que nos llevaría hasta el área de embarque.
El trayecto es muy bonito. Una guía va comentando aspectos de la vegetación.
En una parte se podía hacer la última parte caminando. Ojitos y la Stella eligieron eso. El resto parece que ya estaba con la cuota de caminata diaria completa.
Antes de bajar al zodiac arrendamos un locker para dejar la ropa, los zapatos, las carteras y los telefonos. Con la Carla y la Marcella íbamos con traje de baño puesto.
La Veti llevaba un pilotín plástico nada sentador. Pensaba que eso la protegería... claro, de una lluvia sí pero no de agua que cae como si te la tiraran con balde o con manguera desde arriba
Para llegar al agua se usaba un funicular hasta el muelle mismo.
Ahí esperamos un rato, hasta que abordamos.
Fue MUY ENTRETENIDO!! qué manera de gritar y de reírnos. El que manejaba el bote iba y volvía a las cataratas, una y otra vez nos dejaba debajo del agua que caía de gran altura.
Las unicas cámaras que funcionan ahí son las a prueba de agua, osea las gopro.
Saqué fotos e hice videos que son desopilantes, cada vez que los veo me mato de la risa de los gritos y las expresiones vertidas a bordo del zodiac.
Fue lo mejor!!
La vuelta completa habrá durado una media hora de adrenalina y entretención máxima!
Volvimos al muelle, subimos en el funicular, nos cambiamos ropa, y partimos de vuelta en el carrito tirado por el tractor.
A la salida, esperando el minibus abierto, entramos a la tienda. Yo me compré una polera de Macuco bien bonita y un pin para la chaqueta.
Ya eran como las las 6:30, y el cansancio del día se dejaba sentir.
En el bus varios se fueron durmiendo.
En la noche fueron a comer... a mi no me dio. El almuerzo había sido mucho y estaba cansada.
Qué día más entretenido!! quedamos agotados del día que se suponía que por ser sin moto era más descansado... erroooor!! jajajajajajaja.
Pinpón, eres una maestra del relato!
ResponderEliminarPodemos revivir lo que ocurrió se día, el aviario espectacular con sus colores , el espacio y el tiempo suficiente que tuvimos para recorrerlo
La visita de cataratas, coatíes, magnífico, con tiempo también suficiente, la brisa, el agua, el espacio, Macuco tour imperdible !
Es verdad que esperando el bus de regreso se notaba el cansancio, pero todos contentos
Gracias Pinpón !!!,